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El alcoholismo en el trabajo

Más allá de los riesgos que el consumo de alcohol pueda tener sobre la salud, existe una problemática directamente relacionada con esta enfermedad: el alcoholismo laboral. Esta es una de las causas del ausentismo, accidentes de trabajo y, en algunos casos, hasta la muerte. Si bien en Uruguay en los últimos 10 años no se han registrado muertes en este ámbito, la problemática existe y es abordada por los responsables de velar por la salud de los trabajadores y de su entorno. Informe de Federico Dalmaud

Día a día realizamos un depósito de confianza en forma inconsciente en aquellos obreros y trabajadores del volante, médicos, policías, entre otras tantos profesionales a quienes le encomendamos nuestras vidas. A cada uno de ellos no les decimos ni les exigimos nada, simplemente dejamos que cumplan su función. Pero, ¿cuántos de nosotros pensamos en que ese chofer de ómnibus,  profesional de la salud, policía, obrero de la construcción, puede llegar a estar alcoholizado? ¿En cuántas empresas se preocuparan por detectar este tipo de enfermedades para evitar daños más graves? Y, ¿cuánto hará el Estado para garantizar la seguridad que la gente deposita en los otros?

El alcoholismo como enfermedad y fenómeno social
La existencia de las bebidas en base a alcohol se remonta a los tiempos en los que el hombre comenzó a experimentar con la fermentación de diferentes frutas y granos y ha estado presente en las sociedades desde hace miles de años, algunos hablan de unos años antes de Cristo.

Basta con leer ciertos pasajes de la Biblia, por ejemplo, para darse cuenta de la alusión que allí se le hace al vino. Donde deja en claro que aprueba el consumo pero condena su abuso, más allá de la connotación religiosa y simbólica que puede tener esta bebida. Incluso algunos han llegado a debatir sobre este tema.

Griegos, romanos y egipcios estuvieron vinculados históricamente al alcohol y han ayudado a la creación de una de las industrias que más factura y que se ha convertido en la segunda droga social más consumida en el mundo junto al tabaco.

El consumo histórico del alcohol aumenta considerablemente año tras año y no distingue clases sociales, edades y contextos de tipo cultural, religioso y político. La tentación es grande y los precios accesibles. Ni que hablar de una industria que invierte millones de dólares en publicidad. 

En cada uno de los ámbitos en los que nos movemos o nos desarrollamos la presencia del alcohol se hace notar, ya sea a través de los bailes, cumpleaños, reuniones sociales. Hasta en aquellos de carácter educativo como literatura, cine, música, todos en algún punto hacen referencia al alcohol.

Los problemas y trastornos relacionados al consumo de esa sustancia se vinculan al auge de la industria y los picos de producción alrededor de 1850, trayendo consecuencias muy graves en los consumidores, sus familias y sociedades enteras.

Ana Castro, licenciada en Psicología e integrante de la Junta Nacional de Drogas cree que para entender el origen de este fenómeno habría que abordarlo desde diferentes puntos de vista: "El fenómeno de consumo de alcohol o de cualquier sustancia requiere un abordaje de todas las disciplinas para llegar a una comprensión sobre cómo funciona el tema. Tenemos factores culturales que están incidiendo, las costumbres también. En una sociedad donde el consumo del alcohol está instituido por tener estas bases culturales, hábitos sociales, asociados a la diversión y al placer".

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el alcoholismo o los alcohólicos son aquellos que "beben en exceso y cuya dependencia respecto al alcohol ha alcanzado un grado tal que determina la aparición de visibles perturbaciones mentales o cierta interferencia en la salud física y mental, en las relaciones interpersonales y en el adecuado funcionamiento social y económico". 

Para Castro habría que separar la patología de las costumbres a la hora de entender el fenómeno del alcoholismo: "No solamente asociarlo a un tema de patologías, enfermedades o problemas relacionados con la salud, sino que muchas veces el consumo empieza por las costumbres y luego se instala. Hay muchas veces en que la persona no es dependiente por lo que no es alcohólica, pero si tiene pautas de consumo que lo llevan a incurrir en riesgos y por ende lo que tiene es un consumo problemático no dependiente de la sustancia. Muchas veces ahí están incidiendo las costumbres y pautas sociales. Para divertirnos tenemos que embriagarnos, eso es una pauta cultural. Encierra un consumo problemático pero que no se dimensiona desde ese lugar porque se le hace una lectura desde otro ámbito que es necesario tener en cuenta para poder comprender este fenómeno".

El alcoholismo laboral en Uruguay
El abordaje de este fenómeno en Uruguay representa para las autoridades un desafío nuevo y, si bien no existe una normativa general nacional que contemple a todos los trabajadores y todos los sectores hay algunos que si los tienen como los transportistas y los obreros de la construcción.

En este marco se firmo el primer convenio colectivo de prevención de consumo con la Administración Nacional de Puertos (ANP) que surge a partir de la constitución de un Equipo de Evaluación de Riesgos de la Unidad de Seguridad y Salud Ocupacional de dicha institución con el fin de encarar la realidad de sus funcionarios en los que está presente el alcohol y las drogas.

Este programa fue creado por la Fundación Luna Nueva y el Departamento de Salud Laboral y Medio Ambiente del PIT-CNT siguiendo con las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Para la psicóloga Cecilia Millar, responsable sindical del programa de prevención del Departamento de Salud Laboral del PIT-CNT, el entorno de trabajo influye y mucho en el consumo de alcohol de los trabajadores: "Aquí no hay cifras de ausentismo y puede ser que exista alguna relacionada al alcohol en los accidentes de trabajo, pero no es nada determinante. Lo que si se sabes es que la población que está en el mundo del trabajo tiene un índice de consumo mayor que el de la población general y eso demuestra que hay factores en la organización del trabajo, en la cultura de la empresa o en las condiciones de trabajo que son moduladores del consumo o desencadenastes del consumo".

También bajo estas condiciones se creó en abril la Unidad de Vigilancia de Cumplimiento del Protocolo de Actuación ante Situaciones de Consumo de Alcohol y Drogas en el Trabajo a través de un convenio entre el PIT-CNT, la Fundación Luna Nueva, la Universidad de la República (Hospital de Clínicas) con el apoyo de la Junta Nacional de Drogas, con el fin de elaborar programas de prevención del consumo de estas drogas.

Sobre estos controles y programas Castro indicó: "El alcoholismo en el trabajo es una preocupación de todos, pero no sólo el alcoholismo, sino también el consumo de cualquier sustancia que pueda alterar las capacidades del trabajador en el pleno desempeño. También en los cuidados y los riesgos en los que el trabajador puede incurrir si está bajo los efectos del consumo de sustancias que alteran y esta área está siendo abordada desde la Secretaría Nacional de Drogas en el marco del trabajo con la Fundación Luna Nueva y el PIT-CNT y de trabajo con el conjunto de las empresas públicas donde deseamos llevar adelante programas de prevención de consumo para darle una respuesta al trabajador y llevar adelante programas de salud en este ámbito".

De esta forma se buscan elaborar políticas de salud laboral que, según la Organización Internacional de Trabajo (OIT), está dirigida a promover y mantener el más alto grado de bienestar físico, mental y social de los trabajadores en todas las operaciones. Tratando de prevenir cualquier desviación de su estado de salud causado por las condiciones de trabajo, colocar y mantener al trabajador en un ambiente laboral adaptado a sus condiciones fisiológicas y psicológicas.

Una de las organizaciones que trabaja en este tema es la Fundación Alcohólicos Anónimos del Uruguay, institución que puede definirse como un método práctico y sencillo de tratar el alcoholismo mediante el cual los miembros comparten sus experiencias de sufrimiento y de cómo lograron su recuperación. Allí concurren alcohólicos de todo tipo, incluso aquellos casos extremos donde lo perdieron todo.

Ignacio es una de las personas que fueron rehabilitadas y que debido al alcoholismo perdió sus dos trabajos, uno de ellos en una dependencia pública: "No precisamente tomaba en el trabajo, pero llegaba tarde y no era responsable. Después perdí otro trabajo porque me echaron, lo había conseguido en una clínica medica como portero. Al final le estaban pagando el sueldo a una persona que no cumplía el horario, no iba y que vivía internado por el tema del alcohol".  

El de Ignacio es uno de los casos extremos y la perdida de sus trabajos estuvo directamente relacionado con el consumo de alcohol debido a la enfermedad que lo afectaba. Pero, ¿qué hubiese pasado si Ignacio en lugar de ser portero y trabajar en una dependencia pública, fuera un chofer de un ómnibus de línea, un taxista o médico?
 
En el imaginario colectivo existen tres ejemplos sobre rubros de trabajo que tienen tendencia a sufrir los efectos del alcoholismo laboral. Más allá de que se puedan comprobar uno es el de los obreros de la construcción, otros son los obreros del transporte y por último el de los médicos.

Precisamente hay una gran cantidad de factores que inciden en que un trabajador recurra al alcohol y que no en todos los casos está relacionado directamente con el trabajo en sí. No estamos hablando de personas que toman en el trabajo, -que sabemos que los hay-, sino de aquellos que se ven afectador por esta enfermedad y que concurren alcoholizados al trabajo.

"Yo no estoy de acuerdo porque tanto en la construcción como en el transporte son de las pocas ramas de la actividad que tienen una legislación específica para el problema del consumo de alcohol. Las condiciones de trabajo son factores de riesgo para el consumo de sustancias y que quede claro que estamos hablando de un consumo inadecuado y no de aquel culturalmente aceptado, que no tiene consecuencias ni laborales ni sociales. En primer lugar están relacionados con la adaptación a los puestos de trabajo porque una persona sobre calificada o sobre exigida, o aquella que no tiene exigencias o satisfacción en su trabajo, tienen factores de riesgo", indicó la psicóloga Cecilia Millar, de la Fundación Luna Nueva del PIT-CNT.

Sin embargo, para Millar no todos los factores tienen que ver o dependen características individuales, sino de aspectos que hacen a la organización en la que estas personas trabajan: "Estamos hablando en primer lugar de turnos como los rotativos, los trabajos nocturnos o los aislados. Hay factores de medio ambiente como puede ser la exposición a determinadas sustancias químicas. El alcohol es un solvente de esas sustancias y, por ejemplo, en los que trabajan en la pinturas tiene una molestia en la garganta que sí tomo a un vaso de vino o alguna bebida lo disuelve y tiene un alivio. Eso puede generar un acostumbramiento al consumo. Hay sectores donde las condiciones térmicas también inciden como en el caso de los frigoríficos, las metalurgicas o aquellos sectores donde hay una gran exigencia de producción o soledad, como es el caso de la pesca. Todos estos factores pueden ser un desencadenaste de consumo".   

La capital del departamento de Río Negro, allí donde se construyen las plantas de celulosa, es punto de concentración de cientos de obreros que a diario trabajan. Cuando termina la jornada laboral, aproximadamente a las 18 o 19 horas, muchos de ellos se dirigen a los bares y comercios locales para terminar el día con unas copas. Esto no tendría nada de malo si dicha acción no se repitiera casi todos los días. 

En Fray Bentos conviven desde hace ya un tiempo prolongado uruguayos, brasileros, argentinos, venezolanos, croatas, turcos, polacos y finlandeses. Según pudimos averiguar la rutina de estos obreros es trabajar muy duro para luego culminar bebiendo en algún bar de copas. Los comerciantes locales aseguran que en primer orden están:  la cerveza, el vino y el vodka. Es más, el consumo de alcohol es tan grande que las autoridades de Botnia S.A. decidieron retomar los controles de espirometría a la entrada de cada jornada de trabajo para evitar posibles accidentes.

Sobre este tema Néstor Dupont del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (SUNCA) comentó: "En esta obra tan concurrida con muchos trabajadores se ha hecho un sistema conjuntamente con la parte de seguridad de la planta y delegados del sindicato en la que se hace un control de alcoholemia no a todos los trabajadores, pero si a la mayoría, para llevar un mayor control sobre este tipo de cosas. En obra está el delegado de seguridad que se encarga de que aquel trabajador que se encuentra en obra en estado alcohólico se le hace un control y se lo retira de la obra sin perjuicio a despido. Es un margen que hoy tenemos que imponer como sindicato para que la seguridad implique la forma favorable de seguir adelante".

Los controles se realizan todos los días al azar, cada uno de los obreros tiene una tarjeta magnética con la que marca su ingreso y si por casualidad se le prende una luz roja debe dirigirse al puesto de Salud Pública a los efectos de ser sometido a dicha prueba. A diario hay entre 80 y 90 empleados de Botnia que tienen que pasar por el control de espirometría.

El delegado de seguridad del SUNCA, en Fray Bentos, Ramírez, asegura que todos las mañanas los funcionarios del Salud Pública se disponen en portería para realizar los controles: "Están en portería toda la mañana desde las 06.30, para hacer el control de alcoholemia. Entrás al molinete, marcás y se te prende una luz, es al azar, porque está programado y te puede salir como no. A mi me ha tocado y hay compañeros que en una mañana les toca cuatro o cinco veces, o en días diferentes. Tenés la opción de cambiarte de molinete, pero si te toca te toca". 

Según Ramírez los casos extremos o las reiteraciones son muy comunes, pero se da mucho en los empleados extranjeros. También se agrava en las fechas de cobro de quincena y a fin de mes.

Según el Departamento de Relaciones Públicas de Botnia S.A. los controles son estrictos y bajo una "tolerancia cero", donde sí se detecta alcohol en sangre esa persona no puede ingresar a la fabrica, perdiendo el jornal y en caso de reiteración, puede quedar fuera de la obra.

En el caso del sector del transporte, según la fundación Luna Nueva, no hay ninguna empresa que esté desarrollando un programa preventivo. Esta fundación trabaja mucho con Cutcsa, pero aún no se ha llegado a un acuerdo para firmar un convenio similar al que se fimo con la Administración Nacional de Puertos.

Lo que sí existe es la Ley de Seguridad Vial, que establece los criterios de alcohol en sangre y una serie de cosas que tienen que ver con los controles. A través de los que se someterá a una prueba de espirometría, también al azar, a los obreros del transporte. Pero esto ya estaría formando parte de una ley y no de programas de prevención.

La inspección de Trabajo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social no desarrolla programas orientados a detectar empleados alcohólicos o alcoholizados en las empresas.

Según algunas publicaciones el alcohol puede servir como un energizante que hace sentir a estas personas más fuertes y capaces de soportar la carga física del trabajo, la presión o el sedentarismo. Y la reiteración puede provocar accidentes y en algunos caso muy aislados la muerte, por lo menos aquí en Uruguay. Por este motivo es que los controles deberían ser más frecuentes o formar parte de la agenda del estado, sin embargo, este sigue siendo un terreno virgen.

"En forma especifica la inspección de trabajo no desarrolla ningún programa tendiente a detectar la presencia de personas que puedan hacer uso de sustancias como el alcohol y la droga. Con excepción de la industria de la construcción. El decreto 89 del año 1995 tiene una cláusula que establece que no puede hacerse consumo de alcohol mientras se está trabajando en la obra y eso sí se controla por los inspectores de trabajo. En tanto, está incorporado a una norma que está en el decreto, por tanto, es una disposición legal que la inspección debe controlar y asegurar su cumplimiento dentro de las empresas", indicó la inspectora general de Trabajo, María Narducci.

A pesar de no estar en carpeta, los controles de este tipo forman parte de todos los accidentes laborales donde hay victimas o revisten gravedad. Según Narducci hace 10 años que no se registra un accidente donde el alcohol haya sido el principal responsable: "Ese tema sí se indaga cuando se realiza la investigación de un accidente mortal o grave. La Policía técnica realiza la alcoholemia para verificar si el alcohol pudo tener o no incidencia en el accidente laboral y me parece muy importante destacar que en los siniestros investigados por la Inspección General de Trabajo en los últimos 10 años ningún accidente mortal estuvo relacionado con el consumo de bebidas alcohólicas o drogas. Creo que se aleja de cualquier mito que indica que la explicación del accidente es únicamente el alcohol. No hay accidentes laborales investigados por la inspección que determinen que hubo consumo de alcohol en forma previa a la ocurrencia del accidente".

La idea de este informe era presentar la problemática entorno al alcohol y el trabajo en tiempos donde parece que sólo se vincula a los accidentes de transito.