La Celeste en Sudáfrica 2010

Uruguay arribó a Sudáfrica con 12 horas de retraso

Uruguay arribó a Sudáfrica con 12 horas de retraso

La selección uruguaya llegó este sábado a su centro de entrenamiento en la fría Kimberley, Sudáfrica, donde fue recibido por un cálido grupo de aficionados locales, orgullosos de ver a un equipo del Mundial 2010.


El pequeño avión que transportó a Uruguay desde Johannesburgo tocó suelo en Kimberley a las 21.30 horas local (16.30 horas de Uruguay), cuando era esperado en esta pequeña ciudad 460 kilómetros al suroeste de la anterior, a las 9.00 horas.

Unas 80 personas con banderas de Uruguay recibieron eufóricas con danzas de bienvenida a los jugadores, que no ocultaron su asombro y sólo atinaron a decir "gracias" y acercarse a la reja que los separaba del público para saludar.

Muchos de los habitantes de Kimberley esperaban desde la mañana para saludar a los jugadores uruguayos, recibidos como si fueran estrellas de cine o rock en una provincia que no albergará partidos del Mundial.

El autobús oficial de la Federación Internacional (FIFA) partió del aeropuerto, acompañado por 14 vehículos de seguridad, ambulancia y automóviles oficiales, precedido de una caravana de autos que sonaban sus bocinas y anunciaban el acontecimiento, informó AFP

El Espectador también llegó

El profesor Ricardo Piñeyrúa, enviado especial de El Espectador en Sudáfirca, explicó que Uruguay perdió el vuelo que llevaría a la delegeción desde Johannesburgo a Kimberly, y eso coadyuvó al retraso.

La delegación ya había partido con retraso desde Uruguay, donde cientos de personas estuvieron esperando en Carrasco la llegada de los jugadores para saludarlos antes de su partida. 

Un dato curioso que rescató Sebastián Abreu que viajar en primera clase fue una honrosa excepción a la regla, pero que con las extensas esperas casi no se aprovechó la ventaja. Pero como aseguró a a El Espectador el integrante del cuerpo téncico, Celso Otero, aseguró que el plantel está en buenas condiciones y la espera no generó mayor preocupación en el cuerpo técnico.