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Estados Unidos aplaza aprobación de reforma migratoria

Los líderes republicanos en el Congreso estadounidense, en una derrota para el presidente George W. Bush, consideraron este martes que será prácticamente imposible aprobar una legislación amplia de inmigración en 2006.

Así, la iniciativa habría sido víctima de las preocupaciones de la Cámara de Representantes en un año electoral y de la oposición implacable de los grupos conservadores a una medida que daría la ciudadanía estadounidense a millones de inmigrantes ilegales.

"Nuestra prioridad es proteger la frontera y por ahora no he escuchado que haya muchas presiones para abrir el camino a la ciudadanía", indicó el líder de la Cámara de Representantes, Dennis Hastert, en el marco del anuncio de los planes para una serie inusitada de audiencias, que comenzaría en agosto, sobre la propuesta de inmigración aprobada por el Senado.

En ese sentido, el representante republicano Roy Blunt indicó que "lo más acertado es decir que la prioridad de la Cámara es proteger las fronteras".
 
En una deferencia al presidente estadounidense, ni Hastert ni otros republicanos en ninguna de las dos cámaras dijeron públicamente que está muerto por lo que resta del año el ambicioso plan de Bush, el cual incluye un programa de trabajadores huéspedes y una vía para que muchos inmigrantes ilegales obtengan la ciudadanía, informó Univision.com.

Con la condición de permanecer anónimos, varios republicanos en ambas cámaras se mostraron tajantes. "No habrá un camino hacia la ciudadanía", dijo un legislador, quien asistió a una sesión estratégica en la oficina de Hastert.

En el mismo sentido, algunos funcionarios añadieron que los republicanos han comenzado a discutir una estrategia previa a las elecciones para protegerse en lo político, ante un tema que hasta ahora ha puesto de manifiesto divisiones dentro del partido.

Según señalaron los funcionarios, entre las posibilidades está la de no realizar votaciones este año en la Cámara ni en el Senado sobre medidas adicionales para proteger las fronteras ni acerca de una legislación que impida a los inmigrantes ilegales recibir pagos de Seguridad Social u otros beneficios del gobierno.

"La discusión se refiere a cómo vencer a los demócratas sin atacar al presidente", indicó un asesor, quien también solicitó permanecer en el anonimato.

Asimismo, los asesores republicanos dijeron que el representante Tom Reynolds, presidente de la comisión de campaña de la Cámara de Representantes, utilizó recientemente datos de las encuestas para convencer a sus correligionarios de que la opinión pública no reaccionaría favorablemente a algunas provisiones en la iniciativa aprobada por el Senado.

Dana Perino, portavoz de la Casa Blanca, dijo que "el presidente está decidido. Estamos comprometidos y hemos trabajado muy duro con los miembros (del Congreso) para ver si alcanzamos un consenso sobre un asunto en el que el pueblo estadounidense ha dicho que quiere ver hechos".

En 2005, la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, aprobó una legislación de seguridad fronteriza, pese a la oposición de buena parte de los demócratas. En contraste, el Senado aprobó una iniciativa bipartidista que contempla una estricta vigilancia fronteriza, sanciones a los empleadores que contratan a indocumentados, un nuevo programa de trabajadores huéspedes y una vía para que buena parte de los aproximadamente 12 millones de inmigrantes ilegales en el país alcancen la ciudadanía.