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La relación entre la pasta base y la delincuencia

"Es como empezar a cumplir un sueño verificar el descenso general de los delitos en nuestro país", señaló el ministro del Interior, José Díaz, al revelar los datos estadísticos sobre actos delictivos en el primer trimestre de 2006. Por otro lado está la pasta base que provoca una adicción que lleva a los consumidores a hacer cualquier cosa para conseguir otra dosis. El informe de Leonel García pretende determinar la relación entre la pasta base y la delincuencia, analizar por qué descendió la actividad delictiva y ver qué se está haciendo para tratar esta adicción.

"Es por la pasta base". Esta es una respuesta que dieron jueces de menores, funcionarios policiales, de gobierno y periodistas para explicar la sensación de inseguridad generalizada que data desde mediados de 2003. Pero tres años después, los números de delitos marcan otra cosa.

Según el Observatorio Nacional de Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior en el primer trimestre de 2006 se registró un 1,8% menos de rapiñas que el mismo período del año pasado en todo el país. Los hurtos bajaron un 3,1%, los homicidios un 2,2% y la violencia doméstica se redujo un 0,8%. Sólo las lesiones a la persona aumentaron un 1,3%.

Según señaló el sociólogo Rafael Paternain en este momento en Uruguay hay una "moderada tendencia de decrecimiento para todos los delitos", que no se daba desde 1998. Una hipótesis es que la gente denuncia menos, pero los expertos sostienen que no hay motivos para que esto ocurra. Se calcula que aproximadamente el 40% de los delitos, contra la persona o la propiedad no son denunciados.

La otra hipótesis que explicaría esta situación, la que sostiene el Ministerio del Interior, es que el entorno macroeconómico y macrosocial es mejor que en años anteriores. "Generalmente cuando hay un proceso de crisis económica como ha vivido el país desde 1999 hasta 2005, nosotros veíamos que al mismo tiempo aumentaban ciertos delitos de manera paralela", comentó Paternain.

Siguiendo esta línea, la pasta base irrumpió con fuerza en Uruguay cuando aún estaba fresca la crisis de 2002, en un entorno macroeconómico totalmente distinto. De hecho, si vamos a los números, en 2004 y 2005 se registró un incremento –desacelerado- en las denuncias de rapiñas, daños y hurtos con respecto a sus años anteriores.

En los primeros meses de 2006 se refleja un descenso. Pero esto no va de la mano de un descenso del consumo de la pasta base, algo no probado. De hecho, proporcionalmente, las incautaciones son mayores.

Paternain señaló que estadísticamente no tienen una relación entre el consumo de pasta base y la actividad delictiva, dado que esa es una tarea "imposible", no sólo para la pasta base sino para el resto de las drogas. Además, no cree en una relación de causalidad directa. "Se denuncian en el país 180.000 delitos en todo el año y en todo el territorio nacional. Ningún sistema de información puede discriminar cómo medir la prevalencia en cada una de esas situaciones", indicó.

Además, Paternain reconoce que la estadística, que incluye unas 180.000 denuncias al año, no está libre de usos interpretativos, pero sostiene que no se puede hacer una relación lineal entre la pasta base y la delincuencia.

Si bien no se refleja estadísticamente la incidencia de la pasta base en los delitos, lo que hay es una percepción de que existe una mayor saña en los delitos. En este sentido Paternain destacaba que, por ejemplo, en 2005 se produjo un 18% más de rapiñas que en 2004. Pero ese índice se redujo en este primer trimestre y en todo caso, no especifica la prevalencia de droga alguna.

No obstante, sí se puede decir en base a cifras que cuando van cinco meses de 2006, se ha incautado poco más de 17 kilos de pasta base. Esto es aproximadamente un 50% de lo incautado en 2005. De seguir así, al final de este año se habrán aumentado las incautaciones en un 20%.

Según explicó el inspector Julio Guarteche, director de la Brigada Antinarcóticos, la Policía está trabajando en la incautación de drogas. "El ingreso de pasta base se hace a través de la frontera con Argentina. Nosotros trabajamos en base a tareas de inteligencia, pero hay dos organismos (Prefectura y Aduanas) que están enmarcados en el trabajo de control en las fronteras. Hay muchos lugares de venta en Montevideo, y nosotros estamos tratando de concentrarnos en aquellos individuos que tienen la capacidad para ingresarla"

Milton Romani, secretario de la Junta Nacional de Drogas, señaló que no puede establecerse si hay más o menos pasta base que en años anteriores. "No tenemos percepciones de que haya aumentado o disminuido (el consumo). En otros entornos sociales es probable que haya ingresado porque en el tema del consumo de drogas hay una retroalimentación de algunos fenómenos que son interesantes (... ) Por  ejemplo lo que genera el fenómeno de la pasta base a través de los medios de comunicación".

De un 2003 sin incautaciones se pasó a un 2004 con casi 30 kilos incautadas de esta sustancia. Este índice aumentó un 16% al 2005. Entre esos años se había registrado un incremento –desacelerado según Paternain- de los delitos violentos. Pero la relación entre ambos hechos nunca se pudo establecer estadísticamente.

En el caso de la pasta base la dificultad para la Policía radica en que las bocas de venta la realizan, en general, narcotraficantes de pequeño porte, comentó Guarteche.

La Policía detectó que una manera que tienen los vendedores de droga para señalar que tienen mercadería es colgar zapatos viejos o championes en cables, árboles o alambres (como el símbolo de la tragedia de Cromagnon).

Según explicó el secretario de la Junta Nacional de Drogas, Romani, la pasta base no es privativa sólo de los sectores sociales más carenciados, pero es ahí donde "ha hecho carne". "Debemos cuestionarnos todos si es la paste base o es un caldo de cultivo de la mala alimentación, de la indigencia y la marginación, que hace estragos en los sectores más pobre, que carecen de redes sociales para contenerlos".

Cabe señalar que la pasta base de cocaína es la versión impura, no tratada de la cocaína. Es más barata, más adictiva y de efecto más fuerte que la cocaína. Las hojas de coca son maceradas y luego, en vez de seguir el proceso que culminaría en el clorhidrato de cocaína, es mezclada con solventes como parafina, ácido sulfúrico, éter o bencina. El polvo blancuzco amarillento que se genera se fuma a veces mezclada con marihuana, tabaco a través de pipas o latas agujeradas, de ahí viene el sobrenombre de "la lata".

La pasta base tiene un efecto muy rápido, entre ocho y 40 segundos tras su inhalación se alcanza un estado de euforia que pocas drogas consiguen. Pero también está el denominado "bajón", la disforia, que también es muy pronunciado y veloz. Se calcula que éste último llega en pocos minutos, no más de 10. Es por eso que el consumidor para evitarlo tiene que reiterar las dosis. La adicción es casi incontrolable. A los tres meses de consumo ya hay graves daños a nivel psíquico y físico. Esto se refleja en un individuo demacrado y paranoico, que ha perdido peso, está pálido, sufre taquicardias o insomnio y cuadros alucinatorios o de psicosis.

Una lágrima, entre medio y un gramo, cuesta 50 pesos aproximadamente. Es por su bajo precio que rápidamente se difundió entre los sectores más pobres de la sociedad.

En cuanto a lo qué está haciendo el Estado para combatir la pasta base, recientemente comenzó a funcionar el Portal Amarillo. La atención telefónica comenzó a funcionar el 24 de abril pasado, una semana después abrió sus puertas el Portal en la esquina de Pena y Coronilla, en Paso de la Arena.

El portal es un emprendimiento a cargo de la Junta Nacional de Drogas, el Ministerio de Salud Público y el INAU. La directora ejecutiva es la psiquiatra Susana Grunbaun, quien contó algunas de las consecuencias de la pasta base con la que tiene que lidiar casi todos los días: "Por un lado están las consecuencias en la parte física, que suceden como con otras sustancias similares, como la cocaína. Esto afecta todos los órganos del ser humano. Y, por otro lado, está también el nivel psicológico, en trastornos psiquiátricos, neurológicos. (...) Que generan una necesidad de volver a consumir".

A través del teléfono 309 10 20, el Portal Amarillo recibió en mayo entre 500 y 600 llamadas. A su vez, ha atendido en el establecimiento a 80 personas. Entre el 70% y 80% de los casos de adictos, la protagonista es la pasta base. Un porcentaje esperado, ya que es el que se repite casi desde 2004, en los centros de Atención: toxicológica de Salud Pública.

Grunbaun explicó que la mayoría de los que se acercan son adolescentes varones en el entorno de los 15 años. Pero también hay menores y otros que rondan los 25 años.

También hay quien llega sólo a pedir ayuda pero en otros casos la denuncia la hacen los familiares. Aún no hay datos estadísticos que reflejen esta relación.

Grunbaun indicó cómo se puede pedir ayuda en el Portal Amarillo: "pueden llamar tanto los familiares, porque sabemos que en estos casos la familia también está sufriendo, y necesita apoyo, sostén, orientación. Por ese motivo nosotros tenemos un grupo de apoyo a los familiares. Por otro lado, también pueden llamar los propios usuarios y pedir hora telefónicamente".

En tanto, Romani explicó que para acceder a un tratamiento la primera medida es asistir a la policlínica barrial, si es usuario de Salud Pública, o a la mutualista, si es socio. Además, Romani dijo que se constató que, por lo menos en tres casos, las mutualistas han recomendado la desafiliación del socio para poder acceder al Portal Amarillo, que está destinado a usuarios de Salud Pública. Directamente calificó esta situación como "una `piolada´ que no está dispuesto a admitir". También señaló excepciones, como que el pasado miércoles se inauguró un servicio privado de control de adicciones.

En cuanto al tratamiento y su duración varía según el grado de adicción. Puede incluir ansiolíticos para la disforia, un seguimiento psicológico y talleres para el individuo y la familia. La contención familiar es fundamental para un mejor resultado.

El Portal Amarillo es un lugar abierto, con las medidas de seguridad suficientes para que no existan riesgos pero que no significara privación de libertad como en un proyecto anterior del gobierno, que apuntaba a utilizar el viejo Hospital Musto, hoy Centro Nacional de Rehabilitación.

Grunbaun explicó que todavía no hay gente internada en el Portal Amarillo, dado que faltan insumos de infraestructura para adaptar un sistema de internación. Según estiman, esto estaría pronto esta semana o la siguiente.

Desde que surgió la pasta base, se ha escrito mucho sobre personas que han desvalijado sus propias casas para vender cosas y conseguir droga. Acá se puede vincular a los delitos no denunciados, que según el Ministerio del Interior, es alrededor del 40% del total. No siempre se denuncia un robo hecho por un familiar.

En este sentido tanto Romani como Grunbaun enfatizaron que no hay una relación causal entre la pasta base y la delincuencia. Romani destacó el feedback entre lo que se ha hablado de la pasta base, los ríos de tinta que se han escrito y las horas en audio, y su repercusión en hechos de violencia. Más allá de lo subjetivo, lo "mediático", la "sobredimención" y la relación no causal que sostienen los especialistas, no hay como medir esa relación. Sí hay una sensación de una mayor saña, una mayor violencia en los delitos contra la persona, sin que esto refleje un incremento en los números de delitos.

En lo que sí ha hecho estragos la pasta base es en la ruptura de vínculos sociales, laborales y familiares. Grunbaun señaló que tal vez el grado de conciencia que le quede a un consumidor o el grado de vínculo que aún quiera mantener con un familiar sea la verdadera esperanza que le queda a un adicto de pasta base para rehabilitarse.