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Montevideo tiene más de 500 "anfitriones turísticos"

La atención al turista es una clave para una ciudad y un país que quieren consolidarse como destino, regional y extrarregional. En ese aspecto, empresarios y autoridades reconocen que, si bien tenemos la cordialidad a nuestro favor, muchas veces la población no tiene información para asistir a los visitantes. Los Talleres de Anfitriones tienen como objetivo que los vecinos conozcan su barrio, descubran sus potencialidades y puedan transformarse en promotores, ocasionales, pero efectivos, de su ciudad. Informe de Mauricio Erramuspe

Los Talleres de Anfitriones se vienen realizando desde 2002. La idea inicial es llevar a los barrios y a los vecinos, ese convencimiento de que todos tenemos un papel que jugar en esto de "Uruguay país turístico". La idea partió de Lilián Kechichián que por ese entonces era directora de Turismo de la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM). Hoy es subsecretaria de Turismo.

Para Kechichián el turismo es una de las actividades económicas que más tiene que ver con la dimensión local. Las políticas nacionales que se puedan delinear son muy poco efectivas, afirmó, si no hay un correlato en lo micro que las ponga en práctica. "Uno desde el gobierno central puede hacer toda la promoción del mundo pero si después la ciudades con los servicios que son esencialmente municipales –la limpieza, el alumbrado, la propia información turística, los museos- no están acordes, realmente podemos tener muchos problemas. (...) En eso de ver la importancia que tenía lo local empezamos a ver algo que no tenía antecedentes en el Uruguay y no tiene muchos antecedentes en muchas partes del mundo aunque los que realmente han despegado en turismo, sí le han prestado atención, que es cómo trabajamos con la comunidad, con las comunidades locales. Y en este país era todavía más importante porque Uruguay tiene una tradición tan industrial, tan industrial tradicional, la de la fábrica, la del campo, que la incorporación de la importancia de los servicios y particularmente la del turismo, nunca hubo un debate muy profundo con la sociedad. Entonces, ahí fue que para nosotros era interesante trabajar con los vecinos de Montevideo", señaló.

Así surgió la idea de estos talleres. Desde un primer momento fueron planteados no como algo "liviano para cumplir", según nos decía Kechichián, sino como una apuesta fuerte a la concientización y capacitación de la población.

Tras un llamado a propuestas, el Instituto de Capacitación Empresarial, Turismo, Hotelería y Gastronomía presentó la suya y fue seleccionado como el ejecutor de este plan. Se trata de 72 horas de cursos, en 24 clases totalmente gratuitas, a cargo de seis profesores egresados del IPA. Son varios módulos en los que los alumnos se capacitan en Historia, Historia del Arte, Espacio Turístico y Desarrollo de una empresa, entre otras materias. Se busca que a lo largo del curso se vaya desarrollando el conocimiento sobre el barrio y descubriendo sus potencialidades turísticas.

En grupos de a tres, se fue cubriendo a los 18 comunales de la capital. El último conjunto de zonales comenzó en agosto y en setiembre empezará la segunda edición de estos Talleres de Anfitriones.

Jorge Castello, director del ICT, explica algunas pautas para entender cómo funciona la experiencia: "Tienen Historia del Arte, tienen Geografía Turística, tienen desarrollo de pequeña y mediana empresa porque a la gente le puede servir para que con forma asociativa pueda desarrollar un producto. Y además tienen un largo proceso de proyecto. O sea la gente lo que hace es iniciativa después de recorrer el barrio, después de ver insumos digitalizados que sacamos, fotos del barrio, después de haber juntado –por eso la edad es importante, cuanto mayores a veces es mejor- todo aquello que se ha conseguido de libros viejos, de fotos viejas, se transforma en un insumo que después se le entrega a cada alumno por vía digital en un CD junto con un diploma final".

En esa ceremonia de entrega de diplomas, de la que participa el intendente y el director de Turismo de la IMM, uno de los vecinos explica ese proyecto al que llegaron en conjunto. Una feria, un recorrido patrimonial, caminatas y hasta cabalgatas son algunas de las propuestas que se han planteado hasta ahora. Algunas de ellas se concretaron, otras aún esperan ser llevadas a cabo.

Por ejemplo, los vecinos del Comunal 3, que incluye a La Aguada, en el Día del Patrimonio hicieron una recorrida guiada por los monumentos del entorno del Palacio Legislativo. En el Cerro organizaron cabalgatas por el Parque Vaz Ferreira. Y en la Plaza 20 de Febrero, de Sayago, se realizó una feria con productos de la zona.

Castello recordó especialmente un recorrido que se realiza en Ciudad Vieja, los Días del Patrimonio: "En el Comunal 1 está funcionando desde hace años, con motivo de los Días del Patrimonio, el Patribus. Es un bus que hace un circular alrededor del Comunal 1 y que por el precio del boleto –como pasa en Sevilla, como pasa en Madrid, como pasa en Londres o en cualquier capital grande- (...) con un video y con un micrófono, los vecinos se ingeniaron para que con un boleto la gente se suba y baje en diversos lugares y allí le dan un folletito de entrada donde le dice qué va a ver en distintas paradas. Vuelve a subir al mismo ómnibus que está haciendo un recorrido circular. Se llama el Patribus y lo registró el Comuna 1".

Y hay más experiencias. En Sayago, barrio que en principio no parecería ser de los que tienen mayores atractivos turísticos de Montevideo, hay varios proyectos. Gabriel Domarco, coordinador de cursos por parte del ICT, nos contó una idea que está por concretarse: "Hay pedido a AFE dos vagones, hay una línea muerta entre Sayago y Peñarol donde ellos van a exponer distintas actividades para lo que es barrial y para lo que es el turismo. Porque vos hablás de Peñarol y se conoce pero si hablás de Sayago, se conoce como nombre como barrio pero no tiene un atractivo, pero es lo que es lo que lo que se habla también, un atractivo, un `atractor´, y bueno eso es lo que ellos idearon. De hecho ya está por salir".

Las autoridades destacan que más allá de las propuestas que surgen, por ejemplo, de Ciudad Vieja, que es protagonista indiscutida de la oferta turística de Montevideo, lo más interesante es lo que sucede en barrios que en principio no tenían esa impronta turística.

"Por supuesto fue de una enorme recepción en el Comunal 1, en la Ciudad Vieja, una población local que convivía con el turismo diariamente, pero sin embargo fue de una receptividad impresionante en el Comunal 11 que tiene en un su seno a General Flores e Industria, al Borro, a Casavalle, a zonas que realmente no vibran con el turismo", explicó Kechichián.

El actual director de Turismo de la Intendencia, Fernando González, destacó especialmente ese objetivo de los talleres: "Sensibilizar a los vecinos en las cuestiones que tienen que ver con el turismo en sus propios barrios. O sea, aquellos atractivos turísticos que cada barrio montevideano tiene. Nosotros decimos que en toda la ciudad hay potencialidades turísticas y que hay que detectarlas. Hay que saber apreciarlas y saber de alguna manera comunicarlas. Ese era el sentido principal de los talleres anfitriones. (...) Creemos que ha sido muy positivo porque, además, hay una cuestión intangible que es el resultado de estos talleres que es la compenetración cada vez más fuerte con el rol de destino turístico que tiene Montevideo por parte de los vecinos de la ciudad".

Los talleres llegaron a más de 500 montevideanos que ahora son "anfitriones" con diploma. Además, se espera que ejerzan un rol multiplicador. Ahora, comienza la segunda recorrida por los 18 comunales de Montevideo. El primer tramo de tres CCZ incluirá al 1, de Centro y Ciudad Vieja, al de Capurro y al del Cerro. La selección de los grupos se hace tomando en cuenta un denominador común que, en este caso, fue la Bahía de Montevideo. Las inscripciones están abiertas y el único requisito a cumplir es tener entre 18 y 65 años. Los cupos por taller son de 30 alumnos y si la nómina supera ese número, se sortean 30 titulares y 10 suplentes.

La primera ronda de talleres por Montevideo está terminando por estos días en los comunales 5 –Pocitos, Villa Biarritz, Punta Carretas, Buceo-, en el 10 - -Manga  y Piedras Blancas- y en el 7 - Buceo, Malvín y Punta Gorda. Sonia Izaguirre, una de las alumnas, está muy interesada en el rescate de las pequeñas historias del barrio. Y también de las grandes: "Siempre me gustó que se rescaten anécdotas, la vivencia de mucha gente mayor que tiene recuerdos muy importantes y que no se valoran lo debido. (...) Justamente ahora traía yo fotocopias para mis compañeras y me parece inaudito que sobre la calle Comercio, ex Comercio, que es Solano López, vivió años Juana de Ibarbourou, años, donde ella misma dice que fue la casa de la felicidad. (...) Ahí no hay ni siquiera una placa que recuerde que ella vivió ahí", explicó.

Para quienes se hayan sentido intrigados, esa casa está a la altura de Solano López 1412.

Cuando hablamos con Sonia tenía en mano varias fotocopias con artículos de periódicos locales. Con fascinación leía historias de personajes y cuentos que tenían como escenografía su barrio, donde se casó y  crecieron sus hijos. Ahora, con 63 años, todos los martes y jueves, de 19.00 a 22.00 horas, rescata esas historias, las comenta con sus compañeras, las junta con otras anécdotas, aprende de empresas, historia y arte. Dentro de tres meses, deberá presentar un proyecto turístico para el barrio. Ese es el trabajo de grado, digamos. Ella piensa que un proyecto lindo sería recordar, con trajes de época, la actividad de la Calle Comercio.

"Personalmente, todavía no lo hemos hablado mucho con las compañeras, me encantaría así como en la Ciudad Vieja se hace, los sábados hay mucho movimiento con gente vestida de época... Era común, para algo se llama Comercio, por ahí subía el comercio. Entonces estaba el italiano que vendía fainá, el otro que vendía las gallinas ahí bien fresquitas... Y bueno sería bueno escenificar todo eso, se me ocurre a mí", explicó Sonia .

El público que asiste a los cursos es muy variado. Hay comerciantes, interesados en dar un mejor servicio en sus negocios, maestras, profesores, artesanos... Algunos de ellos podrán salir con trabajo o mejorando el que tengan. Sin embargo, según el director de Turismo de la comuna, Fernando González, no hay que concebir estos cursos como una agencia de colocación de empleo.

"Es importante manejar que los talleres de anfitriones no son talleres de colocación de empleo, la gente no va a salir con un empleo vinculado al turismo porque eso sería generar falsas expectativas. Los talleres de anfitriones son talleres de sensibilización y aspiran a que los vecinos, según sus aspiraciones, encuentren distintos nichos. Irá aquel vecino al que lo único que le interesa es realmente tener una visión, una mirada diferente sobre su barrio y que de alguna manera se convertirá en un mejor anfitrión cuando llegue el turismo. Y habrá vecinos que tendrán otro tipo de propuestas y tratarán de buscar una forma de vincular una propuesta laboral al turismo", explicó González.

González señaló que muchas veces la población no es consciente de las dimensiones que adquiere el turismo y su impacto económico. Por ejemplo, para tener una idea, se estima que ese sector aporta 50.000 trabajos directos y 100.000 indirectos. "No sólo es un problema de información, está muy bien. A veces nos falta información y no es sólo cordialidad. Debemos ser cordiales con el turista pero además ser informados. Pero a veces además nos falta cierto sentido práctico porque no es ser cordial por ser cordial, que es un muy bueno y está bien en las relaciones humanas, pero además debemos ser cordiales para que el turista vuelva, porque está bien que vuelva a visitar nuestra ciudad, pero está mejor que vuelva a dejar divisas en nuestra ciudad. (...) Y vuelva a dejar esos casi 50 dólares por cabeza que deja cada turista cuando viene en la ciudad, en la industria que mejor y más democráticamente reparte sus ingresos", comentó.

Esta experiencia entonces lleva cuatro años en Montevideo, con interrupciones en 2003 y 2004 por razones presupuestales. Ahora se piensa en llevarla a otros puntos del país. Ya hubo un taller similar en Lascano, Rocha, a través del que se definieron y acordaron con aquella intendencia varias mejoras para esa ciudad.

Además, se podría concretar una idea similar en Maldonado, cuando comience la descentralización en ese departamento. Concretamente se habla de, en principio, impulsarlo en San Carlos y Pan de Azúcar.

Pero más allá de la capacitación que se pueda dar a los vecinos, existe un déficit que cualquiera puede detectar al recorrer el país. Muchos de quienes tratan directamente con turistas, por ejemplo en el transporte, desconocen cómo asistir al visitante. En muchos casos ni siquiera se preocupan por hacerlo. Todos, creo, podemos recordar alguna cara de desesperación en un turista europeo o estadounidense, en alguna de las muchas terminales de ómnibus del país, pidiendo por información sin obtenerla. Sólo otro pasajero, uruguayo y con nociones de alguna lengua extranjera, podía resolver esta situación.

Ese es un punto a trabajar. "Cómo esa capacitación permanente de los recursos humanos vinculados al turismo, que hasta hace poco estaban un poco encerrados en lo que tenía que ver con los servicios hoteleros o con las guías de turismo o con los recepcionistas, y que como bien tu decís tienen que ver con el transporte, con los taximetristas, tiene que ver con los quiosqueros, tiene que ver con los mozos, tiene que ver con focalizar sí algún tipo de capacitación en esos sectores", indicó Kechichián.

Sin duda es un tema en el que se debe pensar y trabajar. A nivel macro está la propuesta del Ministerio para que turismo sea una materia en la enseñanza pública. Eso sin duda demorará aunque la subsecretaria de Turismo habló de plazos dentro de este quinquenio.

Por lo pronto, los interesados pueden informarse en el centro comunal de su zona e inscribirse en estos Talleres de Anfitriones. En principio, recordemos, se atenderá las zonas de Ciudad Vieja, Capurro y Cerro. Las inscripciones ya están abiertas.