Informes

Técnicas de fertilización: costos, esperanzas y polémicas

Entre un 15 y 20% de las parejas en el mundo tienen dificultades para ser padres. Las técnicas de reproducción asistida son una posibilidad para cumplir el sueño de tener hijos; pero son tratamientos largos, costosos, en los que juegan en contra los nervios y expectativas. En Uruguay no hay una legislación que regule y controle qué hacer con los embriones que no son utilizados en la fecundación in vitro. Una nueva técnica, llamada PGD, que permite detectar a los embriones por sexo, ha incrementado la polémica existente desde hace años en el país. Informe de Leonel García

Hay un parámetro internacional que indica que el 85% de las parejas teniendo sexo de forma regular y buscando tener un hijo, lo consiguen en un año. Si no es así, puede ser un indicador que hay dificultades para concebir. Sonia, buscó durante veinte años concebir un hijo, primero de forma natural, luego con inseminación artificial y luego fecundación in vitro. Pero no hubo caso, sus óvulos no la ayudaban.

Una de cada cinco o seis parejas tienen dificultades para tener hijos. Una solución que tienen para cumplir ese sueño, es apelar a técnicas de fertilización asistida. Estas distan de ser una solución mágica. No sólo no tienen un 100% de efectividad, sino que a mayor efectividad, mayor precio.

De hecho, aquella pareja que requiera un proceso denominado de "alta complejidad", como es la fecundación in vitro (y que los lugares donde se practica en Uruguay son pocos), tiene que pensar en un piso de entre 3.000 y 3.500 dólares. Entre medicamentos, repetición de intentos o las variantes que hay en plaza, un tratamiento puede trepar hasta 6.000 dólares. Si los óvulos o el semen es de un donante, es más caro todavía.

El éxito de estos tratamientos depende mucho de la patología presente en los miembros de la pareja –obstrucción tubárica, endometriosis, factor masculino severo- y, fundamental, la edad de la mujer. La edad ideal para ser madre está entre los 20 y 30 años. Sin embargo, factores sociales, culturales y laborales provocan una tendencia a que las mujeres cada vez esperen hasta más tarde para buscar un niño.

"Cada día más la mujer va dejando pasar su mejor edad reproductiva y trata de lograr el embarazo después de los 30, 32, 35 años...", indicó Lidia Cantú, responsable del centro de fertilización in vitro del Centro de Esterilidad Montevideo.

Dentro de las diversas técnicas de reproducción asistida están las de baja complejidad y las de alta complejidad. Las de baja, son aquellas que se realizan en el propio consultorio. Estas requieren una estimulación del ovario durante ocho a diez días y puede tratarse de seguimientos foliculares, inseminación intrauterina mediante catéteres o un coito programado.

En el caso de la inseminación artificial (que tiene un costo aproximado de 400 dólares) se recomiendan unas cuatro "sesiones" (que se llaman ciclos) si el semen utilizado es el de la pareja, o seis si el semen es de un donante al que se le han hecho una serie de pruebas clínicas y de compatibilidad.

La alta complejidad es la fecundación in vitro, fuera del útero, donde la fecundación del óvulo y el espermatozoide se realiza en un medio de cultivo que reproduce las condiciones de las trompas de falopio. Esta fecundación puede ocurrir "naturalmente" o mediante lo que se llama ICSI, que es la inyección intracitoplasmática. El espermatozoide es inyectado dentro del óvulo, según lo explicó Juan Rodríguez Buzzi, médico director del Centro de Reproducción Humana del Interior (Cerhin).

"Se recuperan los óvulos de la señora, mediante una recuperación ovárica, se la lleva a sala de operaciones (...) Se extraen los óvulos y se llevan al laboratorio de embriología, donde hay un equipo multidisciplinario que trabaja allí, se identifican los óvulos, se los limpia, clasifica y luego se lo fertiliza por las diversas técnicas que existen", indicó Rodríguez Buzzi.

Según señalan los especialistas, se transfiere más de un embrión; al menos dos si la mujer es menor de 30 años y hasta cuatro cuando llega a los 40. El resto de los óvulos quedan congelados en caso que sea necesaria una nueva transferencia. Según indicaron los diferentes médicos, la posibilidad de quedar embarazada de mellizos es entre 18 y 20%, así como un 5% de trillizos.

La extracción de óvulos es un método invasivo. Requiere anestesia general y los óvulos son extraídos mediante punción. Se sacan todos los óvulos maduros en ese ciclo, es una aspiración ovocitaria. Previamente la paciente había estado medicada con hormonas para generar más óvulos.

Según indicó Alejandro Bozzolo, director de la Unidad de Fertilidad de la Sociedad Española, pueden existir complicaciones típicos de una operación, como ser hemorragias, lesiones, infecciones, que son mínimas. Pero que existen.

Respecto a los porcentajes de éxito de estos procedimientos, una técnica de baja complejidad tiene entre el 15 y 20%. Si la inseminación es con semen de donante, el éxito aumenta a un 30%. Todo esto es por ciclo, las posibilidades aumentan a más ciclos. En Salud Pública, en el Hospital Pereira Rossel, sólo se aplica esta práctica por razones de costos. 

Tienen mayor porcentaje de éxito las técnicas de alta complejidad, que son más caras. El de un ciclo de fecundación in vitro llega al 40% y por ovodonación está alrededor de un 60% entre todas las clínicas consultadas, por ciclo.

En cuanto a las donaciones, todas las clínicas hacen estos tratamientos para parejas constituidas y heterosexuales. Pasa que a veces ocurre que la calidad del óvulo o el semen de los integrantes de esta pareja hace imposible que se pueda formar un embrión. Entonces no queda otra posibilidad que apelar a un donante.

Aceptar óvulos de un donante, no fue una decisión para nada fácil para mí, señaló Sonia. Y agregó: "cuando supe que mis óvulos no servían me sentí la peor mujer del mundo. Me costó mucho porque decía que no van a ser míos, no los voy a querer. Pero, el hecho de sentirlos en mi vientre cambió todo para mí", comentó.

La ovodonación se hace de dos maneras. Existen las donantes "puras". Son mujeres jóvenes, en lo posible menores de 30 años, frecuentemente ya madres, según indicó Bozzolo, a la que le hacen una serie de exámenes genéticos, físicos y psicológicos para determinar si son aptas.

Otras clínicas, como Cehrin y Cira, no utilizan donantes puras. Lo que hacen es combinar las realidades y necesidades de dos parejas que requieran fecundación in vitro. La mujer de una de esas parejas tiene buenos óvulos pero no puede costearse estos tratamientos. Lo contrario ocurre con la otra pareja: puede acceder económicamente pero sus óvulos no pueden ser fertilizados. Es un sistema mixto.

Como ejemplo, según indicó Juan Rodríguez Buzzi, de Cehrin, una fertilización in vitro cuesta aproximadamente 3.200 dólares. En este sistema mixto, una pareja receptora paga entre 4.400 y 4.500 dólares por ese método; a una donante, prácticamente nada, a lo sumo el traslado y la estadía en Salto, donde funciona el laboratorio.

En ambas modalidades el trámite incluye una declaración jurada, ya que las donantes no tienen ningún derecho sobre el niño que vaya a nacer. Si se cumplen todos estos requisitos son aceptadas y luego seleccionadas en caso que una pareja que necesite óvulos sea compatible con ellas. Se les hace la aspiración ovárica y sus óvulos son utilizados para la fecundación in vitro.

Lo que lleva a una mujer que sea donante "pura" a donar sus óvulos, según indicaron los responsables de estas clínicas juega mucho la solidaridad y un sentido altruista. Pero también dinero, ya que a las donantes se les abona como "compensación" -ese es el término que eligen- entre 500 y 1.000 dólares.

Compensación por los estudios médicos, el quirófano y las horas de trabajo perdidas. Ahora el tema es cómo impedir que eso se transforme en un mercado. Las complicaciones por las que deben pasar las donantes es un filtro para que no aparezcan "avivadas", según comentó la doctora Lidia Cantú del Centro de Esterilidad Montevideo.

En cuento a la donación de semen, según indicó Cantú, el único banco de semen que hay en Uruguay, a los donantes también se les hacen los estudios clínicos y de laboratorios. La paga por muestra es de 600 pesos.

Los métodos de fertilización asistida no sólo no son una panacea sino que no todos pueden acceder a ellos. Fabiana, una joven a la que le detectaron endometriosis y desde los 16 años sufría de los ovarios, no tenía el dinero suficiente y tampoco tenía "buenos" óvulos. La adopción fue la única opción que tuvieron ella y su pareja para no renunciar a la maternidad o paternidad.
Los métodos son muy costosos, aunque mucho menos que en Europa o Estados Unidos. Estos centros son conscientes de esos precios y lo atribuyen a que todo lo que ahí se encuentra, instrumental de laboratorio, medicamentos que estimulan la formación de óvulos y, además, es importado. Lo único uruguayo son los médicos.

En el caso del Hospital Pereira Rossell, hay un centro que trata la fertilización asistida. Y no interviene de alguna manera el Ministerio de Salud Pública, el Estado, en el tema de los embriones.

Los médicos consultados coinciden en que no hay nada legislado. No se tiene control sobre las donaciones. No se sabe qué hacer con los embriones que se crean en un laboratorio y no son transplantados a los úteros. Según dijo un reconocido médico especializado en la materia, en lo referido a embriones todo está librado a la amplitud moral, legal y ética que impere dentro de una institución que realice fecundaciones in vitro.

A comienzos de junio se emitió un decreto para inspeccionar s los centros que operen con células y tejidos humanos. Los organismos de control establecidos son el Ministerio de Salud Pública y el Instituto Nacional de Donación y Transplante de Células, Tejidos y Organos.

Este decreto podría tener incidencia en los óvulos que se donan, ya que incluye temas como el pago y trazabilidad. Pero nada influye sobre los embriones, a menos que sean utilizados para investigación médica, comentó Inés Alvarez, directora del Instituto de Donación y Transplante. "Respecto a los embriones este decreto no tiene ningún alcance, dado que estos embriones están generados para ser implantados en el útero materno y después tener un bebé", señaló.

No existe una ley que indique qué hacer con los óvulos fecundados in vitro que no son implantados. Estos quedan congelados, criopreservados. Según Rodríguez Buzzi, estos pueden quedar así in eternum. Otra cuestión económica: cada año los pacientes deben pagar entre 100 y 150 dólares para mantener a los embriones congelados. Para terminar, hay un proyecto de ley de reproducción humana asistida que desde hace más de una legislación anda dando vueltas esperando su aprobación en el Parlamento.

En estos días se habla de que en Uruguay se va a poder elegir el sexo de un embrión, eso es algo que ha generado bastante polémica en los últimos días. Es un diagnóstico de preimplantación (PGD) que hasta ahora no se ha realizado en Uruguay, que consiste en elegir por sexo el embrión que se va a transplantar al útero materno. Para evitarle al bebé contraer enfermedades hereditarias que afectan a un sexo determinado. Por lo tanto, se elige un embrión del otro sexo.

Estas patologías pueden ser la fibrosis quística, el síndromde X frágil (una forma de retardo mental común en varones), entre otras. También determina qué embriones son los más aptos para ser transplantados, aquellos que tienen una mayor capacidad de "prender" en el útero. Esta técnica se realizaría en el CIRA, de Punta del Este, y se ha manejado agosto como la fecha en la que se realizaría, aunque esto no es seguro, según señaló el director de CIRA, Roberto Suárez.

En la prensa se generó una polémica respecto a este tema. En un artículo publicado en El Observador el 17 de junio, un integrante de la Comisión de Bioética del Arzobispado de Montevideo calificó de "inadmisible" la elección del sexo de un hijo. En el último suplemento dominical DS de El País, la ginecóloga María Lourdes González, docente de bioética y también integrante de la Iglesia Católica, dijo que, además de eliminarse una vida, (en referencia a los embriones Queridos mamá y papá: no son transferidos) el extremo es llegar a "crear bebés a medida".

Hay muchos colegas de Suárez que incluso, apelando al off the record, no ven con buenos ojos esta técnica. Esto es bastante usual en el mundo médico, en las distintas disciplinas.

La polémica es mucho más vieja en el mundo donde esta técnica ya se ha practicado. Revisando la internet, los detractores –sean desde el punto de vista religioso o moral- lo comparan con la eugenesia. En este sentido, Suárez recalca que no son bebés a la carta, no es por preferencia de los padres, sino pura y exclusivamente para evitar enfermedades hereditarias vinculadas al sexo.

El director de la Unidad de Crónicos y Especializados del MSP, Natalio Blankleider, dijo que no hay una política al respecto tomada por la cartera. Algo que ya habíamos dicho antes. Y que no estaría mal que se eligiera el sexo si es por una cuestión de enfermedades hereditarias o transmisibles. En todo caso, señaló que todo se trata de una cuestión de manejo ético de las clínicas de reproducción asistida.

En cuanto a los embriones que no son implantados, de acuerdo con Suárez esos embriones que potencialmente pueden tener consigo alguna enfermedad no se descartan. Sino que quedan congelados a la espera de que con los años se pueda descubrir una cura, algo que les suena irritante a aquellos que están en contra de estas técnicas. Ahora, capaz que se descubre una cura antes que acá haya una ley sobre su tratamiento.

Quitando de lado todos estos aspectos, Sonia, finalmente, pudo vivir una experiencia que no conocía; pudo cumplir el sueño de ser madre gracias a un óvulo donado. Su felicidad tiene por nombre Ariel, que hoy tiene tres años. "(Tener un bebé) es como tocar el cielo con las manos. Es lo más lindo del mundo", contó.