Entrevistas

El frío pone al límite la Emergencia del Pereira Rossell

"Cuando se asocian pobreza y frío los virus respiratorios se encuentran como pez en el agua", explicó el director de la Emergencia del Pereira Rossell, Osvaldo Bello. Entonces, las bajas temperaturas de los últimos días y las condiciones de vida de miles de niños del área metropolitana, especialmente en los menores de un año, han provocado una saturación en los servicios de ese hospital que ya fue atendida y solucionada, dijo el médico.

(Emitido a las 7.35)

EMILIANO COTELO:
Es el título principal esta mañana en el diario El País: "El hospital de niños está al borde del colapso".

La emergencia del Pereira Rossell está más que desbordada. Como producto de la sobredemanda de las últimas semanas, no alcanzan las camas ni tampoco las fuentes de oxígeno. Las esperas en admisión llegaron a superar las 24 horas.

Los propios encargados del Departamento de Emergencia Pediátrica del Hospital Pereira Rossell dijeron "no va más" en una carta enviada distintas gremiales médicas, a la que accedió El País. Los coordinadores de la emergencia de niños más grande de Uruguay narran que la epidemia de enfermedades respiratorias agudas de este año está provocando una situación de crisis asistencial por un aumento notorio de consultas.

"La capacidad del hospital pediátrico para la admisión de pacientes está al límite", alertan en esta misiva fechada el pasado 6 de julio, una carta que fue dirigida al Sindicato Médico del Uruguay (SMU), a la Sociedad Uruguaya de Pediatría (PUD) y a la Sociedad Integrada de Emergencia Pediátrica (SIEP).

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EC - Estamos en diálogo con el doctor Osvaldo Bello, director de Emergencia en el Hospital Pereira Rossell.

¿Puede describir, a grandes rasgos, qué es lo que están viviendo?

OSVALDO BELLO:
Estamos viviendo el pico de la epidemia habitual de infecciones respiratorias agudas que afecta a Uruguay en invierno. Eso, como todos los años, pone al hospital al límite.

EC - Ya están acostumbrados a que en esta época se tensen las fuerzas.

OB - Estamos acostumbrados, efectivamente. Y no dijimos "no va más".

EC - La nota lo plantea en esos términos, ¿ustedes tienen alguna precisión para hacer? ¿Cuál es?

OB - El objetivo de esta nota, que fue dirigida a las sociedades gremiales, era informar a los colegas que tenemos que cuidarnos porque la gente está muy exigente y cuando ocurren estos períodos de sobredemanda estamos más expuestos a cometer errores o a no brindar la calidad de asistencia acostumbrada, porque es una situación que pone al límite.

EC - En la carta dicen "esta situación expone al personal del sector a críticas, amenazas y juicios adversos no merecidos, dado que brinda su máximo esfuerzo".

OB - Naturalmente, a la gente no le gusta mucho esperar, se pone nerviosa cuando viene a los servicios de emergencia, y se generan situaciones de tensión. A veces se decide la admisión de un niño, el hospital todavía no acomodó las plazas o no le alcanzan las plazas habituales y tiene que expandirse, y eso a veces demora. Así que de repente el niño tiene un tiempo de espera excesivo, ya está decidida la admisión pero pasan 12 horas, hasta 24 horas y la familia sigue esperando. Eso genera situaciones de verdadera tensión. El hospital, igual, tiene una muy buena capacidad de respuesta.

EC - La consulta era por qué dirigen la carta a estas instituciones (SMU, SUP y SIEP). ¿Qué está de por medio? ¿La necesidad de "cubrirse" en una época en la que está muy extendida la costumbre de discutir a propósito de mala praxis e incluso llegar a la justicia con ello?

OB - Hay que tener cuidado, estas situaciones exponen a riesgos, a eso me refería. No descubrirse, tener más cuidado. Hay veces en que uno está mucho menos expuesto porque tiene la situación totalmente dominada, pero cuando llegan 200 niños en un período de ocho horas hay que estar muy alerta para no cometer errores.

EC - ¿Qué pueden hacer las sociedades que recibieron la carta?

OB - Informar a los colegas, advertirles que hay que tener cuidado. No es pavada trabajar en esas circunstancias. Sobre todo con un enfermo respiratorio, el enfermo respiratorio, y más el chiquitito, es un enfermo muy cambiante, de riesgo potencial, puede estar más o menos ahora pero dentro de una hora estar muy grave. Los juicios que uno hace no son definitivos, tiene que estar muy atento, son enfermos que requieren mucha vigilancia, mucho trabajo del personal de enfermería, hay que estar arriba de ellos. Ese era el objetivo de la nota.

Las autoridades del hospital están informadas, rápidamente se tomaron medidas para tratar de expandir el hospital y se habilitaron otras áreas porque las camas no alcanzan.

EC - Por lo que usted cuenta, estamos en el pico habitual en esta época del año en cuanto a epidemia de enfermedades respiratorias agudas, pero además aparentemente en el pico de los últimos años.

OB - Efectivamente, en este Departamento de Emergencia hubo más consultas en abril de este año, en mayo de este año y en junio de este año que las que hubo históricamente en los últimos doce años. En los tres meses hubo más consultas que en los últimos doce años. Tenemos datos desde 1996, y en abril de 2007, mayo de 2007 y junio de 2007 llegamos a 7.933 consultas, fueron los meses de cada año en que hubo más.

EC - Este problema no se da solo con los niños que se atienden en instituciones del Estado, en el Pereira Rossell, se está dando en general. Las distintas mutualistas y los servicios de emergencia también hablan de saturación en materia de llamadas y consultas. Pero en el caso de este público en especial, ¿el problema se da con mayor intensidad?

OB - Sí, porque la infección respiratoria aguda afecta más y más gravemente a los niños de clases sociales más bajas, eso está probado, ocurre en todo el mundo. Y la asociación de infección respiratoria y pobreza es harto peligrosa. Por ejemplo, tenemos un porcentaje de admisiones hospitalarias que excede ampliamente lo que ocurre en la actividad privada, admitimos aproximadamente 20% de los niños que consultan, es una cosa brutal, casi récord. Para que la comunidad tenga una idea, en las áreas privadas el número de admisiones respecto del número de consultas no supera nunca 5%. Si consultan 100 niños en la actividad privada ingresan cinco, pero aquí ingresan 20. Porque estos enfermos exigen mucho cuidado, ambiente térmico adecuado, un hogar con ciertas condiciones para su cuidado, y si el enfermo requiere oxígeno tiene que ser tratado en el hospital.

EC - Usted contaba cómo el hospital reacciona, cómo las autoridades reaccionan ante una situación como esta. Contaba que se refuerzan los servicios. ¿A qué grado se llega en la mejora?

OB - Se llega a cubrir la necesidad, de repente llega con unos días de diferencia. La semana pasada hubo situaciones de desborde, como la del viernes, había en emergencia prácticamente 50 niños esperando cama de admisión y el Departamento de Emergencia estaba prácticamente bloqueado. Pero el mismo viernes la dirección del hospital adoptó medidas de excepción y habilitó el sexto piso, que es un piso de cirugía, y se contrató más personal para poder brindar asistencia a los niños internados. Este Departamento de Emergencia no tiene carencia de recursos humanos, se pueden atender 400 o 500 niños sin ningún problema, el tema es que si el hospital queda bloqueado, si no pueden entrar al hospital los niños que necesitan ser internados, ahí sí se produce una situación de crisis. Ya hoy estamos viviendo una situación distinta de la de la semana pasada, porque se habilitaron más camas en el hospital.

EC - ¿Ese refuerzo se produce sin afectar otras áreas del establecimiento?

OB - Sí, se produce sin afectar otras áreas. De repente se postergan un poco más las cirugías de coordinación o cosas postergables. Frente a una situación de excepción hay que tomar medidas de excepción.

EC - ¿Qué más se puede hacer?

OB - Se puede buscar alternativas en otras áreas que no sea estrictamente el hospital. En eso estamos, hemos elevado unos proyectos y ha habido alguna respuesta. Se está planificando que otros centros, como el Centro Coordinador del Centro, el de Piedras Blancas, el de Jardines del Hipódromo y el de la Costa de Oro sean un poquito más continentes en el sentido de que tengan áreas alternativas donde manejar, por lo menos durante una internación abreviada, a los bebitos con enfermedad respiratoria aguda. Eso habitualmente amortigua el impacto sobre el hospital.

Lo otro es educar a la comunidad, pero esa medida habitualmente no da muy buen resultado.

EC - ¿Cuáles son sus recomendaciones a la población en un momento tan crítico como este?

OB - La recomendación es que si los padres consideran que los niños no tienen situaciones urgentes no vengan al Departamento de Emergencia del Pereira Rossell porque es probable que tengan que esperar más de lo habitual. Que traten de consultar por cosas que a veces son consideradas banales (aunque para los padres no son banales cosas que para los médicos son banales) en los centros periféricos. Felizmente en Montevideo y toda el área de influencia hay una red de atención primaria muy fuerte, cosa que no ocurre en otros países de América Latina. La gente tiende a venir al hospital, y eso hace que a veces por enfermedades banales tenga que esperar, en vez de 15 minutos, como lo hace habitualmente, dos horas, y no le gusta, la pone muy nerviosa. Esa sería la recomendación básica.

EC - ¿Y desde el punto de vista preventivo, para evitar caer en estas enfermedades respiratorias de estos días?

OB - Es prácticamente imposible adoptar medidas. Tendríamos que hablar de mejorar las condiciones socioeconómicas de vida, y no podemos cambiar el clima. Porque pobreza hay en Venezuela, en Colombia, en Cuba, en Costa Rica, y también en Uruguay, pero en esos países no hay frío. Cuando se asocian pobreza y frío los virus respiratorios se encuentran como peces en el agua, entonces proliferan las infecciones respiratorias que en los bebitos, particularmente en los menores de un año, hacen estragos.

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EC - La nota incluye algunos datos a propósito del Pereira Rossell, para tener en cuenta la magnitud de esa institución.

El centro hospitalario Pereira Rossell cuenta con 606 camas de internación y 63 camas de CTI. Solo en la parte pediátrica hay 321 camas de internación y 20 camas de CTI. El hospital pediátrico atiende 156.000 consultas ambulatorias por año y realiza 4.000 operaciones. Ingresan 16.700 niños por año, todo el complejo, incluyendo el hospital de la mujer, atiende 257.000 consultas y 9.200 operaciones.

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Edición: Mauricio Erramuspe