Entrevistas

Surge un grupo de madres contra la pasta base

Terminar con las bocas de venta de pasta base. El reclamo es claro y el drama también. Cansadas de no encontrar soluciones a un mal endémico en Montevideo, un grupo de mujeres creó "Madres de la plaza" y se reunirá semanalmente en Plaza del Entrevero hasta que se atienda su pedido. "Hemos llegado a la conclusión de que realmente no hay certeza de cómo rehabilitar a estos jóvenes, cómo curar a nuestros hijos", dijo Rocío Villamil.

(Emitido a las 8.55)

EMILIANO COTELO:
Nos detenemos en la página 3 del diario El Observador de hoy: "Las Madres de la Plaza marchan en lucha contra la pasta base". El artículo recuerda el antecedente, muy conocido por todos, cuando en 1977 unas pocas madres comenzaron a desfilar una vez por semana en la Plaza de Mayo, de Buenos Aires, reclamando por sus hijos desaparecidos. Hoy, a casi 30 años de aquel hecho, la Asociación Madres de Plaza de Mayo es reconocida mundialmente y un referente ineludible en la historia de la lucha por los derechos humanos del país vecino.

Con aquella historia evidentemente como referencia, un grupo llamado Madres de la Plaza comenzará a marchar desde el sábado 1 de julio al mediodía en la Plaza Fabini, conocida como del Entrevero, y tiene previsto repetir esa acción todos los sábados a la misma hora. Lo que quizás impresiona más es el motivo de esa movilización: estos familiares de jóvenes adictos a la pasta base reclaman políticas que ataquen a los distribuidores de esa droga que tiene a sus hijos "muertos en vida".

El núcleo central de esta organización son 14 mujeres, madres de adolescentes y jóvenes adictos a la pasta base.

Una de ella es la profesora Rocío Villamil, con quien estamos en diálogo a partir de este momento.

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Profesora Villamil, ¿cómo han decidido adoptar este curso de acción, este tipo de manifestación?

ROCÍO VILLAMIL:
Esto viene de hace muchos años. Cada una de nosotras ha luchado junto con sus hijos para tratar de sacarlos del consumo, que día a día ha sido peor. Hemos recurrido a diferentes centros, públicos o privados, los privados son muy costosos y los públicos son muy limitados, tienen muy limitado el tratamiento. Concretamente hemos llegado a la conclusión de que realmente no hay certeza de cómo rehabilitar a estos jóvenes, cómo curar a nuestros hijos; rehabilitarlos, porque un adicto no se cura, se rehabilita.

EC - ¿El reclamo es por la rehabilitación, por institutos de rehabilitación, o por el combate al tráfico de la droga?

RV - Por el combate al tráfico, porque se están creando centros, hay mucha gente que tiene buena intención, no dudamos de eso, pero eso es imposible hasta que se erradique la pasta base, y aparte hay una promesa concreta. Por eso las reuniones, que se congregue la gente en la Plaza del Entrevero, porque está frente al Hotel Presidente, que fue donde Tabaré dijo que iba a erradicar la pasta base.

EC - Ustedes no encuentran resultados palpables en esa materia.

RV - No. Diferentes vecinos, padres, la gente va, hace la denuncia, dice concretamente dónde están esos lugares y eso queda en la noche del olvido.

EC - ¿Usted en particular lo ha hecho?

RV - Sí, todas lo hemos hecho. Todas en los distintos lugares de donde somos, porque no somos todas de acá del Centro, somos de distintos barrios, y realmente esto no ha tenido repercusión alguna. Vemos que de pronto hay alguna movilización en algún lado, se dice que cerraron tal cosa, pero agarrás una vereda cualquiera, una cuadra cualquiera, y ahí cierran una, pero hay cinco alrededor. Todo el mundo lo sabe, porque se convive con eso. Lo peor es que se está conviviendo con chicos, porque siempre se dice que consumir es una opción, pero a esta altura dudamos de que sea una opción, ya es una enfermedad, que no se está combatiendo como se combaten otras, para la que se sabe cuál es el antídoto, que es cerrar absolutamente todos los centros de distribución, lo que no se está haciendo.

EC - Supongo que ustedes han tenido reuniones con las autoridades.

RV - No hemos podido tener demasiadas, hemos tenido enfrentamientos por nuestros hijos en los distintos lugares donde se nos dice "esto es imposible de erradicar, no se puede"... Entonces trataremos que las autoridades de mayor peso pongan más énfasis en la cosa y se nos empiece a escuchar. En este momento si uno transita Montevideo ve que cada vez es mayor la cantidad de chicos de muy baja edad que están tirados en la calle, por eso nosotros decimos que son muertos sin vida.

EC - El término es terrible. ¿Qué es lo que quieren decir?

RV - Exactamente eso, son muertos en vida, no tienen voluntad para nada y a lo único que atinan es a delinquir, ya la gente en los barrios se está armando contra ellos y les va a empezar a disparar porque está muy cansada de los saqueos, de los robos, que son todo por lo mismo, porque el chico únicamente piensa en obtener dinero para consumir, pero no son delincuentes, son adictos.

EC - El primer impacto negativo que se produce es en la propia familia.

RV - Por supuesto; al principio cuesta muchísimo reconocer todo eso, asumir que un hijo es adicto, que un hijo salga a delinquir para poder consumir es muy difícil.

EC - Voy a que muchas veces los primeros robos son en la propia casa. Hace muy pocos días todos nos conmovimos ante el caso de ese padre que terminó matando a su hijo, que permanentemente robaba herramientas de un taller propiedad de la familia. Robaba para comprar droga.

RV - Eso nos pasa a todos. Cada uno de los padres que tienen hijos adictos le va a decir que les han desvalijado la casa, es así. En una primera instancia uno no puede denunciar un hijo, y en realidad la denuncia no tendría por qué hacerse, porque están sacando cosas de su casa, eso es lo que te explican en las comisarías. No es el tema concreto de lo material, que sí, te desvalijan, pero el problema es que salen a la calle exponiéndose a otras cosas. Es para lo único que tienen vitalidad.

EC - La primera de estas marchas será el 1 de julio, el otro sábado.

RV - El otro sábado.

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Edición: Mauricio Erramuspe