Piromaníacos y los incendios del verano en la Costa de Oro
Hay gente que no puede parar de apostar. Hay quienes no pueden parar de quedarse con lo ajeno. También están aquellos que no pueden parar de iniciar incendios. Se trata de los piromaníacos. En los últimos días, varios incendios hicieron estragos en la Costa de Oro y un piromaníaco fue responsable. Este informe repasa lo ocurrido en las últimas semanas en la costa de Canelones y un psicólogo especializado en patologías sociales explica las características de los piromaníacos.
Pocas semanas fueron tan calientes como la que acaba de pasar.
Una vez más, a los titulares de los medios de comunicación se les sumó la palabra incendios.
El miércoles 17 de enero, tres focos ígneos se detectaron al mediodía en diferentes puntos de la Costa de Oro, en el departamento de Canelones.
Unas horas atrás, Bomberos había trabajado en otros incendios por la misma zona, en el balneario Aiguá, y en distintos focos que se registraron entre los kilómetros 42 y 75 de la Ruta Interbalnearia. Esta vez, los puntos afectados eran Salinas, La Floresta y Guazuvirá.
Para ese entonces ya se sentía una palabra: intencionalidad.
El 18 de enero el origen de los incendios en La Floresta y Costa Azul, tenía rostro. Poco a poco las sospechas expresadas por el intendente de Canelones, Marcos Carámbula, se confirmaban: los incendios que tuvieron en vilo a la Costa de Oro fueron causados por un joven de 20 años.
El hombre confesó haber iniciado los incendios ocurridos en La Floresta, Las Vegas, San Luis y Los Titanes.
En un principio explicó que lo habían contratado para limpiar terrenos y lo que hacía era quemar basura. La familia del detenido se mostró muy sorprendida por lo ocurrido.
El 19 de enero, tras el interrogatorio y reconstrucción de los hechos, la jueza penal de Ciudad de la Costa, Amina Peyrot, dictó el procesamiento por cuatro delitos de incendio en reiteración real, lo que puede acarrear una pena de hasta 16 años de cárcel.
El operativo de captura estuvo a cargo de la Jefatura de Canelones. El subjefe de policía de Canelones, el inspector Gilberto Suárez Delgado, contó cómo llegaron hasta el joven piromaníaco.
"Fue un factor suerte, como muchas veces nos pasa a nosotros por acá. Fue un vecino que acertaba pasar por la ruta, a la altura de la estación Atlántida, a eso de las cuatro y media de la mañana que vio a este individuo meterse para el monte e inmediatamente se produce el fuego. El vecino avisó a la comisaría de La Floresta y en seguida es detenido. Y luego el caso se deriva a la dirección de investigaciones, porque creímos que seguramente estábamos frente al presunto piromaníaco del que se venia hablando en días anteriores", contó Suárez.
El muchacho, que trabajaba en una compañía de transporte interdepartamental, aseguró que fueron cuatro los incendios provocados. En su celular tenía fotos de los mismos. Durante el interrogatorio, cuando le preguntaron por qué sacaba fotos de los incendios, dijo que lo hacía porque las quería como fondo de pantalla de su computadora.
Sin embargo, nunca dejó bien en claro que él provocaba los incendios. Simplemente, se limitaba a decir que, cuando iba para algún monte y prendía un cigarrillo, el fuego se expandía sin razón alguna.
"Primero explica que hacia el fuego para prender un cigarrillo, o uno pequeño para calentarse, o para sacar una foto y que después se le iba de las manos. El último incendio grande, fue con el último fósforo que le quedaba en el bolsillo", dijo el subjefe de policía de Canelones.
Suárez también recordó que, desde que comenzaron los incendios, redoblaron los esfuerzos para poner más personal en la zona. Y es que ya habían recibido otros informes anteriores que hablaban de personas ingresando a los bosques y que inmediatamente se prendían fuego.
En ese tipo de casos, la Policía actúa en conjunto con Bomberos e Inteligencia. Sin embargo, Bomberos aún no había aportado pistas para encausar la investigación.
El Departamento de Bomberos maneja en el combate de incendios dos estrategias. Una de ellas es la preferida: la prevención, que comprende al trabajo en la detección temprana. La otra, parte de un decreto de la Presidencia de la República, de diciembre del 2006, que autoriza a Bomberos a pedir cualquier tipo de apoyo que considere conveniente según la magnitud del siniestro, por ejemplo, solicitar un helicóptero de la Fuerza Aérea equipado con un heli-balde de 1.000 metros de agua, tal como ocurrió en este caso.
Los incendios provocados por el piromaníaco se iniciaron en el kilómetro 54 de la Ruta Interbalnearia, donde se encuentra el balneario La Floresta. Aquí se registró uno de los focos más importantes. Familias y comerciantes tuvieron que desalojar sus viviendas al tiempo que un aserradero se consumiría por completo horas después.
Otro de los focos se inició en el kilómetro 62 de la Interbalnearia, a la altura del balneario Guazubirá Viejo.
En el operativo participaron los destacamentos de Bomberos de Salinas, Piriápolis y Parque del Plata.
A las nueve de la noche del miércoles 17, Bomberos anunció a un canal de televisión que el fuego estaba controlado. Controlado, que no es lo mismo que extinguido. Se asomaba una noche de mucho trabajo.
Una de las dificultades con las que se encontraron los bomberos era el fuego que corría por las copas de los árboles. Se tomaron medidas como la formación de calles cortafuegos (calles tienen como objetivo poner un freno al avance del fuego) entre los kilómetros 35 y 80.
Por otra parte, el Ministerio de Desarrollo Social sumó más de 30 jóvenes voluntarios a los 20 prevencionistas contratados.
Los vecinos de la zona también colaboraron en la extinción del fuego. El tránsito se vio alterado por el humo que obligó a circular más lento.
Luego de una exhaustiva investigación, la Jefatura de Policía de Canelones detuvo a un joven de 20 años.
El psicólogo Richard Prieto realizara un trabajo de campo en diferentes grupos humanos desde 1995. Eso genera un campo fértil par descubrir todo tipo de patologías, entre ellas la piromanía. Prieto logró generar un perfil propio del pirómano.
Según él, si se hiciera la caricatura de un pirómano, sería el dibujo de una persona incendiando y corriendo, como una travesura. Es por eso que asocia la piromanía a carencias afectivas que vienen de la infancia.
El comisario Carlos Nicola, jefe de Relaciones Públicas de Bomberos, dijo que así como un cadáver "habla" y da indicios de las circunstancias de su muerte, lo mismo pasa con el fuego. En primer lugar, antes de saber si un incendio es obra de un piromaníaco, primero se detecta que el fuego haya sido intencional.
"Se determina la intencionalidad. No tiene por que ser un piromaníaco el que lo inició. El trabajo del bombero consiste en hacer el análisis del terreno, reunir todas las pruebas posibles, hacer el trabajo de campo que implica el relevamiento general que organiza el Departamento de Investigación de Siniestros de Bomberos. Y data el comportamiento del fuego, la cantidad de material combustible del lugar, las características del mismo y, en base a eso, se determina la intencionalidad", explicó Nicola.
Un piromaníaco es una persona con una patología que lo lleva a disfrutar viendo cómo un fuego se sale de control. Una persona puede prender fuego intencionalmente por varios motivos: desde quemar basura hasta hacerle daño a alguien en particular, o eliminar evidencia de algún delito.
Una vez determinado que el fuego es intencional, recién ahí se puede descifrar si se está frente a un piromaníaco. Son muchas las características de un incendio que pueden llevar a esta conclusión. El comisario Nicola de Bomberos comentó algunas, no todas para no "avivar giles" ni fomentar el efecto contagio.
"La proximidad entre un foco y otro, algún elemento que haya quedado en el terreno, algunos elementos que muestren lo que se utilizo para prender el fuego. Son todas características, pero hay otras que es bueno no comentarlas mucho para no dar ideas a otros", sostuvo Nicola.
El 95% de los incendios son por negligencia. A estos casos están destinadas las campañas de Bomberos, el Edicto del Fuego y todas las advertencias que salen en los medios. El 5% restante amerita investigación. Esto hace que aún no se pueda saber qué porcentaje de piromaníacos ha influido en los siniestros de los veranos. El comisario Nicola dijo que son pocos y que, más allá de este joven de La Floresta, no recuerda otros casos, al menos en los últimos años.
La Dirección Nacional de Bomberos tiene el perfil de un piromaníaco: "es una persona enferma, que puede ser depresiva, que cuando enciende el fuego le causa satisfacción. Normalmente, tienen una atracción por prender el fuego, es eso lo que le produce placer".
En otros países se han dado casos de pirómanos dentro de los propios cuerpos de Bomberos. Al modo de terroristas por la paz. Nicola dijo a Asuntos Pendientes que no se han registrado casos de este tipo en Uruguay. Aunque cabe consignar que en el país hace muy pocos años que se trata el estrés funcional en trabajadores del Ministerio del Interior, policías y bomberos.
Este había sido el primer caso de piromaníacos, desde esta administración (2005 a la fecha).
El joven de 20 años que mantuvo en jaque a los bomberos en las pasadas jornadas, causante de los cuatro incendios de La Floresta y Costa Azul, manifestó a sus captores que encendió el fuego porque quería "sacarle fotos".