El mandatario dijo que los fenómenos migratorios (que tienen como causa la pobreza y las desigualdades) son uno de los mayores desafíos de su gobierno.

Y recordó su postura: que España reconoce el derecho de las personas que llegan desde otro país a trabajar (porque "están contribuyendo al crecimiento de España") pero que "todos deben residir legalmente".

En ese sentido, dijo que "la clave" para encauzar el fenómeno de la inmigración es la legalidad ajustada a las posibilidades del mercado de trabajo español.

Además, Rodríguez Zapatero sostuvo que la legalidad, el máximo control de fronteras, la integración de los inmigrantes en la sociedad y el respeto a los derechos humanos son -a su juicio—los puntos a tener en cuenta.

"La inmigración es en España un fenómeno aún reciente, que se experimenta sin embargo con intensidad. España ha sido un país de emigrantes, sabemos lo que ello representa...Por eso debemos mantener una actitud ante los que viene de fuera como la que nosotros hemos exigido históricamente cuando nuestros compatriotas tenían que ir a buscarse su futuro más allá de nuestras fronteras", dijo. 

La inmigración es tema que está en primer plano actualmente por la llegada masiva de personas 'sin papeles' a Islas Canarias. En lo que va del año, ya llegaron 9.000 personas.

Rodríguez Zapatero también centró gran parte de su discurso en la situación de la economía española, y aunque consideró que la misma empieza a 'crecer mejor' admite que persisten problemas. A juicio del gobierno, la alta inversión o la mejora de las exportaciones arrojan datos positivos. Pero siguen los problemas de la alta inflación y del déficit exterior.

El gobernante anunció cambios para "ayudar" a los jóvenes. Por ejemplo, que los menores de 35 años no van a tener que pagar el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas de los alquileres inmobiliarios (para incrementar la oferta de alquileres destinados a esa franja).

También quienes tengan entre 18 y 30 años podrán acceder a subvenciones de hasta 1.000 euros para cursos de inglés y acceder a programas de préstamos para comprar paquetes informáticos y para formación en las tecnologías de la información.

Otro de los pilares del discurso fue la negociación del final de la violencia de ETA. Todos los partidos políticos que presencian este debate en el Congreso están pendientes de las conversaciones de paz que tendrá el Gobierno con ETA a partir de junio.

Rodríguez Zapatero sólo dedicó pocas palabras al tema: se comprometió al "máximo diálogo" con todos los partidos y pidió "generosidad" a todos los actores políticos.

En esta ronda de debates, luego del presidente, intervino en el Congreso el líder del principal partido de la oposición, Mariano Rajoy. Empezó hablando del final de la violencia con ETA e insistió en que sólo apoyará el diálogo con la banda "si no se paga precio político".

"El Partido Popular no prestará su apoyo a ninguna clase de negociación que tenga como objeto pagar un precio político...Bien sea ETA, sus cómplices o sus sostenedores. ETA debe perder toda esperanza de lograr ni uno sólo de los objetivos por los que ha estado matando, entre otros la autodeterminación y la anexión de Navarra", afirmó.

(Con información de El Mundo y El País)