Renacer, una ONG donde cumplen penas alternativas menores infractores
Cuando un adolescente comete un delito el juez no siempre determina internarlo en dependencias del INAU. Existen penas alternativas, basadas en un trabajo psicoeducativo que intenta que el adolescente corrija determinadas conductas que hacen difícil su interacción social. Les proponemos conocer la tarea de "Renacer", una de las ONG que llevan adelante esas penas alternativas ordenadas por la Justicia. Informe de Santiago Díaz
La relación de la minoridad con la delincuencia es uno de los temas que genera mayor polémica en los últimos tiempos. Tanto es así, que el nuevo Código de la Niñez y la Adolescencia, aprobado hace sólo un año, podría volver a ser modificado, en medio de un fuerte debate entre diferentes actores sociales. Abordaremos el tema de la minoridad infractora desde un punto de vista diferente: cuando un adolescente comete un delito, el juez no siempre determina la internación. Existen penas alternativas, basadas en trabajos psicoeducativos que intentan que el adolescente corrija determinadas conductas que hacen difícil su interacción social.
Para darle un contexto a todo esto, cabe destacar en qué situaciones un juez de adolescentes determina las penas alternativas. Los derivados al programa de Renacer cumplen la pena llamada "libertad asistida", que es una de las penas alternativas establecidas por el nuevo Código de la Niñez y la Adolescencia que, pese a que se esta discutiendo su modificación, sólo tiene un año desde su aprobación.
La abogada de Renacer, Elena Vázquez, nos dio una visión más clara del asunto: "Nosotros como país ratificamos la Convención Latinoamericana de los Derechos del Niño, desde el año 90, donde se estable que la última pena que puede establecer el juez es la internación. Y el Código sancionado el año pasado (establece) exactamente los mismos principios. La internación debe ser la última medida que aplique el juez. Teniendo en cuenta que un infractor adolescente que está con su grupo barrial, con su familia y la internación lo saca de todos sus medios y no lo ayuda. Entonces el juez debe tener en cuenta todos esos casos y la última medida que aplica es la internación", comentó.
El Código establece que se proceda a la internación cuando no hay otra opción, cuando se trata de delitos muy graves, como por ejemplo el homicidio. La máxima pena de internación es por cinco años y generalmente se aplica cuando hay un caso conjunto de homicidio y violación. Mientras tanto, los delitos más frecuentes que se penan con la libertad asistida son las conductas violentas (lesiones, lesiones graves, intento de homicidio y rapiñas) y delitos sexuales. El tiempo máximo que suele disponer el juez para una libertad asistida es de dos años. Lo que puede pasar también es que el adolescente cumple parte de la pena con la internación y la otra parte con la libertad asistida.
La libertad asistida y la libertad vigilada, que es un poco más severa y más difícil de instrumentar, son las más comunes entre las penas alternativas. Pero también hay otras que son menos severas y casi no se usan como la amonestación, la advertencia, la orientación a la familia, la prohibición de manejar motos y de entrar a determinados espectáculos.
Las penas alternativas a la internación se utilizan típicamente con los primarios, ya con los reincidentes, en general se ordena la internación, aunque siempre influye el tipo de delito cometido. Si bien el Código no estipula la influencia del antecedente, según nos explicaban la gente de Renacer, a la hora de la verdad, el antecedente sí influye en la consideración de los jueces.
La ONG Renacer no es el único programa utilizado por la Justicia para derivar adolescentes a los que se les aplicas penas alternativas a la privación de libertad. Hay otros tres programas en Montevideo, uno en Canelones y otro en Maldonado.
La ausencia de estos programas en la mayoría de los departamentos, hace que muchos adolescentes de esas localidades sean internados, cuando tal vez tendrían la chance de cumplir con una pena alternativa. Una vez que el juez determina que un adolescente debe cumplir con el programa, Renacer realiza la primera entrevista con el adolescente en la sede judicial y allí va conociendo las primeras características de su personalidad y, entre otras cosas el motivo, por el cual se le aplica la pena.
Ya en el local de Renacer, se produce una segunda entrevista en la que se profundiza un poco más en el perfil del adolescente, en el contexto en el que vive y en las características de su grupo familiar.
"Lo fundamental es el trabajo psicoeducativo. Pero aparte de esto es importante acompañar el proceso de ese adolescente en otros procesos que veamos de que hay alguna carencia", explicó Delia Fernández, directora del programa.
El tiempo que el adolescente debe permanecer en el programa lo determina el juez de acuerdo a la gravedad del delito, aunque la frecuencia en la que debe concurrir la establece la ONG, en función de las necesidades y el tratamiento que deba hacerse con cada persona.
Hay que destacar que, al ser una medida impuesta por la Justicia, el cumplimiento del programa es absolutamente obligatorio.
El programa también trabaja con las familias de los adolescentes, en algo que se considera fundamental para conseguir resultados exitosos.
"Concretamente hay un grupo de apoyo a padres que tienen como objetivo saber que tienen una instancia donde plantear sus dudas, decir qué cosas como padres sería bueno modificar. De alguna manera, la familia también revisa ciertos aspectos respecto a la educación de sus hijos, a cosas que les dio y que nos les dio. Y en eso el compromiso de los padres es variado. Tenemos experiencias muy buenas y tenemos de las otras. En los casos en que los procesos son acompañados por las familias hemos observado que el proceso es mejor tanto para el joven como para los padres", explicó Claudia Bermúdez, una de las psicólogas del programa.
Ya que tocamos el tema de la familia, tuve la oportunidad de hablar con Mercedes, la madre de uno de los menores que fue derivado a Renacer por el juez de Adolescentes. Su hijo ahora tiene 17 años y fue penado por el delito de lesiones graves a cumplir una libertad asistida de siete meses. No llegó a estar internado, pero sí estuvo un mes con arresto domiciliario. En abril de 2005 comenzó con el programa, del cual también participó su madre.
Renacer comenzó a hacer este tipo de trabajos en 1997, cuando desde el ámbito judicial empezaron a derivar jóvenes hacia allí. Pero, desde 1999 ya lo hace formal y oficialmente, porque en ese año se firmó un acuerdo con el INAME. Desde 1997 al 2005 pasaron, por distintos causales, 148 jóvenes por el programa, de los cuales el 14% reincidió. Estos datos fueron recabados a través de los juzgados de adolescentes, por lo que la información se limita a cuando la persona cumple 18 años. Es decir, se sabe que no reincidieron como menores, pero no se sabe qué fue lo que pasó después de esa edad.
De todas maneras, según Delia Fernández, la adolescencia es una etapa de la vida muy particular, de estabilización en una cantidad de cosas. Y a ellos esto les hace pensar que si la persona logró no reincidir en la adolescencia, tiene grandes posibilidades de mantenerse así en la vida como adulto.
Obviamente que los responsables de Renacer son defensores de las penas alternativas a la privación de libertad, porque creen que son mucho más productivas que la internación. Pero, hay otras visiones, y las hay dentro de los mismos jueces que actúan en el tema de minoridad. Y esas opiniones influyen en las decisiones y en el destino que tienen los jóvenes.
En Montevideo hay cuatro jueces de adolescentes y cada uno de ellos tiene su visión del tema y esa visión influye mucho, por más que haya un Código que estipula su accionar. Allí en Renacer me contaban que, de acuerdo al juez que actúe, es bastante previsible cuál va ser el destino del menor infractor, si va a ser internado o si se le va a aplicar una pena alternativa.
Para finalizar, respecto al Código de la Niñez y la Adolescencia, en este momento, convocado por Unicef, se está realizando en el Hotel Palladium un evento que tiene como meta analizar las dificultades en la aplicación del nuevo Código.
Si bien convoca Unicef, están invitados varios legisladores que han trabajado mucho en este tema como Margarita Percovich y Beatriz Argimón, así como la ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, el presidente del INAU, Víctor Giorgi, y el subsecretario del Interior, Juan Faroppa. Recordemos que Faroppa manifestó públicamente la necesidad de modificar el Código de la Niñez y la Adolescencia, tema que obviamente se está tocando en estos momentos.