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Un tema tabú: la zoofilia

Vamos a ponernos bizarros en serio. Acá hemos tratado temas de mucha actualidad, de no tanta actualidad, y de los que no se habla. Vamos a hablar de un tema que no se habla nada, pero nada mismo, al menos en voz alta: la zoofilia. No se habla nada y pasa, tanto en el campo como en la ciudad. Es un informe de Leonel García

Hace pocas semanas, en una carameleada en este mismo estudio, se contó la historia de Charles Tombe y Rose. Charles era un sudanés que en febrero fue denunciado por un vecino de su ciudad de Hai Malakai, por haberlo encontrado manteniendo relaciones sexuales con Rose. Rose era una cabra propiedad de este vecino.

Este hombre fue obligado por el consejo de ancianos de su tribu a casarse con la cabra y pagarle una dote de 50 dólares a su vecino Aifi, quien pasaría a ser su suegro, o algo así. La historia fue que Charles quedó viudo hace poco ya que su cabra murió hace días por haberse comido una bolsa plástica. Esta noticia, publicada en la página en internet de la BBC, tuvo millones de visitas.

Hace pocas semanas se estrenó en Nueva York el documental "Zoo". Esta película, que estuvo nominada al Gran Premio de la última edición del festival de Sundance, está basada en la muerte de un hombre de 45 años, residente de Seattle, un hombre de negocios llamado Kenneth Pinyan. Este hombre formaba parte de un grupo de amigos adeptos a la zoofilia que filmaban –como divertimento- una de sus sesiones con un caballo en 2005. Les salió mal, este hombre estaba asumiendo el rol pasivo con el caballo y murió desangrado. El animal le llegó a desgarrar el colon.

A través de esos hechos, en las mentes retorcidas de quienes formamos parte de la cocina de Asuntos Pendientes comenzamos a barajar la posibilidad de hacer este informe. Un tema que presentaba muchas dificultades. Navegando en la internet, en páginas realmente bizarras, descubrimos que existen comunidades a través de la red de redes que hacen ofrecimientos como éstos.

"Buscamos chicas o parejas interesadas en zoofilia para encuentro real, inicialmente sólo para entablar amistad y conversar del tema. Si hay empatía pasar a la practica, tenemos lugar adecuando y perros enseñados, sanos y dóciles. Sergio – Lima, Perú"

"Soy morbosa. Desde pequeña me atrae la zoofilia. He decidido a mis 40 años dar el paso definitivo. Por eso, busco alguien que tenga una mascota preparada. Acepto sugerencias. Manresa – Barcelona"

"Soy un hombre muy experimentado en el tema zoofilia y por cierto muy adicto. Me encantaría conocer pareja o mujeres que quieran compartir. He tenido sexo con muchas especies de animales y quisiera seguir haciéndolo y compartirlo contigo. Peluca01 – Uruguay"

Estos mensajes fueron tomados, tal cuales, entre cientos, de la sala de contactos de la página web sexosintabúes, una como tantas millones de páginas relacionadas al tema. Estos contactos escogidos están en la lista de los más reproducibles, ya que había otros tan explícitos que imposibilitaban hacer una recreación. La fauna involucrada para intercambios, pedidos, al estilo "te presto un CD o un DVD", iba desde gatos a vacas. Algo así como swingers, pero con animales.

Un estudio referencial de la sexualidad humana, que fue el informe del doctor Alfred Kinsey, en Estados Unidos en 1948, decía que el 40% de los varones que vivían en granjas había tenido alguna vez una práctica zoofílica. Ese porcentaje trepaba a un 65% si se restringía a los solteros. Estos datos nunca fueron actualizados, pese a que se trata de la única parafilia de la cual el doctor Kinsey extrajo datos.

En internet se encuentran datos muy diversos. Hay informes que hablan de que entre el 1 y 2% de la población sexualmente activa ha tenido alguna práctica zoofílica, y otros elevan la proporción a un ocho y hasta un 10%. Eso habla de la inexistencia de datos concretos. Lo que sí se encuentra en la internet son anuncios y requerimientos como éstos.

"Soy soltero, deportista y muy morboso por eso me gusta la zoofilia con perros, caballos o asnos, me gustaría contactar con alguna mujer, discretamente, que le gusten estos temas como a mí. Mi máxima experiencia es la masturbación a varios perros, perras, y burras. Samkao – Madrid".

"Tengo un muy buen perro, en condiciones de iniciar a una mujer que le agrade esta actividad. Total discreción y seriedad. Tengo conocimiento sobe el tema para ayudarte. Tauro1569 – Colombia"

"Soy de Buenos Aires y tengo mucha experiencia con perros. Es que mi padre es veterinario y además tenemos una guardería canina. Tengo mucha experiencia. Contáctame. Erectoboy – Buenos Aires"

Un testimonio de los que oímos recreado provenía de Uruguay. Era el único, pero era bastante insistente ya que hay más de un mensaje con su nickname (usuario). Acá, todas las fuentes consultadas para este informe coincidieron en que es una práctica que existe, pero al no haber ningún trabajo de campo al respecto, la mayoría de las historias pertenecen a las leyendas urbanas o rurales.

Y aquí hay que hacer una precisión. Hablamos con mucha gente: veterinarios, psicólogos, gente vinculado al campo. Todos coinciden en que en los ámbitos rurales se trata de una práctica común. Vamos a escuchar más adelante testimonios indirectos con ovejas. En un trabajo, "Parafilias y Variantes Sexuales" del doctor Andrés Flores Colombino, se da por cierta una leyenda rural que habla de que la vagina de la chancha es la más parecida a la de una mujer. Otros mitos, como la chancha es delatora, sinceramente, seguirá siendo una creencia. Otros hablaron, en condición de estricto anonimato, que se prefiere la yegua porque es un animal con que se crea un vínculo afectivo muy fuerte. La gallina es otro animal utilizado, pero la práctica termina casi invariablemente con la muerte del ave por explosión vaginal.

El sexólogo Gastón Boero fue concluyente al decir que como fenómeno parafílico, la zoofilia es eminentemente rural. Una parafilia es cuando el factor mayor de excitación sexual no es el acto sexual en sí, sino un factor externo. En el caso de la zoofilia, es únicamente desear estar con animales o no funcionar sexualmente si no se está pensando en animales.

En el ámbito urbano, con cientos de miles de personas y actividades a disposición, también existe. Ahí ya deja de ser una actividad casi exclusivamente masculina para llegar a todos los sexos. Pero según las fuentes consultados, es más tomado como un "pasatiempo" que como una parafilia. O sea, una variante.

En estos casos, el perro más que nunca es el mejor amigo del hombre y de la mujer. La penetración le deja paso al sexo oral. El psiquiatra Andrés Flores Colombino menciona el estudio de un psicólogo brasileño, Osvaldo Rodríguez, que hizo una investigación sobre las razas más proclives para esta práctica. Es que los animales –y los testimonios que escuchamos parecen ser de expertos- tiene que ser criados para que no muerdan ni arañen. Salvo en el caso del dálmata y el ovejero alemán, que parece que según este estudio son capaces de aprender de grandes, todos los demás tienen que ser adiestrados de pequeños.

En el año 2004, el sexólogo Gastón Boero participaba de la obra "Todo lo que usted quería saber sobre el sexo" en el Teatro La Candela. Una parte de la puesta incluía preguntas del público por escrito. Mejor que cuente él lo que le pasó.

"Una consulta pública, por escrito, cuando estábamos en la obra en La Candela –yo intervenía contestando preguntas por escrita del público en la sala-, era de un tipo casado y con dos hijos, pero que se había iniciado con ovejas. Y le costaba mucho tener relaciones sexuales con su mujer porque siempre estaba pensado en las ovejas", comentó Boero.

Este caso que relataba Boero es de los considerados preocupantes. Cuando la zoofilia se torna parafilia, que es un comportamiento sexual en que la mayor fuente de placer no está en el acto sexual en sí sino en un factor externo. Estos casos están más vinculados a la gente que vive en las zonas rurales y, de acuerdo con él, directamente relacionados a la iniciación sexual.

Otra vez, con una oveja como protagonista, recuerda un caso el sexólogo y psiquiatra Andrés Flores Colombino.

"Las consultas rurales son muy pocas. Recuerdo el caso de un peón que vivía en un casco de estancia, solo, y mantenía relaciones exclusivamente con ovejas. Cuando bajaba al pueblo, iba al prostíbulo –no tenía una vida social muy amplia- y sufría de impotencia. Solo funcionaba con ovejas, era un típico caso de parafilia, de zoofilia", expresó Colombino.

En pocas palabras, no caminaba sexualmente si no se "hacía el bocho" con la oveja. Si para llegar a la excitación se tiene que estar o pensar en animales, ahí ya estamos hablando de un problema. En el trabajo que mencionamos de Andrés Flores Colombino clasifica a la zoofilia en "primaria" si el individuo no tuvo experiencias sexuales previas. "Secundaria", luego de un "debut" normal. "Exclusiva", si solo se excita con animales, o "no exclusiva" cuando también el implicado puede tener sexo con un hombre o una mujer.

Y este problema no está mensurado. En Uruguay se sabe que el 5% de los hombres de 40 años padecen disfunción eréctil completa y el 15% de los de 70 años. Se sabe que el 5% de las mujeres que sufren anorgasmia es por factores clínicos. Pero de la zoofilia nada de nada. De hecho, uno de los libros más completos sobre la sexualidad en Uruguay, titulado justamente "La sexualidad de los uruguayos" (Fin de Siglo, 1996) de Ivonne Spinelli y Miriam Calero no hace mención a este tema. Que existe y no es un tema de consulta habitual de los sexólogos, simplemente porque –sobre todo en los casos no parafílicos- no es una sensación que da placer y no se quiere cambiar. En todo caso, las consultas son por daños "colaterales".

"No se consulta por la parafilia en sí sino por las consecuencias. Por un mordisco, un arañazo. Van al médico general, no al sexólogo. Porque (por el hecho) encuentran una satisfacción tan completa, tan general, les otorga un placer general... Saben que es un problema,  pero no quieren cambiarlo porque les otorga muchas satisfacciones", señaló Colombino.

Una nota del diario El País del pasado 27 de marzo dá como datos que en todo 2006 se registraron 1.600 denuncias de ataques de perros. El 30% son de las mascotas a sus dueños. En el 55% de los ataques a los adultos son en las piernas. Por supuesto que no se dice en ninguna manera qué motivó esos ataques.

La Ley de Bienestar Animal que se estuvo tratando años anteriores en el Parlamento habla de multas a quien mate o maltrate a un animal de compañía. No habla de prácticas sexuales. Otro factor para que no se sepa. Entonces lo que se saben son las historias, que por lo general no salen a la luz.

En el ámbito urbano los perros son los animales más utilizados para esta práctica. Las páginas XXX también le dan al gato su protagonismo. Las fuentes consultadas, veterinarios sobre todo, siempre en condición de anonimato –otra vez- señalan a las mujeres como las actrices principales en estas prácticas en las ciudades. Las actitudes de los perros –excesivamente cargosos- son "delatoras". Pero las mujeres no tienen la exclusividad. Nuevamente, Andrés Flores Colombino.

"Una mujer joven, casada con hijos, sospechaba que su marido tenía algún vínculo que tenían con su perrita. Es que era mucho el cariño que le manifestaba, había cosas que le llamaba la atención... El olfato. Al mismo tiempo, cuando la perra se ponía cargosa, la maltrataba. Un día, llega a la casa y lo encuentra en una actividad... Un coito... Con la perrita. La mujer se enojó y terminaron separándose", sostuvo Colombino.

A tal punto se sabe poco y se ha tratado poco esta parafilia que según el DSM III (un manual de psiquiatría de 1991) se indica que el contacto sexual con animales no es un problema en sí mismo. En el DSM IV (1994) ni siquiera se dice eso, pasa a ser una parafilia no específica, a menos que interfiera en el funcionamiento normal de la persona.

Cuando pasa eso, cuando se altera un funcionamiento normal del individuo, ya en la etapa de parafilia. Es necesaria una terapia.

"Acá el que consulta es el sujeto afectado que se siente distinto, dejado de lado y degradado por la sociedad. Ni te cuento si la mujer se entera. Además, no tiene una buena respuesta fisiológica, necesita de un estímulo animal para funcionar completamente. Una mujer no lo logra hacer funcionar. Son tipos con alteraciones sexuales importantes. Al sujeto hay que hacerle un estudio psicológico, con psicoterapia, para sacarle su fijación, relacionada con su iniciación sexual", manifestó Boero.

Finalmente, vamos a dar una pequeña visión histórica y artística de la zoofilia. La película que mencionábamos al principio, Zoo, puede convertirse en la principal referencia en el cine. Pero una de las escenas más recordadas es la de la película de Woody Allen, "Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo", del año 1972, muestra a un médico (Gene Wilder) que se enamora perdidamente de una oveja. No hablamos de películas porno, claro.

Más acá en el tiempo y en estas latitudes, la novela inicial de Isabel Allende, "La Casa de los Espíritus",  relataba a Esteban Trueba, su personaje principal, teniendo sexo con "una hembra formidable, una montaña dura y salvaje de carne", en la que se había convertido su caballo, luego de meses en la soledad del campo.

Las religiones monoteístas han atacado en tiempos antiguos a la zoofilia, vinculada al demonio y la perversión. De ahí algunos de sus sinónimos como bestialismo o sodomía. Por el contrario, en la mitología griega era muy rica. El Minotauro fue fruto de la unión de un toro regalado por Zeus a Minos, el rey de Creta, y la reina Pasifae.

También es conocida la historia de Leda y el Cisne (ave en la que se transformó Zeus y una de las pocas que tiene un órgano sexual eréctil y flexible que sería, no hay seguridad, un pene).

De acuerdo con el documento que ya citamos de Flores Colombino, Egipto tuvo una de las culturas que más ensalzó la zoofilia. En la Edad Media, en cambio, esas prácticas se han castigado con la muerte.

En estas latitudes, hasta hace poco, había una ley rural antigua en Perú que prohibía tener llamas a campesinos varones solteros. Hay leyes condenatorias en la mitad de los Estados de Estados Unidos y en el Reino Unido. En Alemania no hay ninguna ley en contra, pero sí hay legislación que prohibe el material pornográfico que contenga imágenes zoofílicas.