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La venta callejera en la Peatonal Sarandí

La Ciudad Vieja, pulmón económico y turístico de Montevideo, genera un gran movimiento que conlleva consecuencias. La proliferación de vendedores ambulantes sin registro ha provocado un caos que trae consigo problemas de inseguridad y falta de higiene. La Intendencia de Montevideo está en campaña de regularizar una situación para la que no existe reglamentación y hay muchos intereses contrapuestos. Informe de Leonel García

El fenómeno de los vendedores ambulantes comenzó más o menos al mismo tiempo que la revitalización que experimentó la Ciudad Vieja como polo cultural y turístico en los últimos años. Primero eran pocos y eran expulsados ni bien se instalaban. Volvían siempre.

El director de Espacios Públicos de la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM), Daniel Espósito, indicó que en 2002 la crisis económica provocó un aumento del número de vendedores ambulantes. Pero los comerciantes establecidos y los puesteros señalan el 2004, como año de inflexión, en el cual dejaron de ser expulsados ni bien se instalaban. Según indicaron, fue debido a su insistencia.

En todo caso, hoy algunos comerciantes y la propia Intendencia señalan que es un caos transitar por la peatonal Sarandí. En el mismo sentido, Espósito señaló que, de acuerdo a un censo que hizo el Centro Zonal 1 en 2005, habían 120 puestos de vendedores irregulares en la Peatonal, con un núcleo principal en la cuadra de la Plaza Matriz.
 
La Intendencia quiere regularizar esta situación. A raíz de ello, Espósito indicó que se busca defender un bien común: "Tenemos que defender el derecho del bien común. La peatonal no se puede transitar, es un caos absoluto. Se trata de poner orden, establecer reglas y que todo el mundo tenga en cuenta esas reglas y las respete. (...) Hoy el mayor tema que tenemos es que tenemos una peatonal que no está cumpliendo la función para la que fue creada", señaló.

Entre las irregularidades que hay en la peatonal Espósito destaca la venta de artículos de contrabando y de marcas "truchas", sin boleta.

Lo cierto es que el ambulantismo en la Ciudad Vieja es algo que se da "de hecho" y no "de derecho". No hay una reglamentación que lo supervise, no hay un criterio único para otorgar permisos de venta en la vía pública, y es en ese sentido que está trabajando la Intendencia, según indicó Espósito.

La IMM busca regularizar la situación y no quiere hablar de expulsiones de vendedores ambulantes, sino que prefiere el término recolocación.

"Uno de los sitios que se está manejando como el mejor para todos es al costado de la Catedral y al costado del Cabildo. Sin dudas que los artesanos tienen un interés también turístico para todos nosotros, pero, a su vez, en la forma que están ordenados obstaculizan la utilización de la peatonal", dijo la directora de Acondicionamiento Urbano de la IMM, Hyara Rodríguez.

En la peatonal hay artesanías en madera, en cuero, metal, cajas de inciensos, paraguas, libros viejos... Hay de todo. Justamente este es uno de los puntos que genera más tensión interna. Existe un "enfrentamiento" entre los vendedores artesanales y aquellos que no lo son. Y lo que se viene ahora no hará más que avivar este enfrentamiento. Porque, según contó Rodríguez, hay un plan para la Ciudad Vieja como punto turístico que incluye artesanos, pero no vendedores ambulantes.

Esto es como la parte del iceberg que está bajo el agua. Los artesanos aseguran que los revendedores aprovecharon "el aguante" –así llaman a la constancia que ellos tuvieron para ocupar ese lugar- que ellos le hicieron a la IMM" para instalarse en el lugar.

Federico, un artesano en metal que prefirió no dar su apellido, señala que los artesanos de la Peatonal Sarandí y alrededores no están asociados, pero buscan unirse para defender su situación. Son entre 60 y 70, con trabajos 100% manuales, y en un buen día pueden obtener una ganancia de entre 250 y 300 pesos. Cabe destacar que no se trata de aquellos que están bajo la órbita del Paseo Cultural de la Ciudad Vieja que funciona los sábados.

Además, Federico dijo que el espacio que ganaron lo obtuvieron en base a perseverancia, soportando presiones de todo tipo: Intendencia, comerciantes, de la gente de la calle y hasta de los ladrones. Lo que les molesta, entonces, es que otros vendedores se hayan "subido al carro" de sus logros.

Ese espacio "liberado" lo consiguieron a partir de la primavera de 2004. "Más o menos dos inviernos hace que nosotros estamos trabajando ahí, en la cuadra que va desde La Pasiva hasta Mc Donald´s", explicó Federico.

Los vendedores callejeros no pagan por el espacio y son conscientes de ello. Esta situación es una de las que ha generado bronca y malestar en más de un comercio establecido.

Bronca porque los comercios establecidos pagan por ocupar la vía pública. Por ejemplo, según una resolución municipal del 8 de noviembre de 1994, el tramo de la peatonal que hablaba Federico fue obtenido en licitación por tres empresas gastronómicas –La Pasiva, La Cigale y Mc Donald´s- para tener la exclusividad de uso comercial. Se pagó algo más de un millón de pesos de la época como parte de esa construcción.  Sin embargo, los vendedores ambulantes sí se colocaron ahí, por "insistencia" o inexistencia de una reglamentación, sin pagar nada.
 
La IMM ha iniciando un proceso de regularizar la situación de los vendedores ambulantes en la Peatonal Sarandí. Según indicó el director de Espacios Públicos ahora la prioridad la tiene la Peatonal Sarandí y luego, como segunda etapa, apuntaría a una vieja conocida de los vendedores ambulantes, que en otra época causó tanto o más revuelo: "también se va a abarcar, después, todo el tema de los comerciantes ambulantes sobre 18 de Julio", señaló.

Espósito indicó que en el correr de julio, los distintos actores (la Comisión Especial de la Ciudad Vieja, la Unidad de Patrimonio, la Junta Local 1, el Departamento de Desarrollo Económico) lograrían un consenso para resolver la situación e, incluso, se reorganizaría lo que ocurre en 18 de Julio. Ahí, con reglas más claras, ya podría actuar el departamento de Inspección General para controlar a los puestos.

La directora de Acondicionamiento Urbano, Rodríguez es aún más optimista y habla de que el tema se arreglaría en unas semanas.

Actualmente, en la peatonal de lunes a viernes, a eso de las ocho, nueve de la mañana, comienzan a instalarse artesanos y revendedores en dos hileras, dejando un camino de poco más de un metro de ancho en el medio. Prestándole atención a algunas de las quejas que salieron publicadas en la prensa, se puede ver que algunos vendedores ocupan los bancos de la plaza más cercanos y tienen sus bolsos al costado, ocupando más espacio. Todo esto provoca que se entorpezca de manera caótica el tránsito de personas.

Algo que llama la atención es que la cervecería La Pasiva, uno de los comercios que paga por utilizar parte de la peatonal para colocar sus mesas, tiene una especie de rectángulo en la calle cuyos límites son macetas dentro del cual colocan sus mesas. Esta es una manera de marcar territorio.

Hay un contrapunto de opiniones entre artesanos y ambulantes. Fuentes policiales de la Comisaría 1ª dijeron que, salvo una ocasión hace aproximadamente dos meses que dos puesteros se tomaron a golpes, no tienen registros de ningún incidente por esta situación.

En cuanto a la opinión de los comerciantes, en la prensa ya han salido denuncias de quejas por suciedad, por dificultades en el tránsito de personas, o por la inseguridad que facilita el accionar de "pungas". Incluso, la Intendencia se hace eco de estas críticas. Pero, cuando hablamos con los puesteros, algunos señalan que entre ellos y los comerciantes establecidos no hay ningún problema.

Hablamos con algunos comerciantes, casi siempre off the record y las opiniones están divididas. Por ejemplo, los encargados de dos locales gastronómicos afirmaron que no hay que mayores problemas. Otro señaló que la situación se va a arreglar solamente con un fósforo y kerosén.

Una opinión bastante intermedia es la de Gabriel García, que está a cargo del Cambio Matriz, quien dijo que los ambulantes no generan problemas ni beneficios. Y las dificultades corren más para la gente que, por ejemplo, quiere ingresar al cambio y tiene que dar una vuelta mayor.

En cuanto a la posibilidad que se le dé a los artesanos una zona por la Peatonal al costado de la Catedral o el Cabildo, la argumentación que dio Rodríguez es que en esa cuadra hay muros, no comercios, y no se afectaría tanto el tránsito de pasajeros como ahora. Los artesanos piden que se les dé una zona liberada, como la que ahora tienen de hecho, pero reglamentada. Por lo que esas partes estarían de acuerdo.

Verónica Hugo, gerente del Paseo Cultural Ciudad Vieja, dijo que esa asociación –que acreditó a unos 90 artesanos que trabajan los sábados en Plaza Matriz- no está impulsando ninguna medida. Sin embargo, Hugo aseguró que sí se ofrecen para ejercer de intermediarios entre los comercios y las autoridades municipales.

Según indicó la IMM, esta regularización se llevaría a cabo en estas semanas o, a más tardar, el mes próximo.

Titulares y fragmentos de prensa, publicados en el diario El País, el 19 de diciembre del año pasado y el 25 de octubre de 2005, reflejan el escepticismo de muchos respecto a una pronta solución.

"Intendencia ordenará comercio ambulante: La IMM ordenará la venta ambulante sobre la peatonal Sarandí debido a la cantidad de puestos instalados en la zona sin permiso". Luego se habla de una zona delimitante para los puestos ambulantes. El otro artículo señala: "Peatonal Sarandí será eje de un debate hoy" y también se habla, como ahora, de un criterio único para otorgar permisos de uso en la vía pública".

Pero, a modo de conclusión, está la respuesta de un comerciante durante la elaboración del informe: "la respuesta oficial `en 15 días se arregla´, hace años que la están escuchando.