El proyecto de ley empezó a ser debatido esta semana por el pleno de la cámara y se calcula que en quince días será aprobado.

En el documento se estipula que los inmigrantes ilegales en Estados Unidos se pueden quedar y trabajar en ese país, amparados en un programa de trabajadores temporales. Este le daría visas de trabajo a extranjeros, abriéndoles una ruta para obtener la ciudadanía.

El proyecto también prevé endurecer los controles de frontera con México y Canadá, pero no habla de construir un muro en el límite con México (otra medida que circuló).

Habrá que esperar para saber si se le hacen modificaciones al proyecto que, por ahora, no inquieta a los ilegales tal como pareció al principio del debate.

El presidente mexicano dijo que estaba satisfecho con el proyecto y que en este debate "ganaron" los inmigrantes que están haciendo oír sus derechos.

La propuesta es duramente criticada desde diferentes sectores en Estados Unidos, incluso dentro del Partido Republicano del presidente George Bush.

Unos rechazan el proyecto porque consideran que sería el preludio de una nacionalización masiva de las millones de personas indocumentadas en el país. En tanto, otros condenan la modificación legislativa porque se penalizaría criminalmente a los inmigrantes sin permiso, lo que hasta ahora constituye sólo una ofensa civil.

El asunto migratorio es estratégico para ambos países ya que, según las estadísticas oficiales, más de la mitad de los indocumentados en Estados Unidos son mexicanos.

Calculan que hay 12.000.000 de personas ilegales en territorio estadounidense, de los cuales 6.200.000 son mexicanos. La mayoría del resto de los inmigrantes indocumentados son de América Latina y Centroamérica. La comunidad de uruguayos en Estados Unidos es de 70.000 personas.

Los indocumentados se emplean en el sector de la construcción, manufactura y agricultura. Representan casi el 5% de la fuerza laboral en Estados Unidos, es decir, más de 7.000.000 del total de trabajadores.

(Fuentes: AFP y BBC)