Avanza el proyecto para evitar "ensañamiento terapéutico"
"La filosofía es evitar lo que se llama el encarnizamiento terapéutico en una etapa final, terminal, irreversible, cuando existe una enfermedad que sentenció el pasaje del estado de vida al estado de muerte", explicó el diputado Washington Abdala, uno de los autores del texto. El legislador afirmó que el proyecto no tiene que ver con el procedimiento de eutanasia.
(Emitido a las 7.35)
EMILIANO COTELO:
"Toda persona capaz tiene derecho a oponerse a la aplicación de tratamientos y/o procedimientos médicos que prolonguen su vida con dolor, angustia o daño, en una situación de enfermedad terminal, incurable o irreversible."
Así comienza un proyecto de ley que viene siendo analizado en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados y que en los próximos meses seguramente se instalará con fuerza en la agenda. Porque, claro, la referencia casi inmediata a la eutanasia es lo primero que se da cuando se reflexiona sobre esta iniciativa que se ocupa de los derechos de los pacientes terminales.
¿De qué se trata exactamente el proyecto? ¿Cómo viene desarrollándose la discusión en el ámbito parlamentario? Vamos a conversarlo con uno de sus impulsores: el diputado Washington Abdala, del Foro Batllista, Partido Colorado.
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Diputado Abdala, llama la atención que este proyecto está firmado por usted y por un colega suyo del Frente Amplio, el doctor Luis José Gallo, de Asamblea Uruguay. No es común que diputados de diferentes partidos presenten juntos un proyecto de ley. En julio del año pasado, cuando este proyecto apareció, ya habíamos hablado de este detalle, pero sería bueno conocer cómo fue el origen.
WASHINGTON ABDALA:
En el período pasado tanto el doctor Gallo como yo, prácticamente con simultaneidad, con unos días de diferencia, presentamos proyectos muy similares, que tienen el mismo objetivo, y como en el período pasado no tuvo nacimiento en esta instancia decidimos juntar esfuerzos porque había una mirada en mi óptica más jurídica y en la de él más científico-médica y las combinamos porque nos daba la impresión de que había un terreno a recorrer en conjunto, que era una cosa constructiva. Tratamos de desengancharnos de esa cosa tan ortodoxa que a veces los partidos tienen, que funcionan unos de un lado y otros del otro y cuando hay coincidencias no se abonan. En este caso había coincidencias y recorrimos el camino del entendimiento.
EC - El proyecto de ley está en pleno proceso de discusión en la comisión de la Cámara de Representantes, ha tenido algunas modificaciones en su redacción original. De todos modos tengo entendido que se mantiene lo principal del texto que se presentó el año pasado.
Por ejemplo, vayamos al artículo primero, que dispone: "Toda persona capaz tiene derecho a oponerse a la aplicación de tratamientos y/o procedimientos médicos que prolonguen su vida con dolor, angustia o daño, en una situación de enfermedad terminal, incurable o irreversible".
WA - No lo tengo delante, pero me parece que agregamos "enfermedad terminal, crónica, incurable o irreversible". Lo de crónica es importante, fue un elemento que nos presentó alguna gente muy especializada que nos dijo que mejoraba el texto.
EC - De todos modos ahí está la médula del proyecto. ¿Cuál es la filosofía, cuál es la idea?
WA - La filosofía es que cuando se puede evitar lo que se llama el encarnizamiento o el ensañamiento terapéutico en una etapa final de la vida, terminal, irreversible, cuando además existe una enfermedad de esta naturaleza que sentenció el pasaje de un estado al otro, del estado de vida al estado de muerte, parece, mirando experiencia comparada, sensato devolverle dignidad al paciente, si este así lo entiende.
EC - Devolverle dignidad al paciente...
WA - Devolverle dignidad, porque en muchas de estas circunstancias el paciente está clamando por pasar de un estado de vida a un estado de muerte con el máximo de paz interior, tranquilidad y respeto por sí mismo y se encuentra con una atención que es natural porque el médico no tiene más remedio que llevar adelante un proceso de asistencia que cuando el estado es irreversible, incurable, terminal, es una especie de gigantesco problema, una situación muy tensa que se presenta. Mirando experiencia internacional nos pareció que esto estaba bastante legislado en otras partes, nada tiene que ver con la eutanasia.
EC - Vamos a esa precisión, porque es la pregunta cantada de inmediato.
WA - La eutanasia es cuando alguien decide cortarle la vida a otro sin su consentimiento, y además precipitando la muerte. En el caso de los derechos de los pacientes terminales, el ex llamado testamento vital o como se lo llame a este proyecto, la persona inevitable, ineluctablemente va a transitar de la vida a la muerte y lo único que está pidiendo es que no se le haga ninguna aplicación terapéutica porque el proceso es irreversible. Se entiende que ese camino se puede recorrer con sensatez y con la aquiescencia de un médico.
EC - ¿Cómo es el procedimiento que se está construyendo?
WA - Hay un diagnóstico del médico tratante que tiene que ser ratificado por un segundo médico. Eso es lo básico. El médico tratante tiene que estar consciente de que efectivamente lo que se le está planteando es correcto y que efectivamente está ante una enfermedad terminal, crónica, incurable, irreversible. Eso tiene que ser ratificado por un segundo médico. Le empezamos a quitar algunos elementos de protocolización notarial, seguramente vamos a tener líos con alguna gente del gremio jurídico, pero tengo la sensación de que cuando estás muriéndote no hay demasiado tiempo para formalidades, no hay posibilidad.
EC - El proyecto establece que el paciente tiene que dejar manifiesta su voluntad.
WA - Eso es muy importante. Tiene que haber un consentimiento escrito, tiene que ser una manifestación de voluntad anticipada; tiene que haber firma de testigos, por lo menos de dos, que no pueden ser tu esposa, tu hermano, ninguno de los implicados en tu línea sucesoria. El diagnóstico tiene que ser hecho por el médico tratante y ratificado por un segundo médico; tiene que haber una comisión de bioética que cuando esos dos médicos decidan la suspensión de los tratamientos en 24 o 48 horas se expida y ratifique la decisión.
EC - Se prevé que cada institución de asistencia médica cree una comisión de bioética.
WA - Sí, ya lo preveía un proyecto que el doctor Alberto Cid había presentado en el Senado y lo habíamos trabajado en Diputados, en las dos cámaras se había venido trabajando la necesidad de comisiones de bioética. Aprovechamos el envión de este proyecto para dejar establecida esa obligatoriedad.
Tampoco es una cosa tan sencilla: la voluntad por escrito, los dos testigos, el diagnóstico de los dos médicos, la comisión de bioética... Hay una serie de pasos a recorrer. Hay un debate, porque el proyecto del doctor Gallo establecía la posibilidad de que en el caso de un paciente en esta situación terminal, crónica, incurable, irreversible pero que no hubiera dejado su testamento vital pudiera llevarse adelante la suspensión de los tratamientos por decisión del médico avalada por el cónyuge o por un pariente de primera línea de consanguinidad.
EC - Sería el caso de una situación que se precipita de manera imprevista, por ejemplo, una persona que sufre un accidente cerebrovascular que le impide recobrar su conciencia de manera irremediable. Si se da algo así, la persona no tuvo tiempo, no tuvo condiciones antes para dejar firmado ese testamento vital.
WA - Exactamente. Estamos encontrando algún nivel de dificultad para sortear este obstáculo porque algunos colegas de la comisión nos han planteado alguna objeción.
EC - ¿Qué salida podría haber?
WA - No lo sé. La salida en estas cosas es blanco o negro, o se está a favor de esta línea, de que en situaciones muy excepcionales se pueda encontrar una solución, quizás taxativamente, o no; o estás de un lado del río o estás del otro. Esto es como aquellos proyectos que se debatían sobre la donación de órganos y la voluntad manifiesta tácita o expresa. Es más o menos lo mismo en términos de decisión, o decidís que efectivamente esto se puede hacer o decidís lo contrario. De cualquier manera, si no saliera eso, está el grueso de lo otro, me da la sensación de que las entidades mutuales y un montón de gente podría requerir este tipo de voluntad y ordenarla de una manera bastante masiva.
EC - ¿Qué diría palabras más, palabras menos ese testamento vital en caso de que el paciente resolviera firmarlo?
WA - En el proyecto hay varios modelos, pero es el derecho a oponerse a la aplicación de procedimientos médicos que impliquen una prolongación innecesaria de la vida generando situaciones de angustia o dolor cuando se pueda constatar efectivamente que la situación es terminal, incurable, irreversible, crónica. Básicamente tendría que traducir ese concepto inicial que está tratando de impedir el encarnizamiento, el ensañamiento terapéutico, devolviéndole dignidad a la persona y dándole al médico un elemento de garantía para poder actuar en muchos casos.
EC - Este detalle también es importante.
WA - Es muy importante, porque muchas veces los médicos se encuentran sin instrumentos para actuar cuando un paciente les plantea esto. El médico puede incurrir en omisión de asistencia o en alguna tipificación legal. Entonces es sensato que los dos actores de esta situación obtengan derechos, tanto el paciente como el médico. Hoy para los médicos no es sencillo actuar en estos casos y tienen derecho, cuando actúan con base en las coordenadas de los derechos de los pacientes, cuando los propios pacientes lo plantean estando en estas circunstancias especiales.
Estos días algunos colegas tuyos han querido hacernos alguna nota y hemos tratado de desengancharnos de los episodios puntuales, de lo que ha pasado con este doctor, porque lo peor que nos puede pasar es vincular este proyecto...
EC - Con el caso del doctor Diego Magga, por ejemplo.
WA - Exacto.
EC - El proyecto ya existe, tiene un año y pico tiene más en sus antecedentes y ha venido avanzando efectivamente. ¿Cuánto falta para que salga de Comisión de Salud de Diputados?
WA - Estamos a dos artículos. Se avanzó con el tema del juez, se evitó el pasaje al juez, se evitó el pasaje al Instituto de Órganos, se evitó una serie de protocolizaciones que nos planteaban algunos juristas. Ahora estamos en un mareo con los escribanos porque la mirada notarial pretende que demos fe pública por todo, entonces hay que arreglar algo de ese texto. (Lo digo con respeto y con cariño porque en mi familia hay muchos escribanos.) Hay muchos detalles de organización que hay que terminar, pero estamos a dos artículos, estamos muy cerca.
EC - ¿En general cuál es el ambiente político en torno al proyecto? Más allá de tratarse de un proyecto surgido de un diputado frenteamplista y un diputado colorado, ¿qué se sabe de los demás partidos? ¿Es un proyecto que sale?
WA - Sale, pero va a haber discusión. Si te cuento las cartas que hemos recibido Gallo y yo, algunas son absolutamente inconcebibles.
EC - ¿De quiénes?
WA - De ciudadanos anónimos que nos tratan de asesinos y cosas por el estilo, de gente que no se ha sentado a leer el proyecto y cree que esto es poco menos que un modelo de eutanasia. Hay que explicar. Nosotros hicimos muchas consultas, hablamos con mucha gente antes de preparar los proyectos, conversamos con especialistas de las distintas religiones, vimos legislación comparada. No es un proyectito hecho a la apurada, está muy bien pensado, está muy bien estudiadito, no es una improvisación. Pero, como en todo, va a haber gente que se va a oponer porque hay miradas muy radicales en torno a la vida. Tienen derecho, eso por suerte es la democracia.
EC - ¿Y cuál es el estado de ánimo del Poder Ejecutivo con respecto a un proyecto de este tipo? ¿Se sabe?
WA - Hay un temperamento favorable, en estas cosas afortunadamente no ha habido miradas muy críticas sino más bien una mirada bastante avanzada.
EC - Tenemos un presidente de la República que es médico, entonces no sé cómo está incidiendo ese factor en la posición que pueda tener el gobierno, el Poder Ejecutivo.
WA - Va en una línea muy científica, muy internacional, de aceptar este tipo de criterios. Esto no es una improvisación, hay algo parecido en España, en buena parte de los estados de Estados Unidos, en algunos países Europeos, Italia acaba de legislar algo muy parecido. Para variar llegamos tarde, Uruguay que tuvo otrora la capacidad de estar en la avanzada legislativa acá está llegando un poquito tarde.
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Edición: Mauricio Erramuspe