¿Cómo resolvemos los problemas los uruguayos?
Leyendo el artículo sobre Penitenciaría rural, me vuelvo a plantear el tema de ¿cómo resolvemos los uruguayos los problemas?.
Creo que el tema de la superpoblación de las cárceles, como el de la droga, no se resuelven, se tratan solamente.
Resolver algo implica buscar las causas que ocasionan el problema, trabajar sobre ellas y atender los casos que ya se han instalado.
Es común ver que lo único que hace un gobierno tras otro es crear paliativos para mejorar las situaciones que preocupan a la población, pero no investigar y modificar -en caso necesario- las causas que provocaron su aparición.
Personas que delinquen existieron siempre, pero ¿por qué se produce desde hace años un aumento tan grande del número de delincuentes?
La superpoblación de las cárceles, de la que parece que han tomado conocimiento hace poco, teniendo en cuenta lo expresado por Alvaro Garcé cuando dice: "Y uno de los temas que más preocupación genera es el aumento sostenido y constante de la población carcelaria. Teníamos la percepción (a raíz de las últimas visitas) de que la población venía aumentando", está muy bien investigada por Emiliano Cotelo al preguntarle: "Esta variación en las cifras de reclusos tiene distintas interpretaciones en cuanto a su origen. ¿De qué estamos hablando? ¿De una mayor delincuencia y al mismo tiempo una mayor eficiencia en el accionar policial en conjunción con la Justicia? ¿Cómo tenemos que leer estos datos?
No va a arreglarse el problema de la superpoblación generando nuevos lugares de reclusión, sino admitiendo que es necesario un trabajo social profundo, que de cuenta de las variables que están interviniendo en la generación de este fenómeno.
Podrá ser la pobreza, la frustración, todos los fenómenos derivados de la globalización, pero es en la propia sociedad que radica el problema y aplicando paliativos no vamos a cambiar nada.
Observando las respuestas que se dan a estos temas -incluyo el de las drogas-, se puede advertir un intento de administrarlo, pero no de eliminarlo.
Son varios los frentes a atender, desde lo social, el trabajo con la familia, desde el sistema educativo, atendiendo la problemática de inserción fundamentalmente, desde lo laboral, generando puestos de empleo, etc. Conjuntamente entonces se admite el trabajo directamente con los reclusos, que debe pasar por una verdadera rehabilitación, brindandole herramientas para superarse y no llevarlos a un modelo de resolución totalmente inadecuado, premiando algo que debe internalizarse como norma.
Quizá el planteamiento sea muy idealizado, pero, si podemos concretarlo en un proyecto, pasamos al plano de la realidad.