Para Gasparri "es inevitable que esto ocurra después de que se ha hablado de regularizaciones masivas de cientos de miles de clandestinos y que se afirma que no se harán más expulsiones hacia países africanos", informó Infoinmirgantes.com.

En ese sentido, este miércoles Ferrero declaró que el gobierno adoptará un decreto por que el se podrá regularizar a hasta 480.000 inmigrantes, que ya lo han pedido. Se trata de las peticiones presentadas presuntamente por italianos que pretendían contratar a inmigrantes extranjeros que aún se encontraban en su país de origen, si bien las largas filas que se formaron demostraron que casi todos los extranjeros estaban ya en Italia.

Además, el ministro de Solidaridad Social italiano explicó que no se trata de una regularización de inmigrantes ilegales sino que se trataría "de hacer visibles a estar personas que hace meses habían pedido ser regularizadas a través de peticiones". Y agregó: "son inmigrantes que pueden tener o ya tienen un contrato de trabajo y tendrían que ser legalizados".

Ferrero también anunció que "no habrá expulsiones hacia aquellos países que no han firmado la Convención de Ginebra, entre ellos Libia". Ya que el nuevo Ejecutivo retomó las negociaciones con el gobierno libio para el control de las costas y el embajador libio ante la Santa Sede, Hbdulhafed Gaddur, se entrevistó este miércoles con el ministro del Interior, Giuliano Amato, y dijo que su país tiene la intención de cooperar con Italia para controlar la inmigración clandestina.

"La izquierda quiere abrir indiscriminadamente las puertas a los inmigrantes no comunitarios", mientras que desde Forza Italia se habla de "irresponsables declaraciones del ministro Ferrero", comentó el miembro de la Liga Norte, Roberto Maroni.