El dirigente Marcelo Abdala afirmó que el paro de hoy fue "vacunarse en salud" contra posibles ataques a la democracia.

PIT-CNT denuncia "clima de desestabilización"

El PIT-CNT inscribe el paro de los empresarios del transporte de carga en un "clima de desestabilización" que llevaría adelante "la derecha" contra "proceso de cambio social abierto el 1 de marzo" de 2005. El dirigente Marcelo Abdala negó que esto signifique transformarse en una central oficialista sino que es "vacunarse en salud" contra posibles ataques a la democracia.

(Emitido a las 7.39)

EMILIANO COTELO:
El conflicto originado en la decisión del gobierno de subsidiar la rebaja del boleto del transporte de pasajeros dio lugar ayer a una larga serie de hechos significativos.

Por un lado se concretó la paralización del transporte de carga más grande de los últimos años llevada adelante junto con las patronales de los taxis y con el respaldo, en este caso sin paro, de distintas gremiales agropecuarias.

Desde el Poder Ejecutivo hubo varias valoraciones respecto de la protesta de las patronales contra el aumento del gasoil. Los ministros Víctor Rossi y José Mujica plantearon su punto de vista sobre la situación y coincidieron en mencionar que había motivaciones políticas detrás de estas movilizaciones.

También ayer, avanzada la jornada, el PIT-CNT salió a escena anunciando un contraparo convocado para respaldar al gobierno y para apoyar el proyecto de fideicomiso del transporte de pasajeros.

Y sobre las 16 horas los taxistas levantaron sorpresivamente el paro en una decisión de la dirigencia del gremio patronal basada en que la población había malinterpretado la protesta.

Hay una cantidad de preguntas picando a partir de estos acontecimientos. En primer lugar vamos a dialogar con la central de trabajadores, para lo cual estamos con Marcelo Abdala, integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT.

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Señor Abdala, ¿cuál es exactamente el motivo de este paro general de 10 a 15 horas que ha convocado el PIT-CNT para hoy?

MARCELO ABDALA:
Básicamente la valoración que se hace es que se viene desarrollando determinado cuadro de acción social y política de los sectores de la derecha social y política en el país que actúan en la vida nacional en el sentido de inhibir, de obstaculizar el proceso de cambio social en Uruguay abierto a partir del 1 de marzo del año pasado.

La paralización del transporte de carga efectivamente genera una situación muy comprometida para la producción y el trabajo nacional. Tenemos la evaluación de que en determinados sectores dependientes del acceso a materias primas que luego se industrializan y se trabajan en muy pocos días estarían en riesgo las fuentes de trabajo de miles y miles de trabajadores.

Pero si uno mira un contexto más general, la intentona de una reunión conspirativa entre el propio ex presidente de la República Sanguinetti y el comandante en jefe del Ejército, que obligó al gobierno a remover al comandante en jefe del Ejército; los planteos de la patronal láctea responsabilizando a los trabajadores por la dilapidación tan triste de miles de litros de leche cuando tenemos la información de que desde el punto de vista técnico todas esas cuestiones pueden evitarse; el planteo de las patronales del taxímetro –que por suerte ayer revirtieron su decisión– y de las grandes patronales del transporte carretero –porque queremos separar al pequeño camionero, al trabajador prácticamente por la cuenta, de las grandes empresas del transporte–, todos estos hechos estarían configurando, desde el punto de vista de nuestra central, un clima de desestabilización del cambio social en el país.

EC - Es una interpretación muy audaz la que ustedes formulan. Usted utilizó el término conspiración a propósito de la reunión de Sanguinetti y Fau con el ex comandante Díaz, y ahora habla de desestabilización.

MA - Manejamos ese concepto en función de que es claro que los mecanismos de la Constitución hubieran permitido desarrollar esa reunión con la orden del comandante en jefe del Ejército, que en última instancia es el presidente de la República, es en ese sentido es que lo estamos planteando. Pero en todo el cuadro –ya lo habíamos caracterizado y el congreso de nuestra central lo reafirmó– tenemos un escenario en el cual están el gobierno, sus contradicciones, su composición social compleja, sus encuentros y desencuentros con las opiniones del movimiento sindical. Eso por un lado. En particular un movimiento sindical que tiene una visión crítica de los componentes de la política macroeconómica más en general del Poder Ejecutivo actuando en la escena en el sentido de profundizar la democracia y profundizar los cambios en otro vértice del triángulo. Y en la otra punta los sectores vinculados con el bloque de poder, con la derecha, que también actúan en la realidad. Esta hipótesis sobre el carácter de la etapa en la cual nos movemos está teniendo una confirmación muy importante en esta situación concreta que tú relatabas al principio.

EC - Ustedes llegan a sostener que está en riesgo la democracia.

MA - Como movimiento sindical consideramos que el camino es la profundización de la democracia y que a través de la democracia los trabajadores y el pueblo uruguayo habrán de ver resueltos sus problemas.

EC - Se lo pregunto porque también veía declaraciones de Juan Castillo, dirigente del PIT-CNT, que ante esa consulta contestaba lisa y llanamente que sí, que desde el punto de vista del PIT-CNT ese riesgo existe hoy.

MA - En mi opinión tal vez la valoración de que en este momento concreto las instituciones estén en riesgo sea un tanto exagerada, pero conviene vacunarse en salud. En ese sentido es muy importante –por eso la central resuelve lo que resuelve– que miles de trabajadores participen hoy en una movilización de reafirmación del proceso de cambio social y de las instituciones democráticas en nuestro país. Puede ser exagerada la valoración en la coyuntura pero conviene plantearse la perspectiva ante una actitud de la derecha social y política que sin duda persistirá en estas cuestiones.

EC - ¿No están marcados de manera excesiva por la experiencia chilena, con la huelga patronal del transporte de carga en el año 1973 que terminó complicando el clima político y social y ambientando el golpe de Estado contra Allende? ¿No hay un traslado mecánico de aquel antecedente a la realidad uruguaya de un gobierno de izquierda?

MA - Puede ser que desde el punto de vista simbólico haya recuerdos de aquella movilización de los grandes sectores patronales del transporte chileno y su papel ante un gobierno democráticamente electo como el de la Unidad Popular que intentó cambiar las condiciones de vida del pueblo chileno. No se puede trasladar mecánicamente, hay que encontrar salidas, el centro del asunto es que un gobierno democráticamente electo plantea una forma de resolver una cuestión que para nosotros es muy cara, porque tiene que ver con la canasta básica de consumo de la población y en particular de la población más pobre, la población trabajadora, compartimos todo esfuerzo que busque la rebaja del boleto. Hay una forma de una transferencia de recursos a través del gasoil que se utiliza en el transporte carretero y eso genera esta resistencia de los sectores patronales. Desde el punto de vista de la central se debe encontrar una salida política que permita resolver la rebaja del boleto y establecer algún ámbito en el cual todas las partes se puedan sentar en torno a una mesa para conversar cómo se financia una cuestión tan positiva como la rebaja del boleto.

EC - Desde la audiencia, Juan Carlos, del Centro, que aclara que está afiliado al PIT-CNT desde hace 30 años, consulta: "Cuando en su momento el movimiento sindical realizaba paros, ¿no distorsionaba la vida del país y las estructuras democráticas? Cuando el gobierno era blanco o colorado también hubo paros que podían considerarse sin sentido y que afectaban el funcionamiento de la economía y eventualmente incluso las instituciones".

MA - Es interesante el planteo del compañero. Obviamente está implícito en la propia definición de huelga que genera un perjuicio económico, en particular al sector empleador del que se trate. En este caso hay algunos componentes que complican aun más el panorama, por ejemplo la situación que está existiendo con respecto al reparto del combustible, con sectores de Ancap importantes rodeados de camiones que obstruyen la salida. Allí no estamos ante una situación de que los trabajadores petroleros o de Ancap estén en huelga y eso genere una dificultad para el transporte de combustibles, estamos en una situación en la cual en forma ajena al lugar de trabajo se rodea y se tranca la salida del combustible. Es una situación bien diferente.

EC - Pero un paro de funcionarios de Ancap podría producir el mismo resultado.

MA - Sí, o un paro de los trabajadores de las estaciones de servicio, sin duda. Pero el punto es que en el propio ordenamiento democrático está consagrado el derecho de huelga y en este caso se trata de un sector ajeno al lugar productivo en cuestión.

EC - Son puntos que están en el debate de estas horas.

MA - Hay que recordar que desde el punto de vista histórico el movimiento obrero hizo paros y movilizaciones por la profundización de la democracia, por que el Estado no se dirigiera bajo medidas prontas de seguridad y la propia huelga general contra la dictadura.

EC - Con este paro al que convoca el PIT-CNT para hoy, ¿no hay de manera automática y ya clara de ahora en adelante un alineamiento de la central de trabajadores con el gobierno? ¿El PIT-CNT no pasa a ser una central oficialista?

MA - No, de ninguna manera, porque del mismo modo que hemos defendido con todas las letras la actitud del gobierno de convocar a los consejos de salarios, la aprobación de una ley de libertades sindicales, el desarrollo de otra sensibilidad social y política con el Plan de Emergencia, y recientemente la actitud del presidente de la República de firmeza democrática al destituir al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, hemos resuelto con todas las letras que el proyecto de país productivo requiere la construcción de una macroeconomía al servicio del trabajo nacional, hemos planteado con todas las letras una visión crítica de la política económica, así como hemos criticado las pautas del Poder Ejecutivo que surgen de dicha política económica para los consejos de salarios.

No se trata de un movimiento obrero seguidista de las políticas gubernamentales sino que en cualquiera de las situaciones se pronuncia con un criterio independiente, ya sea para apoyar, para ofrecer su mediación y la generación de ámbitos de negociación en algunos casos, como para criticar abiertamente aquellas cosas con las que no estamos de acuerdo.

EC - Y concretamente hoy mientras transcurre el paro, ¿qué tipo de movilización van a desarrollar para exteriorizar ese respaldo al gobierno?

MA - Se trata de un paro en Montevideo de 10 a 15 horas con concentración de todos los trabajadores en avenida del Libertador y Paysandú y un acto central en el mismo lugar. Tenemos acuerdo con nuestros hermanos los distintos gremios del transporte colectivo –porque no es una movilización demasiado preparada, se resolvió en forma muy perentoria ayer para hoy mismo–, los compañeros del transporte van a estar levantando en las avenidas principales a los trabajadores para que participen en la movilización.

EC - ¿Cómo se van a evitar los roces con los camioneros, con los transportistas de carga que siguen con su paro?

MA - Creo que no va a haber roces. Eso lo asegurará la masividad de la movilización, los trabajadores deben concurrir masivamente porque la consigna es muy pesada, muy grande, se trata de profundizar la democracia y los cambios en este país. De por sí los trabajadores, por un criterio de responsabilidad, de madurez, garantizamos que hacemos nuestras acciones para contribuir con nuestra perspectiva a la vida nacional pero no vamos a entrar en ningún tipo de provocación.

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Edición: Mauricio Erramuspe