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Los resultados del Programa Maestros Comunitarios

En agosto de 2005 comenzó el Programa Maestros Comunitarios, desarrollado en forma conjunta por Infamilia y la Administración Nacional de Educación Pública. El programa asistió a casi 10.000 niños con dificultades en su desempeño escolar, pertenecientes a los sectores más desposeídos de la sociedad. Informe de Santiago Díaz

En principio debemos destacar que el 24% de los niños que hicieron primer año en escuelas de contexto crítico durante el 2002, repitieron. Sin embargo, en esa misma temporada, pero en escuelas de contexto muy favorable, el porcentaje de repetición en primer año fue sólo de 8%.

Este Programa de Maestros Comunitarios intenta disminuir esa brecha y luchar contra la exclusión que sufren los niños que se ubican en las franjas más desposeídas de la población. Lo que se trata de hacer es asistir a esos niños para que mejoren su rendimiento escolar y en definitiva no sean expulsados del ámbito educativo.

Esta es una iniciativa llevada adelante en forma conjunta por el Programa Infamilia, del Ministerio de Desarrollo Social, y ANEP. Comenzó en agosto de 2005, contó con la participación de 437 maestros comunitarios, quienes cubrieron a 9.292 niños de 255 escuelas ubicadas en todo el país.

Las escuelas a cubrir son las ubicadas en zonas que contexto crítico, mientras que los niños a atender son determinados a través de un estudio coordinado por la dirección escolar, el maestro comunitario y el maestro de aula. Allí aparecen los niños con antecedentes de repetición, niños que faltan reiteradamente y niños que tienen una edad muy superior a la que deberían en función al año que se encuentran cursando. Ese es el perfil de los niños que cubre el programa de maestros comunitarios.

Los maestros que participan del programa los elige el director de cada escuela. El director cita a los aspirantes y, a raíz de los que se presenten, se elige a quienes tengan el mejor perfil para cumplir con esta tarea,  que en parte se desarrolla en la escuela, pero que, además, se lleva adelante en los hogares de los niños.

Graciela Almirón, inspectora coordinadora del Programa Infancia y Familia del Consejo de Educación Primaria, explicó que "una de las líneas más novedosas de los maestros comunitarios es la alfabetización en los hogares. En la casa del niño, de este niño que está faltando y no tiene ganas de aprender... que el maestro de aula observa y tema que puede ser un candidato a la repetición escolar y, sobre todo, temen más que a la repetición al fracaso. Y que ha perdido la motivación y el entusiasmo por ir a la escuela".

Almirón se refería al perfil de los niños atendidos. El 60% de ellos habían repetido al menos un año y el 60% presentaban extraedad. También se refería a las familias, que en su gran mayoría son de un nivel educativo bajo. Por lo tanto, se considera central la asistencia también a los padres, para que estos se den cuenta de la importancia de la educación para sus hijos. Y esta es una de las razones de la presencia de los maestros en los hogares.

Según Almirón, la receptividad de la familia para con el maestro comunitario fue excelente en el 90% de los casos: "Porque en la mayoría de los casos están deseos de aprender a ayudar a sus hijos. El maestro no va a hacer clases particulares a las casas. El maestro va a apoderar a la familia como educadora de los aprendizajes de sus hijos. Esta tarea en sus hogares no sólo ha elevado muchísimo la autoestima de los niños, sino también la de la familia"

Martín Lescano, de 60 años y con 35 años de profesión, el año pasado se desempeñó como maestro comunitario, siendo esto para él una de las mejores experiencias de su carrera.

Lescano trabaja en la Escuela 17 de Young y explicó el recibimiento de la gente en los hogares: "Fuera de serie. Jamás pensé que este fuera a ser tan abierto. Nos esperaban cuando por alguna razón de traslado llegábamos un minuto más tarde... Había una preocupación. Incluso, a veces, teníamos un acuerdo que si por alguna razón no podían estar en el hogar nos avisaran. Fue de muy buena relación. Los padres agradecían a la escuela".

Pero también hubo otras ocasiones en las que la cosa no fue tan fácil. Por ejemplo, el maestro comunitario llega al hogar y aparece el obstáculo de la televisión como competencia.

"En mis 35 años trabajo me tocó competir con la televisión. A la reunión o iba nadie porque estaba la novela "X". Y eso uno lo aprende y uno debe respetar los tiempos y el momento de esparcimiento que tiene la familia. No vamos a imponer... vamos a conquistar. Lo importante es el resultado final si se cumple el objetivo", afirmó Lescano.

La directora de la Escuela 17 de Young, Rita Santana, nos contó que muchas veces para los padres de los niños no es fácil abrir las puertas. Tengamos en cuenta que son hogares muy precarios, muy pobres y mucha gente tiene como cierto recelo de mostrarse ante gente extraña: "Mostrar las necesidades que tenemos no es fácil. No es fácil decirle al maestro entre y de repente está durmiendo en una pieza de tres por tres, donde tenés la cama, la olla de la comida, la silla... cuando hay. Esos los fortifica, que uno no haga diferencias sobre las situaciones que están viviendo", señaló.

Según explicó Lescano, es importante que el maestro sepa la realidad en la que vive el niño y la mejor manera de lograr eso es visitando su vivienda, tal como pasa en este programa de maestros comunitarios.
 
El maestro de aula puede saber o imaginarse como es la situación de cada chico, pero si trabaja en coordinación con un maestro comunitario que conoce el propio hogar en donde el niño vive, es mucho más fácil entender el porqué de ciertas actitudes o dificultades que el alumno pueda tener.

Además, Lescano contaba, por ejemplo, que muchas familias no tenían una mesa para trabajar y entonces, el día que iba el maestro comunitario, le pedían una al vecino. Pero, lo que él tenía en la cabeza era que, sea como sea la casa del niño, el maestro tiene que cumplir con el objetivo.

"Nosotros no nos importaba si teníamos que sentarnos en una piedra –como ocurrió- o si teníamos que dar la clase parados. Esas dificultades las teníamos que sortear con la muy buena onda. Con la muy buena disposición", explicó Lescano.

Respecto a la cantidad de horas que trabajan los maestros comunitarios, primero que nada, se mantiene el trabajo como maestro de aula y el trabajo de maestro comunitario es del 20 horas semanales. Esas 20 horas se pueden distribuir en forma bastante elástica, incluso se puede utilizar el sábado. Por esa carga horaria ganan alrededor de 4.400 pesos. 


Si repasamos algunos datos y cifras, el 75% de los niños atendidos en 2005 pasaron de año, mientras que el resto repitieron. Tengamos en cuenta que el programa comenzó en agosto, porque que sólo fueron cuatro meses de trabajo cuando el año tiene nueve. Además, estamos hablando de los niños que más dificultades tienen. Por estas razones, este porcentaje superó las expectativas que se habían planteado, al igual que pasó con la disminución de las inasistencias de los niños involucrados en el programa.

Almirón, inspectora coordinadora del Programa Infancia y Familia del Consejo de Educación Primaria, nos habla de los efectos positivos que tuvo el programa: "Mejoró la presencia de los niños en la escuela. La visión que los maestros de aula tienen con relación del vínculo del niño con el aprendizaje. Es decir, mejoró el aspecto vincular de algunos niños que trabajaron en grupos de integración que están pensado para los niños que tienen dificultades para relacionarse con otros. Fue muy grande el índice de promociones. Pensamos que andaríamos cerca del 50%, nuestra expectativa estaba allí, y un 74% de los niños pudieron promover su año escolar. También mejoró la relación de los padres que se animaron a concurrir a hablar con los maestros", comentó.

De todas formas, este informe de evaluación del Programa de Maestros Comunitarios dejó también algunos datos no tan positivos. Por ejemplo, de ese 75% de alumnos que promovieron el año, hay un 47% que presentan un aprendizaje insuficiente en lecto-escritura, hay un 49% que muestra un aprendizaje insuficiente en matemática y hay un 34% que muestra un actitud insuficiente en cuanto al aprendizaje global. Es decir que, pese a que promovieron y que en muchos casos mejoraron, aún hay un amplio porcentaje que tienen deficiencias importantes, según la opinión de los maestros de aula.

Santana, directora de la Escuela 17 de Young, se refirió a los niños con extraedad, es decir, que tienen mayor edad de lo que deberían para el año que están cursando. En este sentido, el programa tiene una línea que se llama aceleración escolar y que permite que un alumno pueda pasar de tercero a quinto, por ejemplo, si es que cumple con determinadas condiciones.

"Tu puedes encontrar a un niño que tiene 10 12 años que no ha podido avanzar de un tercer año de escuela. Si ese niño es derivado al maestro comunitario y las causas por las cuales él no ha promovido no tiene que ver con un problema intelectual, neurológico profundo y es un niño capaz de aprender. A través del trabajo con el maestro comunitario este alumno se reconcilie de alguna manera con las ganas de aprender, de avanzar...", contó Almirón.

Esto va en contra del desaliento escolar. Va en contra de la frustración que pueda sentir un alumno al ver que no avanza, que muchas veces es lo que termina haciendo que el niño abandone en forma definitiva.

Para finalizar, cabe destacar que este programa, que en 2005 atendió a casi 10.000 chicos, tiene pensado atender casi 15.000 en 2006, comenzando actividades el 19 de abril. Es decir que, no sólo se extenderá en cantidad de niños, sino también en tiempo, porque el año pasado comenzó en agosto.