En el marco de una visita de Bush a un establecimiento de la cadena "Dunkin Donuts", en Alexandria (Virginia), regentado por dos ciudadanos estadounidenses de origen iraní y cuyo gerente es un salvadoreño, lo que le sirvió para resaltar la importancia que tienen los empleadores y empresarios para el éxito de la reforma planeada.

"Una de las partes de nuestro programa es dar a los empleadores las herramientas para que puedan determinar si sus empleados se encuentran en situación legal en Estados Unidos", dijo Bush. Y agregó: "tenemos que asegurarnos de que tenemos un programa de verificación que funcione para ver quién está documentado".

Asimismo, el presidente estadounidense volvió a defender que su país no puede expulsar a todos los inmigrantes que actualmente residen en el país de forma irregular, por lo que reiteró la necesidad de un plan de asimilación que abra un camino a la ciudadanía a estas personas, según informó Univision.com.

"Estoy deseando trabajar con el Congreso para lograr un plan de trabajadores temporales que tendrá revisiones de sus pasados para asegurarnos de que la gente que viene no son delincuentes", indicó.

Además, insistió que este plan de trabajadores temporales no es una amnistía, "la amnistía dice que te conviertes automáticamente en ciudadano", aclaró el mandatario.

En cualquier caso, el presidente señaló que la reforma propuesta contempla en primer lugar un plan de refuerzo de la seguridad fronteriza, a la que habrá que añadir un mayor control dentro del propio país.

"Hay que conseguir que los empleadores se involucren en el proceso. Si hablas con ellos, los empresarios te dirán que necesitan a trabajadores", señaló Bush.