Estados Unidos: comienza despliegue de soldados en la frontera con México
Este jueves comenzó el despliegue de 1.000 soldados estadounidenses en los cuatro estados que tienen frontera con México; una medida que forma parte de la estrategia del gobierno de George W. Bush para frenar el cruce de inmigrantes ilegales y reforzar la seguridad en la zona.
Está previsto que los soldados de la Guardia Nacional sean repartidos en partes iguales entre los estados de California, Arizona, Nuevo México y Texas.
Darán apoyo en tareas "administrativas y operativas" a los agentes de la Patrulla Fronteriza (que son los actuales encargados de controlar el cruce entre ambos países) para que puedan dedicarse de lleno a ese trabajo.
Estados Unidos aclara que los soldados no tendrán tareas policiales y no podrán detener o custodiar indocumentados o traficantes. Sin embargo, según reportó el Pentágono, los soldados estarán armados por autoprotección y podrán usar "fuerza letal" en situaciones especiales (donde vean que se comete un crimen, un asesinato o violación). Esto lo dijo en una audiencia ante el Congreso el jefe de la Guardia Nacional, Steven Blum.
A partir de este jueves, los efectivos empezarán a llegar de manera escalonada a la frontera con México y en los próximos meses la suma de militares llegará a 6.000 soldados.
La propuesta de Bush señala que los soldados estarán bajo las órdenes de los gobiernos de cada estado, pero que la misión será financiada por el Pentágono.
Son efectivos de la Guardia Nacional, porque el gobierno no puede enviar federales para tareas de seguridad dentro de Estados Unidos. La Guardia Nacional está compuesta por milicias de cada estado, donde los civiles reciben instrucción militar. Tiene, en todo el país, más de 440.000 miembros.
Este jueves el presidente estadounidense habló sobre la reforma de las leyes migratorias que está a consideración del Congreso y pidió apoyo para que sea aprobada su iniciativa.
En los próximos días, el Congreso empezará a debatir las propuestas que ya fueron aprobadas en las Cámaras de Representantes y en el Senado y a buscar un acuerdo.
Teniendo en cuenta los debates que hubo, será complicado lograr un acuerdo que se traduzca en un proyecto único.
Bush está a favor de un enfoque similar al proyecto del Senado, que puso en el centro a la regularización de alrededor de siete de los 12 millones de indocumentados (de acuerdo a los años que estén en el país) y al programa de empleo temporal.
Este jueves Bush habló ante empresarios y se ha vuelto a involucrar en el tema pidiendo al Congreso llegar a un consenso sobre la legalización mediante un debate "razonado y respetuoso". El mandatario dijo que "reconoce las diferencias entre un inmigrante ilegal que cruzó recientemente la frontera y otros que han trabajado aquí por muchos años, que tienen una vivienda, una familia y carecen de antecedentes (delictivos)".
Así mismo, defiende -para frenar el flujo migratorio- que haya un programa para que los trabajadores pueden entrar de forma legal, pero sólo por un tiempo limitado.
"Eso va a asegurar que esos trabajadores puedan tomar esos empleos que los estadounidenses no están dispuestos a hacer. Tendrán que pasar por un control de antecedentes y luego deberán volver a su país cuando llegue el final del programa. Esto hará que los empleadores estadounidenses puedan emplear a estas personas de forma legal y estas personas contribuirán a nuestra economía al tiempo que mantienen a sus familias", fundamentó.
(Con información de El Universal, CNN)