Para Raquel Peyraube quienes trabajan con los adictos, juntan "los pedazos" que deja el no asumir la droga como algo que "llegó para quedarse".

Legalizar para no recoger los pedazos de la drogadicción

Para ella, quienes trabajan con los adictos, juntan "los pedazos" que deja el no asumir la droga como algo que "llegó para quedarse". Raquel Peyraube propone seguir el modelo holandés, donde el promedio de adictos a la heroína es de 38 años. "Quiere decir que hace 15 años que entra poca gente a ese mercado. ¿Qué esperamos para que nuestros jóvenes no entren en el mercado de la pasta base?", preguntó.

(Emitido a las 9.17)

EMILIANO COTELO:
Más de 200 ciudades de todo el mundo se unieron el sábado por una causa polémica pero que cada vez moviliza a más gente...

Estoy hablando de la lucha por la legalización de la marihuana, que el sábado dio lugar a una nueva edición de su marcha mundial. Y por tercer año consecutivo Montevideo dijo presente en esta gran movida internacional, congregando a miles de personas en la zona del Molino de Pérez, entre Malvín y Punta Gorda.

Los impulsores de esta iniciativa son muchos, de distintos estamentos de la sociedad. Hoy les propongo repasar los argumentos a favor de esta postura en diálogo con la doctora Raquel Peyraube, médica, consultora en el uso problemático de drogas y miembro del Comité Ejecutivo de la Asociación Internacional de Reducción de Daños.

***

Doctora Peyraube, entre los grupos que están planteando este tema están, por ejemplo, la Juventud Socialista, los jóvenes de la Vertiente Artiguista, el Movimiento por la Liberación del Cannabis. Pero a usted se la conoce como una técnica, una médica. ¿Integra también alguno de esos movimientos?

RAQUEL PEYRAUBE:
No, son movimientos sociales, básicamente de jóvenes. Estoy vinculada con todos ellos, con muchos de ellos trabajamos en algunas movidas, les suministro material. Muchos de ellos tienen una posición muy seria frente a esto, quiero que quede claro para la población que no se trata de unos loquillos que están tratando de hacer apología del Cannabis, sino que estudian, se forman, ven políticas de otros países, y coordinamos acciones. Pero no integro ningún movimiento.

EC - Pero usted en particular fue convocante a través de una especie de tarjeta que circuló por internet.

RP - Exactamente, los grupos convocantes, Planta tu Planta, Pro Legal, etcétera, hicieron un comunicado de prensa, yo colaboré con ellos en algunas acciones, ellos eran los convocantes, y por mi vinculación con los medios (son muchos años y siempre coordino y trabajo mucho con los medios) reenvié esa convocatoria porque sé que los medios siempre están interesados en llevar a la población las distintas opiniones que hay sobre los temas. Y me parecía que era importante que este llegara a la población.

EC - Vayamos al nudo de la cuestión. ¿Qué es lo que se reclama?

RP - Es muy diferente lo que puede reclamar un movimiento social como los movimientos de usuarios, lo que puede reclamar un movimiento de productores (Planta tu Planta propone que haya autogestión y autocultivo como una forma de legalización), de lo que puede ser el planteo más político de por qué legalizar. Yo puedo hablar desde mi visión, los usuarios reclaman el derecho a consumir, que está consignado en la ley 17.016, e incluso la que se había hecho durante la dictadura, la 14.294, habilita su consumo pero sanciona y tipifica como delito todo acto preparatorio. Una cosa muy perversa, a partir del momento en que se junta con la sustancia no es delito, pero para llegar hasta la sustancia sí.

EC - ¿Qué es lo que se sanciona?

RP - La producción, el suministro, la distribución, el tráfico e incluso la asistencia. Yo he sido amenazada por algún político de turno porque lo que yo hago, en la medida que trato de asesorar sobre menos riesgos a las personas que deciden consumir, es una asistencia al consumo. Los usuarios y los movimientos de derechos humanos reivindican el derecho conferido por la ley uruguaya a usar las sustancias sin por ello entrar en contacto con la criminalidad.

EC - Esa ley 17.016 no penaliza el consumo.

RP - Eso es autorizar. En los países democráticos, salvo Suiza, lo que no está prohibido está permitido.

EC - Pero de hecho autoriza el consumo no sólo de marihuana.

RP - De cualquier droga.

EC - Pero la campaña que estamos comentando tiene que ver con la marihuana. ¿Entonces? ¿Por qué se reclama por la marihuana y no se reclama por el LSD, por la cocaína?

RP - Esa es una de las diferencias, también de oportunidades. Yo apunto a la legalización de las drogas de tráfico ilícito.

EC - ¿Usted estaría por la legalización de todas las drogas?

RP - Sí, sobre todo de sus productos más refinados, no de la pasta base pero sí de los derivados, la cocaína y el clorhidrato de cocaína, por ejemplo. La heroína es una droga lícita para el tratamiento del dolor crónico en Inglaterra. También es un tema de oportunidades y de tolerancia social, las sensibilidades de un pueblo también tienen que ser consideradas. Además, como experiencia preparatoria, en la medida que la marihuana y los derivados del Cannabis son de las drogas de tráfico lícito (tabaco y alcohol) e ilícito más inocuas, las que generan menor potencial adictógeno, menor capacidad adictiva, con menores daños (no quiere decir que no los tenga, por eso hablamos de reducción de daños, como frente a cualquier otra conducta de riesgo), es una buena oportunidad porque permitiría aprender a gestionar algo que está en el ámbito de lo ilícito para que pase al ámbito de lo lícito.

EC - Pasando en limpio, ¿por qué se pide la legalización de la marihuana en concreto? Usted en particular, ¿por qué reclama en el caso de la marihuana?

RP - Yo fundamento cuatro grupos de razones para la legalización de la marihuana. El primer grupo de razones está en el ámbito de la salud, como primera medida la separación del mercado de drogas como la marihuana de las drogas de mayor capacidad adictiva (como la pasta base y otros derivados de la coca, clorhidrato de cocaína, éxtasis, heroína o derivados opiáceos) disminuiría el ingreso al mercado de drogas más pesadas, más adictógenas. Como pasó en Holanda, desde que están los coffeeshops la edad promedio de los usuarios de heroína es de 35 años; nosotros tenemos una edad promedio de 21 años para el uso de pasta base y cocaína. Cuando va a comprar marihuana se le ofrecen otras cosas y el usuario tiene que estar advertido de que de mayo a julio (yo hace 20 años trabajo en el tema) siempre hay fisura en el mercado, falta, no hay, y es uno de los picos, oh casualidad, de inicio en el consumo de cocaína. Quiere decir que separar los mercados, legalizar la marihuana, disminuiría el uso de drogas más peligrosas y por lo tanto los problemas conexos de salud.

Mejoraría (en la medida que algo que no es ilícito no genera culpa o vergüenza, no hay que ocultarse) la relación entre los usuarios de drogas y el servicio de salud. Los servicios de salud, los médicos, los terapeutas, la gente que estuviera informada, los educadores para la salud, dispondrían de información, como hoy hay sobre anticonceptivos (que otras veces fueron generadores de culpa y vergüenza), para informar si a alguien le conviene o no, de acuerdo con quién es, con sus enfermedades base, qué droga, qué no droga.

Y también a la hora de pedir ayuda. Si yo sé que el sistema de salud ha sido parte de una forma represiva de esta problemática difícilmente le voy a pedir ayuda. Se sabe que a una persona desde que se da cuenta de que es dependiente química de una sustancia le lleva entre uno y cinco años (con lo que significan cinco años de dependencia química, los riesgos, las angustias, etcétera) pedir ayuda. Ese lapso se acortaría notablemente, la gente que quiere dejar de fumar al otro día de que lo pensó, si quiere ir a pedir ayuda va, no es algo que genere sentimientos de vergüenza o de algo criminoso, que de hecho no lo es.

EC - ¿Tiene más argumentos a favor de la legalización de la marihuana?

RP - Sí. Dentro del ámbito de la salud estaría también el control de la calidad, que permitiría que los cortes (los traficantes y distribuidores ponen cualquier basura para aumentar el lucro) fueran controlados como cualquier otro producto de comercialización.

Entre las cuestiones legales está la disminución de la corrupción, no va a desaparecer (también hay contrabando de alcohol, claro que va a haber distribución de drogas de tráfico ilícito) pero en la medida que sea lícito la gente tendrá el derecho a elegir si va a comprar a una distribución con control de calidad. Eso va a disminuir la corrupción política, policial y hasta en la salud, porque es sabido que en la salud también hay corrupción vinculada con el tema drogas.

Dentro de lo legal, disminuiría la criminalidad, porque al disminuir el uso de drogas más pesadas aumentaría la seguridad social, menos pasta base, menos efectos sociales de las drogas más peligrosas.

Entre los aspectos económicos, el mercado de drogas es enorme y mueve billones de dólares que no pagan impuestos. Estamos cansados de oír a los políticos decir que las políticas de drogas son muy importantes pero no hay presupuesto, no hay partidas presupuestarias. Pues hagámoslas, dejemos que se autofinancie, porque les puedo asegurar que de pagar impuestos, los primeros que se oponen a la legalización son los productores de tráfico ilícito, los traficantes, porque pasarían a pagar IVA y toda esta cuestión. Nosotros proponemos, en un trabajo que estamos haciendo en un grupo, que de allí, en la medida que se empiece a generar un aporte al Estado, se financien las políticas de drogas, no tanto para la represión (que toda la vida ha sido muy financiada por Estados Unidos, que de hecho es lo único que se hace porque sigue financiada) sino para los aspectos más importantes de esta problemática, que son la prevención, el tratamiento y la reducción de daños.

Otro tipo de impactos es que habría una disminución no sólo de los delitos vinculados con el uso de drogas desde el ambiente mismo de la criminalidad (el lavado de dinero, etcétera, no sería necesario porque no habría que blanquear ningún capital derivado de la marihuana), sino también de aquellos en los que se involucran los jóvenes para financiar su consumo.

Finalmente, el cuarto grupo, para mí muy importante en tanto médica, es la producción de conocimiento científico. Algo que es ilícito escapa a la investigación neuropsicofarmacológica, como el láudano y otras plantas que han sido madres de medicación que hoy son utilizadas a diario por muchos uruguayos y pasaron a ser producidas por la industria farmacéutica, con control de calidad, lo mismo podría pasar con la marihuana en la medida que la medicina basada en la evidencia viene demostrando que tiene efectos beneficiosos (como los tiene la cocaína como anestésico local). El tema es que hay que mejorar la relación costo-beneficio para que de estas sustancias la mayor cantidad de beneficios tenga la menor cantidad de riesgos. Esto supone mayor información calificada para la población, para que pueda tomar decisiones con base en información científica y no en terrorismos.

EC - Está claro que no le faltan argumentos para defender el reclamo de legalización de la marihuana en Uruguay.

RP - Creo que una política tiene que ser muy fundada.

***

EC - El viernes, a esta hora, entrevistábamos aquí En Perspectiva a un experto español en seguridad en el tránsito, Francisco Toledo, que antes de empezar el reportaje escuchó que dábamos la noticia de las movilizaciones del sábado en reclamo de la legalización de la marihuana. Espontáneamente a lo largo del diálogo metió el tema y dijo que quería advertir a propósito de cómo el consumo de marihuana afecta al conductor de un automóvil o de otro vehículo. Lo decía en estos términos.

(Audio)

"FRANCISCO TOLEDO:
Yo no tengo ningún problema en descriminalizar el consumo de ese tipo de sustancias, pero se tiene que tener muy claro que el THC, el tetrahidrocannabinol, que es el alcaloide activo de esa sustancia, produce una alteración en el termocontacto del tiempo en el conductor, es decir, es un hipersensibilizador de la distracción. Es un señor que bajo los efectos de esa sustancia se pone a cambiar el dial de la radio y se le pierde el sentido del tiempo de que está conduciendo y se mata por distracción. Es una sustancia que como la introduzcamos en el coche vamos a tener un incremento de la accidentalidad."

(Fin.)

EC - ¿Cómo defiende la legalización si está de por medio este tipo de riesgos?

RP - ¿Y a usted se le ocurriría, por lo que acaba de decir el experto, hacer ilegal el alcohol? El alcohol también produce trastornos en la coordinación motriz, 54% de las muertes en menores de 34 años en nuestro país está vinculado con el uso de alcohol, predominantemente, y de otras sustancias. Que una sustancia se legalice no quiere decir que pueda ser usada en cualquier situación y en cualquier contexto. Que se legalice quiere decir que el Estado, a través de su cuerpo legislativo, define qué, cómo, cuándo, dónde, con quién, para qué debe y puede ser consumida una sustancia.

No estoy de acuerdo en que las personas que manejan tomen alcohol (hicimos el programa Conductor Solidario), pero tampoco otras sustancias. Pero no sólo al conducir: no más manejar maquinaria pesada ni herramientas de precisión. No sólo por lo que decía el experto en tránsito sino también porque altera la percepción del tiempo y la coordinación entre lo temporal y lo visual, la distancia, la relación distancia-tiempo. Es imposible coordinar acciones sin riesgo bajo efectos de una sustancia. No es una sustancia para operar, para trabajar, es una sustancia de uso básicamente recreativo, distendido, cuando uno termina las actividades, para consumir en contextos seguros, en casa, no manejando, y además sabiendo qué sustancia me están vendiendo.

Concuerdo con él pero no sólo el THC, ninguna sustancia, incluyendo el alcohol. Está siendo votada la Ley de Tránsito y nosotros trabajamos activamente, junto con la senadora Percovich, en revisarla para que también el consumo de alcohol sea controlado y normatizado, para que la prohibición de manejar sea para todas las sustancias psicotrópicas.

EC - ¿Es realista pensar que sólo Uruguay despenalice la distribución de marihuana, si vamos por ese lado? ¿No debería ser una medida que abarcara a la región?

RP - Idealmente sí, pero lo ideal es enemigo de lo posible. Las personas que tienen miedo al narcoturismo famoso, que es la palabra de turno, me encanta...

EC - Es la inquietud que viene a continuación.

RP - No es una inquietud, hay experiencias...

EC - Si lo hace Uruguay solo esto termina convirtiéndolo en una especie de imán para el consumo de marihuana.

RP - Hay gente que lo utiliza (lo escuché el otro día en la radio, no concuerdo), decía que traería más turistas. Hay mucha gente en Uruguay que viajó a Europa y fue a Holanda: nadie se hizo adicto ni Holanda fue invadida por el mundo porque en los coffeeshops se fumen hachís y marihuana.

Los uruguayos tenemos un problema, para mí muy grave, y las políticas se hacen a veces en estos términos, somos básicamente opinólogos pero raramente utilizamos evidencias y estudios que demuestren la veracidad de los enunciados.

Holanda, que habilitó el consumo en los coffeeshops, tuvo los primeros meses, como en toda experiencia nueva (de la que podemos aprender), un inicio en narcoturismo que luego fue regulado rápidamente y a nadie se le ocurre en Europa ir a hacer narcoturismo allí porque sabe que sale como damajuana sin canasto, porque también está reglamentado cómo se consume, qué se consume y dónde se consume.

El aprendizaje existe, los uruguayos no podemos ser tan narcisistas de pensar que vamos a inventar la pólvora, tenemos que aprender de experiencias que ya han dado resultados. El resultado es que mientras para nosotros el promedio de edad para el uso de cocaína y pasta base es de 21 años, 25, 26 años, en Holanda para la heroína es de 38 años. Quiere decir que hace quince años que entra muy poca gente al mercado de heroína. ¿Qué estamos esperando para que nuestros jóvenes no entren en el mercado de drogas como la pasta base?

EC - El año pasado en determinado momento el presidente de la República dijo que no le parecía mal que se discutiera el tema, que se resolviera entre todos si es conveniente o no legalizar la comercialización del Cannabis. ¿Hubo algún avance por el lado político?

RP - Yo no lo noto y de hecho es una iniciativa de interés de algunos políticos. Concretamente, hace muchos años que trabajo con la senadora Percovich y hemos constituido un grupo con mucha seriedad en el que participan jóvenes de distintos grupos militantes, abogados penalistas, antropólogos, psiquiatra, yo misma, sociólogos, haciendo un trabajo de estudio de leyes en otros países, de nuestras leyes y reglamentaciones, no sólo referente al uso de la sustancia, no sólo sobre la 17.016, sino también teniendo en cuenta el derecho a la atención. Acá no está ni siquiera organizada la red de atención para que el usuario de drogas pueda consultar de una manera específica. Hay mucho por hacer en la política de drogas, no es sólo legalizar. Este grupo de trabajo está intentando hacer una ley para que se transforme una política partidaria en una política de Estado que no cambie con cada gobierno.

EC - Usted habla de un grupo de trabajo, pero representantes partidarios del Parlamento hay pocos, mencionó a la senadora Percovich.

RP - Es un grupo de trabajo básicamente convocado por la senadora Percovich. Es un interés de ella, yo la conozco desde los años 87, 88, cuando fue edila, y desde entonces siempre ha estado trabajando y estudiando el tema. Y ahora continúa desde su banca de senadora (lo hizo como diputada) y convocó a este grupo de trabajo que desde el año pasado se está juntando y cada uno tiene tareas vinculadas con su especificidad para producir un aporte.

EC - Ustedes trabajan con la senadora Percovich, pero el asunto no tiene estado parlamentario todavía.

RP - No tiene estado parlamentario, el producto va a ser llevado a discusión parlamentaria, pero estamos abiertos a todos los parlamentarios que quieran sumarse a la inquietud y sientan la responsabilidad de mejorar y cambiar la calidad de vida de los uruguayos.

Hay una cosa clara, parte de la violencia social, que ha aumentado en Uruguay, básicamente en Montevideo, está vinculada con el uso de pasta base. Eso no puede ser negado por más que no se hable más del tema en los medios. No estoy de acuerdo en que se tape el sol con un dedo, lo que vive la gente no es un invento, hay una cosa real: parte de la sensación o de lo que se dice es de lo que a veces no queremos hablar porque supondría un compromiso de hacer cosas por eso.

EC - Recién mencionaba a la senadora Percovich, del Frente Amplio. Le menciono a otro parlamentario, el diputado Javier García, que también es médico, como usted, y que el año pasado, cuando este tema volvió al tapete, en una entrevista aquí En Perspectiva dijo que legalizar la comercialización de la marihuana es reconocer y declarar la incapacidad del Estado para enfrentar un mal.

(Audio)

"JAVIER GARCÍA:
Cuando hay algo que está probado que hace mal, que le hace mal al individuo, que lo destruye, que modifica conductas, que tiene incidencia en el ámbito familiar, en el ámbito laboral, cuando tiene esos problemas tiene que enfrentarlos, no legalizarlos, tiene que decir: tengo un problema, ¿qué instrumento voy a utilizar para evitarlo? ¿Una medida que no ha dado resultados en ningún lugar y donde se aplica termina construyendo un modelo de sociedad que no es el que uno quiere para Uruguay? ¿Cómo es posible que uno haga campañas tan fuertes de educación para demostrar los males que produce el consumo de tabaco y no haga lo mismo con respecto a la droga? Diga ‘no, con la droga no puedo, con la droga me rindo y la legalizo’."

(Fin.)

EC - ¿Qué responde usted a este tipo de objeciones?

RP - No comparto que legalizar sea una medida derivada de la resignación sino de la aceptación de la realidad. Los idealistas (pero no idealistas como concepto de políticas y éticas humanitarias, sino los que quieren un modelo moral de sociedad y son incapaces de aceptar la diversidad de un colectivo) están condenados a seguir fracasando en esta lucha estúpida e imbécil que sigue costando vidas y años de cárcel a personas muy jóvenes, por no aceptar la realidad de que las drogas vinieron para quedarse. No lo digo yo, lo dicen los modelos civilizatorios que representa el propio García, según el cual se es lo que se hace, lo que se tiene y lo que se consume. Ahora nos vamos a tener que hacer cargo de las consecuencias, generando, o tratando de revertir, los daños que ha generado este modelo. Parte es aceptar la realidad y controlarla, no negarla.

***

EC - Con usted queríamos tener una argumentación, por lo visto muy enfática.

RP - Porque me toca juntar los pedazos.

EC - Usted está muy comprometida con la causa.

RP - Absolutamente.

EC - Le toca juntar los pedazos...

RP - Sí, en mi práctica clínica, trabajando no sólo en este medio, la experiencia en el hospital universitario de Ginebra, en la Universidad de Bahía, prácticamente en todo Brasil, es eso lo que después vemos, las consecuencias, que esto es un Estado paralelo con reglas paralelas manejadas por la mafia. Y no solamente tenemos que lidiar con el efecto de las drogas, también con la corrupción, la criminalidad, los ajustes de cuentas. Los técnicos que trabajamos en los tratamientos y diseñamos modelos juntamos los pedazos de lo que no se quiere asumir, porque dejan pedazos.

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Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Guzmán Gordillo