Asuntos Pendientes

Náufragos mexicanos: una historia que genera admiración y dudas

El 9 de agosto se conoció la peripecia de un grupo de pescadores que naufragaron y estuvieron a la deriva durante nueve meses. Un barco atunero taiwanés detectó con su radar un objeto extraño sobre las aguas de del Océano Pacífico: una lancha donde había tres personas. Los pescadores mexicanos estaban a 8.000 kilómetros de la costa de su país de dónde habían zarpado y ya habían sido dados por muertos por sus familiares. Asuntos Pendientes cuenta con testimonios exclusivos de los sobrevivientes.

Un radar pajarero del barco atunero Koo’s 102 detectó un objeto extraño sobre las aguas del Océano Pacífico. No eran pájaros que revoloteaban sobre cardúmenes de atún. Era una lancha de nueve metros de largo por tres de ancho. Y en ella había tres personas, que no se percataron de la presencia del buque hasta que éste prácticamente estuvo al lado.

Esas personas eran Jesús Vidaña, Salvador Ordoñez y Lucio Rendón, pescadores mexicanos. Náufragos. Estaban a 8.000 kilómetros de la costa de su país de donde habían zarpado, según su testimonio, el 28 de octubre de 2005, más precisamente desde el puerto de San Blas. Hacía nueve meses y doce días que estaban en alta mar.

Siempre, según el relato de estos pescadores mexicanos, eran cinco hombres que partieron de San Blas para pescar tiburones, tuvieron un problema en alta mar y quedaron a la deriva, sin gasolina y a merced del viento y las mareas. Dos de ellos, casualmente los encargados de la misión, se resistieron a comer carne cruda de peces y pájaros y murieron.

El 9 de agosto fueron rescatados. El 22 volvieron a tocar tierra firme en Majuro, capital de las Islas Marshall, a 8.850 kilómetros de México. El 25 volvieron a su país.

El asombro inicial dejó paso al escepticismo. ¿Es real la historia? ¿Qué pasó con los que murieron? ¿Fueron devorados por los supervivientes? ¿Existen los otros dos pescadores que no sobrevivieron? ¿Eran pescadores o estaban vinculados al narcotráfico? Por ahora, lo único cierto es que los sobrevivientes están de nuevo en tierra.

De tierra son los caminos para llegar a El Limón, municipio de San Blas, estado de Nayarita. Son caminos en mal estado rodeados de manglares. Si llueve, según una crónica del diario El Universal, se puede demorar hasta 45 minutos para recorrer los seis kilómetros que lo separan de la carretera más cercana.

El Limón es un pueblo que vive de la pesca. El 90% de los pescadores de ese lugar no tiene el permiso oficial para realizar esa actividad. Es por eso, señala el diario, que no se reportó la desaparición de los pescadores en octubre pasado.

En ese pueblo, los teléfonos son contados con los dedos de una mano. Pero uno de ellos, permitió a Asuntos Pendientes contactarse con Lucio Rendón, el náufrago que festejó su cumpleaños número 28 en algún punto del Océano Pacífico, el pasado 6 de mayo.

En la primera parte del diálogo, Rendón habla del regreso a su casa y de los peores momentos de la travesía.
Periodista - ¿Cómo ha pasado los primeros días de nuevo en su pueblo?
Lucio Rendón - Cansado, pero muy contento.
P - ¿Cómo fue el recibimiento de su familia?
LR - Fue cosa de no creer, muy bonito... tenerlos... abrazarlos...
P - ¿Cómo fue pasar su cumpleaños, el 6 de mayo, en el mar?
LR - Fue un día que no voy a olvidar nunca... me acuerdo que me levanté temprano a pescar... pesqué un pescado... el día de mi santo...
P - ¿Cómo podían protegerse del sol y la lluvia en medio del Océano? ¿Tenían algo para protegerse en el bote que solo medía nueve metros por tres?
LR - No era un bote, era una lancha. Nos cubrimos debajo del flotador con dos cobijas que había llevado, nos escondíamos al mediodía.
P - ¿Cuál fue el peor momento?
LR - En dos marejadas... cuando sentíamos miedo...
P - ¿Perdió la noción del tiempo?
LR - Cuando nos rescataron (el 9 de agosto), mi reloj marcaba un día de más...
P - ¿Cuántas veces pensó en la muerte?
LR - Dos veces... cuando había viento fuerte... sabíamos que si se volteaba la lancha no la íbamos a poder dar vuelta...

Hoy, Lucio Rendón está de nuevo en su casa en El Limón, con sus padres, sus cinco hermanos y su legión de parientes y nuevos admiradores. Lo mismo que Salvador Ordoñez, alias "Chavita", en Oxaca, y Jesús Vidaña, en Sinaloa.

Este último pudo conocer a su hija de cuatro meses. Su mujer Yuzmey García estaba embarazada cuando partió.

Luis de Uriarte, periodista del diario Reforma de México, fue uno de los primeros compatriotas en volver a verlos, antes que tocaran el puerto de Majuro, aún sobre la cubierta del barco que les salvó la vida.

"Mi primera impresión fue verlos muy sanos. Estaban parados en la cubierta del barco chino. Habíamos salido al mar a encontrarlos, no esperamos que atracaran en el muelle. Y ellos estaban parados, saludando de barco a barco, haciendo declaraciones, haciendo bromas, muy coherentes. Jesús es el más simpático y hablador, aunque creo que Salvador era el líder del grupo, el que los ponía a rezar y organizaba la pesca. Era impresionante ver lo saludable que se veían", contó el periodista.

Y ese estado ‘saludable’ del que habla Uriarte es apenas una de las dudas que genera su historia.

Consultado sobre los temas que han generado dudas en el relato y sobre los misteriosos "Don Juan" y "El Farsero", Rendón dijo:
P - Hay muchos que no creen en su historia, que los vinculan a actividades ilícitas, ¿qué responden?
LR - Son gente ignorante o me quieren ver muerto o no sé que piensan para creer. No me interesa. Allá se quedaron dos vidas, no eran dos animales. Pero no me interesa, si me quieren creer bueno y si no... Yo ya estoy acá con mi familia.
P - También se duda si pensaron en comerse a los muertos para alimentarse.
LR - (Se ríe) No, de ninguna manera, no se nos pasó por la cabeza porque teníamos pescado. Se velaron como cualquier cuerpo. Se descompusieron y no se puede cargar un cuerpo descompuesto.
P - ¿No les llamaba la atención ver pájaros en alta mar?
LR - Ya me lo preguntaron, vimos más de 8.000, había muchísimos pájaros.
P - ¿Conocían a Juan David y el Farsero?
LR - Los conocíamos poco, eran capitán y ayudante.
P - ¿Cómo era el trato entre ustedes?
LR - Pues... bien, normal, tranquilo. Le decíamos "Juanito".
P - Le pregunto porque según las agencias de prensa, fue por culpa del capitán que quería buscar una red que se había perdido que se produjo el naufragio.
LR - No fue la red sino anzuelos y líneas. Pero él no quería perder su equipo, decía que era el dueño, y nosotros le decíamos que ya estábamos lejos y que íbamos a quedarnos sin gasolina. Él contestaba "yo aquí mando y esto es mío".

Entrevistas que se le realizaron a "Chavita" Ordoñez y Vidaña arrojan conceptos muy similares a los que escuchábamos de Rendón. Dentro de lo increíble de la historia, lo similar que son sus relatos es lo que le da fuerza. Esto lo sostiene también Luis de Uriarte, el periodista de Reforma que se los cruzó ya en las Islas Marshall.

"La historia en sí es increíble. Pero yo que hablé con ellos varios días, los sentí tranquilos, coincidían en lo que decían, aún por separado. Es gente muy humilde, que no la sentí ‘maleada’. Ellos cuentan la historia de una manera en que se puede confiar. Se veían increíblemente saludables, pero hay que recordar que estuvieron recuperándose en un barco durante dos semanas, comiendo bien y descansando. Aún así, preguntando a la gente del barco chino, ellos decían que para estar tanto tiempo en alta mar, a la hora de recogerlos, se veían bastante saludables", contó Uriarte.

El gobierno mexicano, que ante el aluvión de dudas y una conferencia de prensa de bienvenida que tuvo mucho más de interrogatorio policial que de periodístico, ha pedido que no los demonicen y que dejen que se hagan las investigaciones pertinentes. Incluso, ellos afirmaron que no tienen ningún inconveniente en someterse al detector de mentiras.

Luis de Uriarte, el periodista que ha seguido el tema a través del Reforma, recuerda cuáles son las dudas: "hay escepticismo por lo increíble de la historia. La gente no cree que puedan estar en tan buen estado. La otra parte es, ¿qué estaban haciendo en el mar? Es algo común que se recojan valijas de droga en la costa mexicana. También hay incertidumbre sobre si se comieron o no a los dos que se murieron. Yo se los pregunté directamente y contestaron ‘no somos caníbales, creemos en Dios, los velamos tres días y los tiramos al mar".

Se puede agregar una duda más. Según el diario La Crónica, de México, no hay nadie en San Blas que conozca a un tal Juan David o El Farsero, el dueño de la lancha y su ayudante. Además, no hay nadie que haya reclamado por ellos.

Vale la pena destacar sobre una de las cuestiones, el narcotráfico, que según un artículo de El Universal del pasado 23 de agosto, la Armada de México no tiene ningún reporte de embarcaciones o pescadores involucrados en actividades ilícitas en los 284 kilómetros de costa del Estado de Nayarit desde hace un año.

Explicaciones. El capitán de navío Anselmo Borges, encargado de Relaciones Públicas de la Armada uruguaya y profesor de los cursos de Supervivencia, que son indispensables para hacerse a la mar, explicó algunas de las afirmaciones realizadas por los supervivientes.

"La gran condicionante para sobrevivir en el mar es el agua potable, si no, sos ‘boleta’. Si la tenés, podés prolongar tu vida. Yo en el curso recomiendo que no se coma pescado por su contenido salino, pero si se tiene agua es diferente. Nosotros decimos que, en el caso de un naufragio, hay que intentar juntar agua de lluvia. Yo no veo ningún problema en que hayan podido juntarla, incluso en un bote", señaló.

Borges recordó que un litro de agua diario les permitiría subsistir.

Ahora, llama mucho la atención el tema de haber cazado pájaros en el medio del Océano Pacífico, lejos de las costas. Aquí Borges, nuevamente les da el beneficio de la duda: "son cosas increíbles... Las aves migran y van de un punto a otro. A veces, hemos visto gaviotas posadas en el (Capitán) Miranda en el medio del Atlántico. Además, si se posan es porque están cansadas por el vuelo, entonces si se les tira con algo se pueden atrapar perfectamente".

Rendón comentó que no tenían más protección del sol que un par de cobijas. En este caso, el capitán Borges cree que no es imposible ese extremo aunque, finalmente, concluye que es posible que hayan sobrevivido.

"Si eran marinos, saben que lo primero de lo que hay que protegerse es el sol, por los escalpes y las llagas. Si juntaron mucha agua, es posible que sea una zona de mucha nubosidad. Pero se puede proteger con una camisa, un gorro o mojarse la cabeza con agua. Juega mucho la suerte pero es posible. Si no tuvieron temporales, si se protegieron del sol, tenían agua y comida... Sí, por supuesto que pueden haber sobrevivido", concluyó.

Investigación. En la última parte de la entrevista con el sobreviviente Lucio Rendón, vía telefónica desde El Limón, contó que aún no ha sido interrogado por las autoridades, como se había dicho en un principio.

P -¿Usted tiene registro de pesca? ¿La lancha estaba autorizada a pescar?
LR - Fui a los cursos, pero no tenía la autorización.
P - ¿Sus relatos están siendo investigados?
LR - Si quieren venir que vengan. No le tuve miedo a la naturaleza menos a ellos que son seres humanos.
P - ¿Pero no los han investigado? ¿Al menos todavía?
LR - Me habían comentado algo... todavía no.
P - ¿Piensa volver a pescar?
LR - Sí, voy a salir ahora dentro de poco de turista (se ríe). Acá cerca, porque no puedo moverme mucho. Me estoy hinchando de nuevo. Los pies, el pecho, la cara. Como que algo me hizo mal de nuevo.
P - ¿Fue a ver a un médico?
LR - Me revisaron dos. Dicen que son sales en la sangre o algo así. Yo tengo que descansar y es cuando me hincho más.
P - Usted dijo que no había perdido la esperanza de ver a su familia. Pero su familia, ¿qué le contó sobre estos meses? ¿Ya lo habían dado por muerto?
LR – Si. Me hicieron misas, lloraban. Es mucho tiempo de andar por allá.
P - ¿Usted cree en Dios?
LR - Sí. Dios existe y es muy grande.

Supervivencia. Ellos han negado permanentemente el haber aprovechado los cuerpos de sus compañeros muertos para su propio consumo. Esa fue la primera sospecha que hubo en México donde, más allá de los allegados a estos pescadores, la tendencia es a sospechar de la historia.

De acuerdo con su versión, Juan David y El Farsero murieron en enero uno y en febrero el otro, muy debilitados, vomitando sangre y sin poder pasar alimentos crudos. "No lucharon por su vida", dijo "Chavita" Ordoñez.

En Uruguay también hay historia épica de supervivencia, la Tragedia de los Andes. Carlos Páez, uno de los supervivientes de aquél evento es bastante escéptico sobre lo ocurrido.

"Me gustaría tener un contacto directo con ellos porque hay cosas que no me cierran. Pero si es verdad, es otra prueba del ser humano. A mí me llama la atención que no los haya agarrado una tormenta, que estaban tapados con una mantita, que hayan agarrado pájaros. También me llama la atención el estado físico con que fueron encontrados. Yo perdí 19 kilos en los Andes y otros perdieron más. Cuando esté en México voy a entrar en contacto con ellos, de hecho ya hay un programa de televisión que me ofreció participar en un programa conjunto", contó Páez.

No sería extraño que ese encuentro ocurriera ya que Páez va muy seguido a México a dar charlas motivacionales basadas en la experiencia que le tocó vivir junto a sus compañeros de rugby y cómo eso se puede aplicar al trabajo en equipo en una empresa.

Sobre el consumo de carne humana, un médico que ha trabajado mucho con pescadores mexicanos que han permanecido perdidos varios días en alta mar, Manuel de Jesús Blanco, dijo al diario El Universal que únicamente un examen médico permitiría corroborar la veracidad de sus dichos.

Según el médico, si ese examen arroja avitaminosis y descalcificación sería posible que digan la verdad, ya que únicamente se alimentaron en base a proteínas y no a vitaminas. Claro, que ya han pasado los días.

No es novedad que pescadores de muy baja condición arriesguen su vida para recoger ‘alijos’ de droga en el agua, más allá que no haya registros en Nayarit en el último año. "Ellos tienen el fenómeno del narcotráfico y la pesca ilícita. Realmente me interesaría mucho hablar con ellos", comentó Páez.

Hay grandes diferencias entre lo que debieron enfrentar los uruguayos en los Andes y lo de los pescadores náufragos. "Los casos son parecidos pero diferentes. Nosotros estábamos en temperaturas bajo cero y ellos no; nosotros teníamos nieve y ellos agua; tampoco el canibalismo sería lo mismo porque en su caso los cuerpos estaban en descomposición", recordó el uruguayo.

Ofertas. Jesús Vidaña, Lucio Rendón y Salvador "Chavita" Ordoñez, ya están de vuelta en sus casas. Ya han recibido ellos y sus familiares ofertas de editoriales, medios de prensa y productoras audiovisuales para contar su historia. Las cifras no fueron reveladas.

De hecho, más allá de las dudas, en la conferencia de prensa a su llegada, ya se vio una pugna entre Televisa y TV Azteca para obtener las exclusivas, según consignó El Universal de México.

¿Qué se les viene ahora a estos tres humildes pescadores? De confirmarse la historia tal vez llegue la hora del libro, de la película y hasta de las charlas motivacionales.

De hecho, según La Crónica, ya hay intención de la Armada Mexicana de reunirse con los supervivientes para aprender de ellos.