Estados Unidos: Senado empantanado en polémica reforma migratoria
Este jueves el Senado estadounidense se prepara para definir el futuro de millones de inmigrantes indocumentados, mientras demócratas y republicanos se acusan mutuamente de obstruccionismo. El debate sobre la reforma migratoria mantiene enfrentados a los senadores, mientras se agota el plazo impuesto por el líder de la mayoría republicana, Bill Frist, para votar sobre el asunto antes de iniciar este viernes un receso de dos semanas.
En un esfuerzo por romper el estancamiento, Frist planteó este miércoles un plan que dividiría a los inmigrantes indocumentados. Según ese proyecto, quienes hayan permanecido más de cinco años en el país no serán obligados a regresar a su nación antes de legalizar su situación. Se les someterá a diversas pruebas, tendrán que pagar multas e impuestos atrasados y también se les investigará, según informó Univision.com en base a un cable de EFE.
En este sentido, los inmigrantes que hayan llegado al país hace menos de cinco años tendrán que dirigirse a un puesto fronterizo y salir brevemente del país para ser readmitidos. También se les aplicará las mismas exigencias que a los anteriores.
En tanto, los ilegales con menos de dos años de permanencia deberán abandonar el país y solicitar el reingreso desde el exterior.
Larry Reid, líder de la minoría demócrata, señaló que analizará la nueva fórmula para determinar si "la podemos apoyar". Sin embargo, las fuentes dijeron que las perspectivas de aprobación son escasas porque los términos de la nueva fórmula son similares a otros que habían sido rechazados previamente.
Los grupos a favor y en contra de la legalización, temporal o permanente, de los inmigrantes indocumentados reconocen que, si no se logra un acuerdo para este viernes, la reforma migratoria seguirá siendo ficción en el Congreso.
En tanto, el presidente estadounidense, George W. Bush, volvió a insistir este miércoles en una reforma que incluya un programa de trabajadores temporales, el cumplimiento de las leyes migratorias dentro del país y más vigilancia fronteriza.
La instancia decisiva del debate llega tras una jornada que se caracterizó por recriminaciones mutuas sobre tácticas dilatorias y obstruccionismo para impedir que un proyecto de ley del republicano Arlen Specter fuera votado en el pleno sin demoras.
La medida de Specter, que incorpora ideas de los senadores John McCain y Edward Kennedy permite un programa de trabajadores temporales. Ese esquema laboral es el que más discordias ha provocado en el Senado, porque los republicanos lo ven como una "amnistía disfrazada" y los demócratas lo venden como una solución viable a la presencia de cerca de 12 millones de inmigrantes indocumentados.
Este proyecto fue aprobado en el Comité Judicial del Senado pero, para convertirse en ley, tiene que recibir la vía libre del pleno del Senado y después ser armonizado con uno mucho más restrictivo que aprobó la Cámara de Representantes en diciembre.
El senador republicano Pat Roberts, presidente del Comité Selecto de Inteligencia, señaló que 2.300 inmigrantes indocumentados cruzan a diario la frontera desde México y durante el receso de la próxima quincena otros 32.200 habrán cruzado "sin que hagamos algo por la seguridad fronteriza".
En ese sentido, Frist insistió en que los demócratas "no tienen el valor" para dar una respuesta al problema migratorio en Estados Unidos, acusación que los demócratas rechazan tajantemente.
"Ellos (los republicanos) son los que están obstruyendo y politizando el asunto... no quieren que el proyecto de Specter se someta a votación", dijo Federico de Jesús, portavoz hispano del legislador Reid. "Están buscando un pretexto político para lavarse las manos y ocultar su división interna. Si votan contra el proyecto de Specter, no estarían mostrando seriedad", agregó.