Entrevistas

Alfie: la Justicia se sintió "tocada" con el libro de Paolillo

Alfie: la Justicia se sintió "tocada" con el libro de Paolillo

El senador Isaac Alfie dijo que la detención de Juan Peirano es "un primer paso". Afirmó que para que eso sucediera fue determinante la aparición del libro "La cacería del caballero". "Nosotros, que nos reuníamos periódicamente con De Brun y Vieytes, lo veíamos muerto al tema, y no entendíamos por qué, porque estaba ahí", recordó. Alfie reiteró que será muy difícil avanzar en la recuperación de activos.

(Emitido a las 7.39)

EMILIANO COTELO:
Fue la noticia más fuerte del viernes pasado, se instaló como tema obligado durante todo el fin de semana y ayer tenía otro pico de interés.

Me refiero al arresto en Coral Gables, Miami, de Juan Peirano. Ayer, en la primera comparecencia ante la Justicia estadounidense después de su detención, un muy entrado en canas Juan Peirano Basso escuchó, esposado y con el uniforme de la cárcel, la decisión del juez de mantenerlo en prisión sin derecho a fianza y continuar el próximo viernes con el procedimiento que puede derivar en su extradición a Uruguay o en su liberación en poco más de un mes.

Esta última posibilidad, la de la liberación, fue adelantada al diario El País por el abogado defensor provisorio de Juan Peirano, el doctor Joseph de Maria, poco después de que finalizara la fugaz instancia judicial, una audiencia que duró exactamente dos minutos y que marcó el inicio de un intrincado proceso que se dilucidará en la Corte Federal del Sur de la Florida, ubicada en el centro de la ciudad de Miami.

Para el doctor Joseph de Maria el caso se basa en un arresto hecho a solicitud de las autoridades uruguayas que, en su opinión, sólo han presentado sospechas y no cargos formales. Ahora Uruguay tiene 45 días para poner a disposición de la Justicia estadounidense todos los antecedentes y pruebas con que cuente, precisó el profesional. Para este abogado es posible, en ese lapso, lograr la liberación de Juan Peirano basándose en la ley estadounidense que no permite la continuación de la privación de libertad sólo por sospechas. Opinó que en este caso pueden existir presiones políticas e internacionales pero –subrayó– "aquí rigen las leyes estadounidenses". Destacó que su defendido no tiene cargos locales, pues no cuenta con ningún antecedente, y además tiene todos los documentos migratorios en regla, incluyendo la conocida greencard o certificado de residencia, elementos que influyen a su favor.

En la solicitud de extradición Uruguay sostiene que Juan Peirano era el responsable de un grupo que dirigió, entre 1993 y 2002, diversas instituciones financieras en Uruguay, Argentina y Paraguay, y que presuntamente fue responsable de un gran número de operaciones y transacciones financieras que violaban las leyes de la política bancaria del Banco Central (BCU).

Estamos en diálogo con el economista Isaac Alfie, senador de la lista 15 y ministro de Economía durante el gobierno del doctor Jorge Batlle.

***

Senador Alfie, ¿cómo ha recibido usted estas noticias, la del viernes y la de ayer?

ISAAC ALFIE:
Empezamos por la del viernes. Los sentimientos no sé cómo se pueden expresar, de satisfacción, si uno está contento, si no está contento, en realidad es un primer paso. Uno va a estar contento si efectivamente Juan Peirano Basso queda preso y además se descubren nuevos bienes con los cuales recuperar el dinero. Usted sabe que esto va por dos carriles separados: el BCU y el Ministerio de Economía (MEF) en su momento –el BCU por orden legal y el MEF por ser el acreedor principal– para recuperar los bienes y satisfacer lo más posible a los depositantes que quedaron sin cobrar el 100% de sus depósitos y la justicia por el delito penal. Por lo tanto es un primer paso, para nosotros era importantísimo porque si bien había cuatro del grupo presos desde agosto de 2002, todo hacía pensar que el que quedaba fuera tenía cierta relevancia y podía estar manejando fondos, dineros o activos del grupo.

EC - Justamente, durante el gobierno anterior, mientras usted era ministro de Economía, se contrató a una empresa estadounidense, International Fraud Protection Consultants (IFPC), para que se ocupara de localizar activos del grupo Peirano, cosa que requería, según esta empresa dirigida por Paul Wolker, ubicar antes al propio Juan Peirano. En esa dirección se trabajó e incluso se logró localizarlo en octubre de 2004, en ese caso en Clarksville, en el estado de Tennessee.

IA - Exacto. Fue así, nosotros vía BCU, que era el que tenía la facultad legal, tratamos de hacer en 2003 y todo 2004 no sólo con el tema Peirano sino con los tres bancos una investigación exhaustiva a lo largo del mundo. Teníamos que buscar activos por un lado, las personas por otro y determinadas conexiones por otro.

EC - Usted dice que esto no se centró sólo en el caso del grupo Velox y del Banco Montevideo-Caja Obrera, sino que se ocupó también del caso del viejo Banco Comercial y el Banco de Crédito.

IA - Del Banco de Crédito no, en ese caso no había dolo, el Banco de Crédito se fundió pero no había dolo; sí lo hubo en el Banco Comercial. De hecho, hubo varios intentos, el BCU primero subcontrató determinado estudio de abogados en Estados Unidos, que no dio gran resultado, y luego nos conectamos con IFPC, que tiene sede en Washington y en Buenos Aires, cuyo principal es Stephen Wolker, y allí dieron resultado rápidamente las cosas, se ubicó a Peirano, se ubicó con qué pasaporte andaba, se ubicó la dirección, se ubicó el nombre de fantasía que usaba, se ubicaron las tarjetas de crédito que tenía y empezó un proceso en el cual intervenía básicamente la justicia, porque para extraditarlo precisábamos la orden judicial, y el tema era hacer valer el convenio de 1984 entre Uruguay y Estados Unidos.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos no dispone la extradición si el pedido no está bien hecho, por lo menos una preforma para estar seguros de que no van a fracasar, porque el tiempo es escaso, son sólo 45 días, y normalmente eso no se hace en 45 días. Todo esto llevó a... lo que está en el libro de Paolillo básicamente...

EC - Sí, ayer hablábamos con Claudio Paolillo, autor del libro La cacería del caballero, en el cual relata todas estas alternativas.

IA - Ahí está. Se hizo todo eso, las reuniones con el embajador de Estados Unidos, las reuniones con Leslie van Rompaey, que claramente nos dio una mano, se interesó muchísimo...

EC - Usted se refiere al entonces presidente de la Suprema Corte de Justicia.

IA - Exactamente. Todo termina en que el juez de la causa tenía que hacer los papeles; el Ministerio de Relaciones Exteriores hizo rápidamente las traducciones en su momento, el Ministerio del Interior estaba jugando su partido pero no podía hacer más de lo que estaba haciendo, todo el tema iba por el juez de la causa. Desde Montevideo parecía que era un poco difícil, le pedimos al embajador en Estados Unidos, Fernández Faingold, que buscara la manera de que el Departamento de Justicia recibiera al juez de la causa y a la persona de INTERPOL encargada para ver si podíamos hacer las cosas más rápido; se consiguió eso, de hecho la justicia no tenía plata para pagar el pasaje y lo pagó el MEF, y después pasó el tiempo y quedó. Quedó pero parecía que algo estaba avanzado si no, no se puede ser tan rápido.

Ahora estamos en ese primer paso. Ojalá se consiga la extradición, ojalá esté todo bien hecho, ojalá estén los cargos bien formulados. De que la solicitud de extradición está bien hecha no dudo, porque si no la Justicia estadounidense no habría mandado detener a Peirano; ojalá tenga suficiente sustento el pedido de la justicia de réditos, que es el otro tema.

EC - ¿Por qué entiende usted que en aquel momento, fines de 2004, principios de 2005, no hubo manera de concretar el arresto provisional y mucho menos la extradición? ¿Por qué pasó un año y pico sin novedades, hasta que el doctor Pablo Eguren dejó la causa, en febrero de este año? ¿Por qué ahora los episodios se desencadenan y se puede efectivizar el arresto en Miami?

IA - Eso habría que preguntárselo al juez de la causa, no a nosotros. Nosotros hicimos todo lo posible para tener esto, desde fines de setiembre, primeros días de octubre del año 2004 estamos con esto. Habría que preguntarle al juez de la causa por qué no terminó, por qué no pudo terminar, cuáles fueron los inconvenientes. Yo no puedo aventurar opinión, sería un atrevido porque desconozco.

EC - ¿Usted tiene una visión crítica del papel que jugó el doctor Eguren en aquellos intentos?

IA - No puedo decir si el doctor Eguren hizo todo el esfuerzo o no porque no conozco el tema por dentro. Hablé con él antes de ir, recuerdo que hablamos en diciembre y hablé con él por teléfono, después de volver vino a hablar conmigo y me dijo que estaba todo prácticamente encaminado. No era nuestra función intervenir allí más que para colaborar con la Justicia, nuestra función era otra, la Justicia tenía un motivo, nosotros teníamos otro, casualmente los dos motivos convergían en la misma persona y hubo una colaboración intensa. También vinieron unos fiscales de Estados Unidos a fines de enero de 2005, ahí pusimos varias cosas arriba de la mesa, hicimos todo lo posible para colaborar.

EC - Tengo entendido que el doctor Eguren también tuvo reuniones con representantes del Departamento de Justicia en la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, todo eso durante el año 2005. Y según la versión que ha circulado, de fuentes cercanas al doctor Eguren, porque el propio juez no ha querido hacer declaraciones, lo que ocurría era que los representantes del gobierno de Estados Unidos siempre exigían algo más, que era de nunca acabar.

IA - No le digo que no, no sé exactamente, es un tema judicial puro y otro tema era el nuestro, nosotros podíamos hacer hasta donde podíamos llegar, conseguimos –no nosotros, el Ministerio de Relaciones Exteriores vía nuestro embajador en Estados Unidos, Fernández Faingold– una entrevista más rápida con gente de muy alto nivel del Departamento de Justicia de Estados Unidos, que es totalmente independiente del gobierno, como acá. Son cosas que van por carriles independientes. Incluso recuerdo que cuando fuimos a hablar con el embajador de Estados Unidos, que fuimos con el doctor Miguel Vieytes, y cuando hablamos con el doctor Van Rompaey, los dos estábamos muy interesados, pero la Justicia es independiente, igual que acá, y no podíamos hacer nada, más que decirles: "Miren, es un caso importante en Uruguay, a ver si nos pueden recibir más rápido", pero nada más que eso, hasta ahí podía llegar. Van Rompaey también me dijo: "Primero el juez de la causa tiene mucha cosa, estamos interesados, vamos a ver si el juez de la causa se puede hacer un espacio más relevante". Usted ve que a veces los jueces están sobrecargados de cosas, el corto plazo y la coyuntura, como en este caso, y después están de guardia, atendiendo algún rapiñero, es complicado. Además estos no son casos comunes y en Uruguay falta experiencia, en los delitos económicos no hay una justicia avezada, y tiene que ser una justicia muy especializada.

EC - Todo indica que incluso la legislación está obsoleta.

IA - Puede ser, es posible que la legislación esté obsoleta. Los temas de extradición no son sencillos, hay que cumplir determinadas formalidades, sobre todo con Estados Unidos, porque nos decían que había pasado que transcurrido el período de extradición no podía formalizarse en tiempo y forma, entonces las personas quedaban libres y hacían juicios contra el Estado por haberlas detenido ilegalmente. Por eso demoró, hace un año y medio que están dando vueltas, cuando estaba identificado y supuestamente estaba hecho.

EC - ¿Para usted puede haber incidido en el giro que tomaron últimamente los acontecimientos el hecho de que se conociera que Juan Peirano había obtenido la greencard en Estados Unidos, algo en principio inexplicable?

IA - Yo creo que lo que influyó fue la aparición del libro, no me cabe duda, porque nosotros, que nos reuníamos periódicamente con De Brun y Vieytes, lo veíamos muerto al tema, y no entendíamos por qué, porque estaba ahí. Creo que la aparición del libro influyó decididamente para que el gobierno tomara de vuelta el asunto y la Justicia se haya sentido un poco tocada y haya dicho "ahora tenemos que darle prioridad sí o sí, porque lo tenemos, tenemos todo y tenemos que terminarlo", entonces en poco tiempo, en dos meses, se pudieron hacer los papeles. Igual llevaron dos meses, no es que se hicieron en cinco días.

EC - ¿Usted cree factible que a partir de la ubicación de Juan Peirano se pueda dar el otro paso, que era el que en principio generó la idea en el gobierno anterior de contratar a esa empresa de investigaciones que lo buscó por Estados Unidos? ¿Se podrá, a partir de la localización de Juan Peirano, llegar a activos del grupo Velox o de la familia Peirano distribuidos por el mundo?

IA - La administración anterior del BCU tenía 300 embargos sobre activos del grupo Peirano en Uruguay y en algún país de América. 300, no es poca cosa. Según se dice, algo se debería encontrar, hay bienes, Peirano estaría administrando bienes; usted me dirá que no están a nombre de él; yo no sé hasta qué momento uno puede retrotraer los efectos en acciones bajo otras leyes, no bajo las leyes uruguayas. Tenemos la esperanza, no estoy seguro en este momento, nunca estuvimos seguros pero teníamos la esperanza de que hubiera acciones cedidas a determinadas personas, amigos, familiares, que al final se pudiera ir para atrás y decir "esto igual se embarga".

EC - El canciller Reinaldo Gargano dice que, según la información que obra en su poder, Juan Peirano Basso maneja actualmente un capital estimado en 400 millones de dólares. ¿Tiene algún número de ese estilo?

IA - No, sabíamos de los negocios que hacía, pero no teníamos información sobre el patrimonio ni el capital que manejaba. A veces se confunde capital con patrimonio neto, usted maneja activos de determinadas empresas que valen tanto, pero las empresas también tienen deudas, que son legítimas. No sabría decirle.

EC - Le preguntaba porque ayer tanto el presidente actual del BCU, Walter Cancela, como el doctor Víctor della Valle, abogado de un grupo de ahorristas damnificados por el caso del Banco Montevideo-Caja Obrera, se manifestaban bastante escépticos, entendían que ese entramado de negocios seguramente está muy bien armado y distribuido en distintos puntos del planeta, por lo que llegar a individualizar esos negocios y actuar sobre ellos se presenta como algo particularmente complejo.

IA - Yo estoy de acuerdo con ambas opiniones, y mucho más por el tiempo que pasó, que siguió pasando. La esperanza es lo último que se pierde, no creo que sea tan difícil individualizar en qué negocios está, estoy seguro de que esta empresa de investigaciones debe tener todo individualizado; de hecho fue la misma empresa que ganó un juicio en Nueva York para unos paraguayos. No sé si la empresa sigue contratada, creo que no, que el BCU la descontrató en determinado momento.

EC - Sí, según dijo ayer Cancela, una vez que la empresa les entregó un informe con el resultado de sus actuaciones, finalizó el vínculo.

IA - Muy bien, y ahí aparecieron los paraguayos, hicieron el juicio y cobraron, creo que algo cobraron porque algo pasó por Estados Unidos. Yo no sé exactamente cómo es el tema en este caso en la Justicia estadounidense, en su momento se nos decía que se podían desarmar algunas cosas, siempre y cuando estuvieran en Estados Unidos. O sea, qué se va a tener y qué no, estoy seguro de que lo van a saber, si participa en las empresas A, B o D, pero después, si los papeles o los documentos, los títulos de propiedad lo reflejan o no, comparto con Cancela y con el abogado Della Valle que va a ser difícil que se refleje y entonces habrá que ver si se puede ir para atrás o no. Estoy seguro de que es bien difícil poder recuperar mucho a esta altura, ojalá se pueda recuperar el máximo posible. También puede pasar que haya otros bienes en otros lugares, no sólo en Estados Unidos sino acá en la región, que uno no sepa pero que Juan Peirano sabe y quizás por allí aparezcan cosas.

----------
Edición: Mauricio Erramuspe