El proyecto, que fue votado por los parlamentarios franceses de derecha y muy combatido por los de la izquierda que llevaron a forzar un debate artículo por artículo durante dos semanas, endurece las condiciones de la reunificación familiar y de la obtención de permisos de estancia y naturalización de extranjeros casados con franceses. También elimina la regularización automática de los ilegales que llevan más de 10 años en Francia, mientras que ofrece visados especiales a quienes puedan beneficiar el dinamismo económico y la proyección internacional de Francia, según informó Univision.com.
 
El texto del proyecto fue denunciado por las asociaciones de defensa de los inmigrantes, derechos humanos y las principales iglesias francesas, además de por la oposición izquierda.

En la instancia del paso del texto por el Senado, fue suavizado y así, por ejemplo, el cónyuge extranjero de un francés que se haya casado en Francia ya no tendrá que volver a su país de origen para obtener un visado de larga duración si su entrada en el territorio fue regular y puede justificar seis meses de vida común de pareja. Además, adoptaron medidas para la entrada en Francia de extranjeros que hayan efectuado su escolaridad en un liceo francés en su país de origen.

El Senado avanzó en el mismo sentido de la voluntad de su promotor de dar al proyecto de ley una dimensión de apoyo al desarrollo de los países de origen de los inmigrantes. Así, en la versión salida de la Cámara Alta, los trabajadores inmigrantes procedentes de un país en desarrollo podrán poner sus ahorros en una cuenta bloqueada que permitirá deducciones fiscales de hasta un 25% si dedican ese dinero a inversiones en sus países de origen.