La inoperancia uruguaya o hacer "la olla podrida"
Sr. Emiliano Cottelo
Presente
De mi consideración:
Ya comenté en un mensaje anterior que su programa matutino es mi compañía más frecuente en mis caminatas de salud por la rambla.
Por esa razón no puedo enviarle comentarios o preguntas al tiempo del programa, y lo hago como ahora, en diferido, aún a riesgo de que no pueda ser tomado en cuenta.
Escuché con mucha atención los debates sobre los temas de hoy, minoridad, las plantas de Fray Bentos, el decreto sobre fumadores.
Le sugiero considerar ésta, mi posición, y, si fuera de su interés, hacerla suya, ya que hoy por hoy su
relevancia y la del programa parecen hacer posible tener éxito en tal tentativa:
Creo que en todos los temas tratados se pone en evidencia, fundamentalmente, una cuestión, que es
de fondo, y que es la que sugiero atacar: LA INOPERANCIA URUGUAYA para resolver los problemas.
Ojo, que no estoy diciendo que sea el Gobierno inoperante, estos problemas se arrastran de muchos
años atrás, y la inoperancia para resolverlos estuvo también en las épocas anteriores.
La cuestión es la estúpida manía que seguimos teniendo los uruguayos de hacer la "olla podrida", esto es, sobre cada problema que evocamos (no encaramos), reunir todos los comentarios, opiniones, discursos, artículos, etc, etc, echar todo dentro de "la olla", poner al fuego, revolver bien, y esperar que de allí empiece a salir un olorcito agradable, entonces creemos que tenemos el problema resuelto...
Por ejemplo, en el tema de los menores delincuentes (lo de infractores es un eufemismo), es inútil mezclar este hecho con el de la edad de imputabilidad, el cincuenta y siete por ciento abajo de la línea de pobreza, la baja o nula escolaridad, la irresponsabilidad de los padres o tutores, la droga, etc, etc, y querer después encontrar el camino para la solución maravillosa que va a resolver todos estos problemas de una vez...
No es así que se resuelven las cosas. No aparecen soluciones en el medio de la confusión. El primer principio es clarificar, esto es, separar los problemas, identificarlos cada uno (donde los otros entran
claro, como antecedentes, pero no son el mismo problema), y trabajar para solucionar cada uno auténtica y eficientemente, de a uno por vez, poniendo las competencias y los recursos necesarios.
Cada problema así resuelto será uno menos a resolver, y una eficaz contribución para resolver los restantes.
Mi opinión es que este tipo de cuestiones no se resuelven sin lideranzas.
Todos los organismos, comisiones, simposios, etc, a que también somos tan afectos los uruguayos, sirven estrictamente para bastante poco, si no hay quien empuñe la bandera y lleve adelante las tareas necesarias a la solución. Estas lideranzas deben ser encontradas y comprometidas por el Gobierno, desde la Presidencia de la República, pero no deben ser Ministros ni otras jerarquías gubernamentales, sino especialistas en los temas que se desea encarar, reportándose directamente a la Presidencia, y soportados por toda la estructura del o los Ministerios competentes en el tema.
Esta es la única manera de evitar la enorme pluralidad de opiniones, discursos, articulos, reportajes, etc, etc, fuera de tiempo y lugar, que confunden a la opinión pública y no hacen avanzar las soluciones.
Podría extenderme en esto toda la tarde, pero no me parece adecuado, sobre todo sin saber si Ud. lo
considera oportuno. En todo caso, le sugiero imaginar que Ud. y su programa estarían ampliamente habilitados para colaborar con el Gobierno en la búsqueda de las personas idóneas para resolver los
problemas que se desee resolver, por ejemplo, los que se evocaron en el programa de hoy.
Le saluda muy
Atentamente
Jorge N. Triunfo Auza