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El origen y funcionamiento de las radios comunitarias, piratas o ilegales

A mediados de la década del ´20 comenzaron a producirse reivindicaciones obreras en torno al medio radiofónico. En Estados Unidos (EE.UU.) y Austria aparecieron radios sindicales. En América Latina, en 1947, un grupo de maestros empezó a transmitir desde Radio Sucre, en Bolivia. La historia de las radios alternativas a las establecidas es larga. También en Uruguay es un tema que sigue pendiente.

A mediados de la década del veinte comenzaron a producirse reivindicaciones obreras en torno al nuevo medio radiofónico. En EE.UU. y Austria surgían radios sindicales, al tiempo que en Alemania, en la llamada República de Weimar, se producía un fuerte movimiento en pro de la autorización para constituir radios de los obreros. En 1927, se fundó la Federación Internacional de Radios Obreras y en 1929 se desarrolló una Conferencia Internacional de Sindicatos Revolucionarios dedicada a la radio.

En América Latina, casi dos décadas después, en 1947, un grupo de maestros comenzaba a transmitir desde Radio Sucre, ubicada en los distritos mineros de Catavi (Bolivia). La historia de las radios surgidas como alternativa a las establecidas tiene una larga historia. También en Uruguay, que comienza con el advenimiento de la democracia.

Según el libro Las otras radios, de Alfredo Bouissa, Eduardo Curuchet y Oscar Orcajo, entre 1986 y 1987 nació en el barrio de Malvín un agrupamiento juvenil conformado por integrantes de una cooperativa de bandas de rock, grafiteros y gente de la Red de Teatro Barrial. El centro de reunión era el Molino de Pérez y, desde allí, se organizaban actividades.

Una de ellas fue la puesta en funcionamiento de la Radio Luna, que transmitía desde una camioneta Combi en movimiento. Tal vez, Radio Luna pueda ser considerada la primera radio "diferente" del país.

Luego, vinieron algunas experiencias efímeras como CX 21 Tirando a Rebelde, nacida en el campamento juvenil La Otra Historia, organizado por la Coordinadora Anti Razias.

Una de las pioneras, y la de más largo aliento, fue radio De Mente, una radio de un solo integrante, Willy, quien la instaló en el dormitorio de su casa en Parque Batlle. La experiencia duró hasta 1997.

A principios de los noventa, las radios entraban y salían del dial como rápidas estocadas. Y los transmisores iban pasando de mano en mano.

La primera experiencia radial en el interior fue creada por estudiantes de un liceo de Florida y contaron con el apoyo del propio director, hasta que las presiones de las autoridades les obligaron a cerrarla.

En Montevideo, a partir de 1994 comenzaron a florecer por los barrios las experiencias de las radios comunitarias. Nació radio Alternativa, Brillante FM, Emisora de la Villa (que derivaría en la actual radio La Cotorra), desde el club Progreso de la Teja comenzaba a transmitir El Puente FM.

En 1996 ocurrió el boom: La Esquina (Cerrito de la Victoria), Intrusa y Teja Libre (La Teja), Lejano Oeste (Paso de la Arena), Espacio y Sembrando (Jardines del Hipódromo), Emisora de Emergencia (Parque Posadas), Uy uy uy (Villa Española), Iava (Centro), Subrreta y 1811 (Las Piedras), El Anzuelo (El Pinar), Florida y Al Sur (Florida), Durazno y Oxígeno en Durazno. También está la experiencia de la radio de la FEUU que pasó por varios lados, entre ellos, uno de los pisos más altos del hospital de Clínicas.

Actualmente, y a juicio de Carlos Casáres, miembro de la mesa nacional de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias en Uruguay (Amarc), se puede hablar de más de 100 radios de este tipo entre Montevideo y el interior. Algunas están asociadas a la organización, otras están asociadas a ECOS y el resto no pertenecen a ningún grupo.

El auge de las radios comunitarias puede encontrar una explicación en la posición proclive a la legalización de las mismas por parte del Poder Ejecutivo anterior y también el actual.

"Ya en el gobierno de Jorge Batlle hubo un cambio muy claro por parte del Ejecutivo, lo planteó con toda claridad el presidente, antes de la elecciones y después de las elecciones. Hizo un intento de proyecto de ley que quedó por el camino pero, en definitiva, dejó bien planteado el tema a nivel del Ejecutivo. Y este nuevo gobierno se plantea un paso más adelante con el tema de la ley, que tiene que haber un espacio para este tipo de emprendimientos y debemos buscar alguna forma desde el punto de vista técnico que ampare este servicio. Algunos gobiernos entendieron que no habiendo normativas que expresamente nos garanticen, estabamos prohibidos y en esa medida aplicaron otros conceptos de la ley que los llevó a cerrar radios y a confiscar equipos", recuerda Cáceres.

La normativa actual establece que no pueden operar emisoras sin la autorización correspondiente. En la medida que se detecte uno de estos casos, se pueden incautar los equipos de la radio. La Unidad Reguladora de Servicios de Comunicación (Ursec) es la que debe informar al Ejecutivo para que tome las medidas correspondientes. Al ser una falta y no un delito, no implica ningún tipo de procesamiento salvo la requisa de equipos.

En el pasado hubo confiscaciones varias. El 16 de junio de 1996 la antigua Dirección Nacional de Comunicaciones realizó tres allanamientos simultáneos a El Puente, Emisora de la Villa y Alternativa. Al no encontrar los equipos sólo se llevaron las antenas.

En agosto y setiembre de 1996 se produjo una nueva ola de allanamientos. Las radios afectadas fueron: Emisora de la Villa, FEUU, El Puente, Intrusa, Alternativa (de nuevo) y Teja Libre, entre otras. La mayoría de los equipos fueron incautados y, actualmente, están en poder de la Ursec. Algunos fueron entregados a organismos estatales como el Ministerio de Defensa.

Las confiscaciones detuvieron por un tiempo la actividad de algunas radios. Es que montar la infraestructura básica de una estas radios cuesta alrededor de 2.000 dólares. Sólo el transmisor puede valer 700 dólares.

En los últimos años no ha habido incautaciones por más que la normativa sigue vigente. La Ursec ha dado cuenta al Ejecutivo de la existencia de las radios que no están autorizadas. En caso de que éstas interfirieran con radios adjudicadas, la Ursec podría actuar pero hasta el momento no está sucediendo. Mientras tanto, el Ejecutivo, en la medida que se está estudiando un proyecto de ley que habilite a las radios no comerciales, no está actuando.

El pasado 18 de mayo, el Parlamento inició el tratamiento de un proyecto de ley que, por primera vez en la historia del país, regulará el funcionamiento de las radios comunitarias.

Los integrantes de la Comisión Especial de Población y Desarrollo Social de la Cámara de Diputados comenzaron a recibir a representantes de las principales asociaciones, instituciones y gremios que durante años analizaron el tema y elaboraron el proyecto, para escuchar sus puntos de vista.

La aprobación de la Ley para Garantizar la Libertad de Expresión a través de los Medios Comunitarios por Radiodifusión otorgaría un marco normativo para que los habitantes y las organizaciones sociales cumplan su derecho a acceder a estos medios. La idea es consagrar un tercer sector dentro de la radiodifusión (aparte del público y privado) que esté constituido por radios comunitarias no comerciales.

La primera reunión de la Comisión Especial contó con la presencia de delegados de Amarc, que es uno de los impulsores del proyecto. También estuvieron presentes representantes de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de la República.

El proyecto de ley cataloga como Servicio de Radiodifusión Comunitaria al servicio de radiodifusión no estatal de interés público, prestado por asociaciones civiles sin fines de lucro con personería jurídica y orientado a satisfacer las necesidades de comunicación social y habilitar el ejercicio del derecho a la información y libertad de expresión de los habitantes de la República.

Su finalidad será la promoción del desarrollo social, los derechos humanos, la diversidad cultural, la pluralidad de informaciones y opiniones, los valores democráticos, la satisfacción de las necesidades de comunicación social, la convivencia pacífica y el fortalecimiento de los vínculos que hacen a la esencia de la identidad cultural y social.

Entre los legisladores no existe gran oposición a la ley aunque algunos muestran sus dudas. El sector oficialista es proclive a aprobarla.

Sin embargo, existe una fuerte oposición de las distintas agremiaciones de radios privadas. Para el presidente de Andebu, Rafael Inchausti, la inclusión de un tercer sector sin fines de lucro podría darse a través de una reforma del decreto reglamentario actual y no con una nueva ley.

La Asociación de Radios del Interior (RAMI) va más allá de una oposición verbal. Actualmente, tiene pautada su propia publicidad en contra de este proyecto, en varias radios del interior

En casi todos los países de América Latina existe una legislación que contempla a un tercer sector dentro de la radiodifusión que tenga el carácter de comunitaria.

Para Gustavo Gómez, director del Programa de Legislaciones y Derecho a la Comunicación de Amarc en América Latina y el Caribe, la ley es el reconocimiento de los derechos de los ciudadanos, en especial los que tiene personería jurídica como asociaciones civiles sin fines de lucro.

"Está expresamente reconocida la existencia de la radio y la televisión comunitaria en América del Sur: Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia Argentina, Brasil. Esta no es una ley de radio sino de radiodifusión: radio y tv. Fundamentalmente, la ley es un reconocimiento a todos los ciudadanos a sus derecho y, en particular, quienes tienen personería jurídica -como asociaciones civiles sin fines de lucro- a poder expresarse a través de un medio electrónico. Ya lo pueden hacer para la prensa escrita pero, actualmente, no está reconocido en la práctica, existe un vacío legal para que puedan fundar una radio o una televisora", comentó Gómez.

El presidente de RAMI, Jorge Urcelay, es tajante en cuanto a la actual existencia de radios comunitarias. "Hoy existen más de 80 o 90 radios mal llamadas comunitarias que, para nosotros, son ilegales porque están saliendo sin la autorización del Ejecutivo, que es el que tiene facultades para otorgar la frecuencia, previo asesoramiento de Ursec. Entonces, nos encontramos que hoy hay un marco de no respetar la normativa vigente. Hoy se habla de radios comunitarias y son radios ilegales. Nosotros no estamos en contra de la radios comunitarias, estamos en contra de las radios ilegales. (...) Hoy la primera lucha que tiene RAMI es esa", indicó.

Existe una tercera posición que es la de ECOS. Mientras Amarc es uno de los principales impulsores del proyecto de ley, ECOS, que también aglutina radios comunitarias, no cree en la necesidad de un marco legal que las deba reconocer, según contó Gómez, de Amarc.

Otro de los temas en discusión, y que divide las aguas, es la potencia que este tercer sector de radiodifusores pueda utilizar. El titular de Amarc es bien gráfico al explicar por qué no debe haber un limite de potencia.

"No hay ninguna razón legítima para establecer en una ley aspectos técnicos limitativos, eso quedará librado al reglamento o a la aplicación. La única limitación legítima a la posibilidad de tener una radio de tal o cual potencia estará dispuesta por las posibilidades técnicas que haya, porque estamos hablando del espectro que usa la radio o la tv abierta que es un recurso finito y hay que estar atento a ver qué disponibilidad hay. Pero, en principio, así como nadie te obliga a tener un diario de tantas paginas, porque seas comunitario o seas comercial, tampoco es necesario que tengamos que establecer niveles de potencia previos cuando se trata de radio y tv y estamos hablando de lo mismo", opinó Gómez.

Gerardo Alzugaray, presidente de la Cadena de Oro de Radioemisoras del Interior, asociación que tiene sus reservas con el proyecto de ley, también tiene una posición con respecto al tema de la potencia.

"Debemos, no sólo profundizar en qué abarca el concepto de comunitario, sino también la necesidad de establecer este tipo de radios y bajo qué condiciones técnicas. Son muy diferentes las condiciones técnicas en la banda de FM en Montevideo para una ciudad de un millón de habitantes, que para una ciudad de 5.000, 10.000 o 15.000 habitantes. Una baja potencia, de por ejemplo 100 watts, en Montevideo, con el ruido radioeléctrico que tiene una ciudad de mas de un millón de habitantes, le permitiría estar transmitiendo a muy poca distancia. Sin embargo, en el interior del país, eso podría ser una radio que estaría alcanzando más de 30 kilómetros de distancia", explicó.

Otro problema que se presenta es la cantidad de frecuencias disponibles. Aquí entra en el juego la Ursec. Según Juan José Camelo, miembro del Directorio de la Unidad Reguladora, faltan estudios que determinen la cantidad de espacio disponible.

"Ursec hace bastante tiempo mandó un proyecto que nunca tuvo sanción. Ahora, hay un nuevo proyecto, elaborado por Amarc y otras organizaciones, en el cual la Ursec no tuvo intervención salvo que desde el Ejecutivo se nos pidió que hiciéramos unos informes relacionados con el proyecto. Ese informe se elevó oportunamente y ahora no sé en que estado está, pero con la comisión parlamentaria no tuvimos ningún contacto", indicó Camelo.

¿Existen frecuencias disponibles?

Es un tema complejo pero yo diría que no hay muchas frecuencia, pero algo podría existir. Depende también del lugar, en el interior por ejemplo si existen. Cuando hemos tenido alguna denuncia de interferencia hemos concurrido, pero por ahora no tenemos ninguna denuncia de interferencia. Esto estaría demostrando que existen frecuencias. Es la respuesta que cae de cajón ¿no?

La relación de protección de frecuencia y la digitalización de la radiodifusión son dos puntos que estarían jugando a favor de las radios comunitarias. La relación de protección de frecuencias es la separación que debe existir entre frecuencia y otra para evitar interferencias. Hoy en día, esa separación se podría acotar, lo que permitiría una mayor adjudicación de frecuencias.

El control de la adjudicación para las nuevas radios comunitarias también está contemplado en la ley.

"La ley propone como innovación, que ojalá fuera tomada para todo el marco regulatorio de radiodifusión del Uruguay, la existencia de un consejo asesor que funcionaría en la órbita de la Ursec, con participación de la Universidad de la República (Udelar), organismos, de medios comunitarios y organismo de derechos humanos, justamente para acompañar el proceso de selección y también de control, de aprobación de reglamentos y todo lo que es el otorgamiento de frecuencias que, hasta hoy, se ha hecho de una forma poco transparente. Este mecanismo no sólo permitiría identificar mejor qué es una radio comunitaria sino también aseguraría la fiscalización ciudadana en el proceso de otorgamiento de frecuencias, que la verdad que la experiencia ha sido nefasta, en el sentido que se ha hecho de manera poco clara y en general para beneficiar a determinados sectores políticos o intereses económicos", opina Gustavo Gómez.

La segunda ronda de encuentros en la comisión que estudia el proyecto va a contar con las organizaciones empresariales vinculadas a la radiodifusión, entre las que estarán Andebu y redes del interior del país como RAMI, CORI y la Red de Oro.

Una tercera etapa, tendrá en cuenta a las universidades privadas con carreras en comunicación (ORT y Católica) y a los organismos internacionales que promueven políticas de democratización, como Unesco y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA).

En último lugar serán invitados a la Comisión Especial de Diputados los titulares de los organismos estatales con injerencia en el tema, como la Ursec y el Ministerio de Industria y Energía.

La Asociación de Periodistas del Uruguay (APU), el PIT-CNT y organizaciones que trabajan por los Derechos Humanos están citados para esta primera instancia.

Casos de estudio. Una experiencia muy particular de radio comunitaria es la que lleva adelante Vilardevoz. Este proyecto nació en 1998 a partir de un grupo de estudiantes de psicología que realizaban tareas en la sala de juegos de hombres del Hospital Vilardebó. Allí realizaban charlas con los pacientes. Charlas sobre cómo se venían ellos como paciente psiquiátricos, el imaginario que existía a su alrededor.

Un día llegaron a la conclusión que esas charlas tenían que salir de las cuatro paredes de la sala así que comenzaron a grabarlas. De a poco fueron llegando a diversos comunicadores como Omar Gutiérrez y Alfredo Silva quienes difundieron los microprogramas que estaban armando. Hoy en día tienen un espacio semanal de una hora los sábados a las seis de la tarde en El Puente.

Hace poco más de un mes, les robaron los equipos. Justo cuando se preparaban para salir al aire les robaron los equipos pero ya recibieron importantes colaboraciones que les va a permitir salir en breves.

Para la gente interesada, todos los sábados a las 10 de la mañana tienen una fonoplatea abierta al publico, en el Hospital Vilardebó.

Quizás la más emblemática de las radios comunitarias sea El Puente FM 103.3. Esta radio nace en La Teja y Pueblo Victoria con proyección a otros barrios cercanos (Tres Ombúes, Belvedere, Capurro, Paso Molino, el Cerro) y ahora también con presencia internacional pues está en vivo a través de internet (www.lateja.org.uy).

Nació de la mano de un grupo de jóvenes y de la gente del periódico El Tejano, con el apoyo de diversas organizaciones barriales y, desde hace 11 años, viene saliendo ininterrumpidamente en el aire.

Actualmente, El Puente FM transmite las 24 horas del día los 365 días del año. Mas de 50 radialistas hoy por hoy forman parte del equipo de la emisora.

También hay un proyecto para una radio en el marco de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Udelar. La iniciativa, Radio Universitaria, se instalará en el local donde se dicta la licenciatura y dependerá administrativa, política y académicamente de la Comisión Directiva de la institución. Será una FM, con un transmisor de cinco Kilo watts, que asegura un alcance metropolitano.