Aniversario del temporal más fuerte de los últimos 40 años
Diez muertos, miles de techos volados, miles de casas destruidas, más de 100.000 arboles dañados, 1.300 kilómetros de cable destruido, viviendas sin luz por varios días, cientos de calles cortadas, enormes antenas desplomadas, balnearios mal parados de cara al verano y decenas de millones de dólares perdidos por el Estado. Estos son sólo algunos datos de uno de los hechos más destacados del 2005: el temporal del 23 de agosto. Informe de Santiago Díaz
Evidentemente lo que pasó el 23 de agosto del año pasado fue impactante y trasciende ese año, ya que es un hecho que se destacaría igualmente si tomamos una referencia temporal mayor de cinco o 10 años. Muestra de esto es la facilidad con que a todos nos sale la fecha. Todos retuvimos ese 23 de agosto y nos acordamos que ese día fue el temporal.
Si bien 10 muertos, miles de techos volados, miles de casas destruidas, más de 100.000 arboles dañados, 1.300 kilómetros de cable destruido, viviendas sin luz por varios días, cientos de calles cortadas, enormes antenas desplomadas, balnearios mal parados de cara al verano y decenas de millones de dólares perdidos por el Estado fueron algunos de las consecuencias, hay otras importantes que es todo lo que generó para la meteorología en general. Es decir, el fenómeno no fue previsto y la población no fue advertida, lo cual hubiera evitado alguno de los efectos y algunas pérdidas ocasionadas.
Incluso, Azucena Berrutti, la ministra de Defensa, solicitó un informe a la Dirección Nacional de Meteorología para que detallara la actuación de este organismo el día del temporal. Ese informe se dio a conocer en setiembre y entre sus conclusiones dice: "esta Dirección Nacional, más allá de este lamentable fenómeno que afectó a la población y sus bienes, desea destacar el grado de profesionalismo, capacidad y responsabilidad de los meteorólogos que la integran, en la realización de su labor diaria por encima de diversas carencias como consecuencia de las limitaciones producidas por falta de equipos técnicos adecuados y la insuficiente disponibilidad de recursos humanos capacitados, que se arrastra de varios años atrás. Se deberá ante todo, entre meteorólogos y actores sociales, sacar las debidas enseñanzas y actuar en consecuencia".
Luego de un año del temporal, cuando nos planteamos hacer este informe queríamos saber cómo está la Dirección Nacional de Meteorología, fundamentalmente en cuanto a esas carencias que marcaba la conclusión de ese informe presentado el año pasado. También queríamos saber si, un año después, se sacaron las debidas enseñanzas, como pedía el informe.
No era nuestra intención ponernos a ver qué fue lo que falló el año pasado, qué fue lo que se hizo mal, ni quién fue el responsable. Por eso quisimos hablar con Raúl Michelini, que es el director nacional de Meteorología, lamentablemente esto no pudo ser así, porque lo llamamos varias veces, le dejamos mensajes en su celular, pero no hubo caso. Incluso, una de sus secretarias nos dijo que estaba muy ocupado en una serie de reuniones y que en esta semana no iba a atender a ningún periodista.
El meteorólogo Diego Vázquez Mello si bien explicó, muy amablemente, porqué no fue previsto el temporal y cuáles fueron los errores cometidos en esa ocasión, no quiso salir al aire porque entiende que no es lo mejor en este momento.
Mientras que el meteorólogo Nubel Cisneros, entre otras cosas, dijo que lo del 23 de agosto se trató de algo muy difícil de prever. Además, aclaró que actualmente, con este antecedente, él estaría en mejores condiciones para prever un fenómeno similar.
"Se trató de un ciclón extra tropical, es un fenómeno nuevo que se dio en la zona. No habían antecedentes del mismo. Si bien se formó sobre territorio argentino, el desplazamiento fue muy rápido, ubicándose al Sur de nuestro país sobre aguas del Río de la Plata, y gestó esa situación que fue con ráfagas de vientos muy intensos los cuales eran muy difíciles de pronosticar. Si bien, más que nada, esto se debió a que no habían antecedentes en la zona, la mayoría de los meteorólogos habían dado la ocurrencia de tormentas y lluvias acompañadas de vientos fuertes, nadie pudo pronosticar la situación que se dio de ráfagas que se daban con intensidad entre 190 y 200 kilómetros, en un corto lapso de tiempo se repetían entre cinco a 10 minutos-. Situación que provocó el destrozo, porque nunca se había visto una situación similar", explicó Cisneros describiendo científicamente el hecho del 23 de agosto.
Respecto a la causa que produjo ese fenómeno climatológico en Uruguay, Cisneros explicó que "es un sistema de presión baja que se intensifica y se ubica sobre una parte del continente. Se profundiza, baja muchísimo la presión en un corto lapso de tiempo. (...) Eso es lo que provoca la presencia de fuertes vientos, beneficiados por la humedad que existe en las zonas marítimas".
Por último, le preguntamos si esto podría volver a pasar en el corto plazo y él nos contestó lo siguiente.
"Creo que se puede volver a dar. Estamos ante una situación de un cambio climático importante. Hemos notado que las temperaturas en las latitudes nuestras comienzan a incrementarse, tenemos un promedio de temperaturas que están por encima de lo que serían las medias históricas en nuestra zona. Si bien es un fenómeno que no se avizora que pudiera darse en un corto plazo, pero sí debido a esta situación de cambio climático no hay que descuidarse, ya que podría repetirse en cualquier momento", comentó Cisneros.
Cabe recordar, según indicó Cisneros, que en 2004 hubo en el estado brasileño de Santa Catarina un episodio muy similar, lo que quiere decir que se trata de algo que tenía un antecedente cercano en la región.
Una de las personas que más la sufrió ese 23 de agosto fue Pedro Tamón, el famoso hombre a quien la antena de Concierto FM se le cayó arriba de su casa. Si bien no quiso salir al aire, porque aún sigue tratando de solucionar el tema del resarcimiento económico, comentó que hace unos meses que volvió a su casa, pero aún quedan cosas por resolver.
Los dos organismos en donde el temporal pegó especialmente fuerte fueron la Intendencia Municipal de Maldonado y la UTE. El departamento fernandino fue, sin dudas, el departamento más golpeado por el temporal, más allá de que también fueron muy perjudicados Montevideo, Canelones, San José y Rocha.
El secretario general de la Intendencia Municipal de Maldonado, Enrique Pérez Morad, de las 10 personas que murieron por el temporal, cinco fueron en Maldonado. Y estamos hablando de muertes directas, porque después hubo otras muertes que no son directas pero que también tuvieron su origen en el temporal del 23 de agosto. Además, hubo 30 heridos de importancia y unos 200 evacuados.
Pero, además de eso, Maldonado sufrió un importante deterioro en el medioambiente. "La faja costera se redujo en un 30% del volumen, lo cual indica la enorme cantidad de toneladas de arena que se llevó el mar y el viento, que va a llevar mucho tiempo para reconstituirse. También cerca de 15.000 árboles caídos en todo el departamento. (...) Con la enorme caída de árboles -que hasta el día de hoy seguimos cortando y sacando-, se disminuyó la barrera de contención, de manera que queda más desprotegidos los ejemplares que se mantienen con vida", explicó Pérez Morad.
Pérez Morad también señaló los destrozos en la parte edilicia del departamento de Maldonado. "El Puerto de Pirápolis tuvo destrozos importantes, no sólo las embarcaciones sino también la estructura del puerto en sí. Pero, sobre todo, en la rambla con un alto costo de reparación. (...) También la afectación de los servicios en la vía pública, el estar sin luz en un 80% de la población, que llevó 15 días en recuperar el servicio. Sin agua entre 24 y 48 horas. Innumerables viviendas particulares dañadas por la caída de ramas o árboles".
Lo cierto es que esto pasó dos meses antes de una fecha clave en la pretemporada de verano: el 12 de octubre, que el año pasado se adelantó para el 8 de octubre. Entonces había que tener al departamento de Maldonado lo más "presentable" posible para esa fecha y había que empezar por limpiar toda la basura vegetal que estaba en el suelo. Esa basura generó una tremenda posibilidad de aparición de incendios forestales, que se transformó en realidad, aunque más que nada en Canelones. Recordemos que eso originó varias campañas de concientización de Bomberos y el tan sonado tema de la restricción de fuegos artificiales. Pérez Morad comentó que aún hoy siguen limpiando, retirando ramas y raíces caídas en el temporal.
El cálculo económico de las pérdidas sufridas en el temporal es muy difícil de hacer, porque aún se siguen teniendo gastos relacionados con el fenómeno meteorológico. De todas maneras, se sabe que son varios millones de dólares, en algún momento se mencionó 20 millones, pero también hay que aclarar que Maldonado, según dijo Pérez Morad, contó con la asistencia de varios organismos del Estados que achicaron un poco esos gastos.
Hablando de organismos estatales, uno de los que más fea la pasó fue la UTE, aunque también la pasó fea la gente que se quedó sin luz. Gerardo Rey, director de UTE, señalo que el temporal supuso un gasto de cuatro o cinco millones de dólares para el ente, sólo en materiales, o sea que no se tuvo en cuenta en ese cálculo el trabajo del personal. Hubo que reparar más de 1.300 kilómetros de cable, no todos caídos, pero sí todos dañados. "Este gasto, obviamente, no estaba previsto", aclaró Rey.
La realidad es que este directorio de UTE viene complicado: sequía y temporal en el 2005 y sequía, muy fuerte, nuevamente en 2006. Pero, más allá de eso, hubo mucha gente que se quedó varios días sin luz y que sufrieron las consecuencias del temporal.