La Celeste en Sudáfrica 2010

Uruguay para todo el mundo

Uruguay para todo el mundo

Cuando juega Uruguay, los que no están en el país hacen todo por verlo: madrugar, juntarse en una casa, en un bar o mirar el partido en el trabajo, son algunas de las opciones.


Es difícil estar lejos del país. Se extraña la familia, las comidas, ir al estadio, las costumbres uruguayas y cada rinconcito de la memoria trae, por un instante, al uruguayo que se fue a su verdadero hogar. Cuando Uruguay se conjuga con una pelota y se potencia por tratarse de un Mundial, la originalidad aflora y todos buscan la manera de acercarse, de vivirlo de la manera más uruguaya posible. Espectador.com le muestra cómo hicieron los uruguayos que están en otros países, para estar –por lo menos con la imaginación- bien adentro de Uruguay.

Asados, reuniones, empanadas, mates y muchas alternativas para sentir a Uruguay lo más cerca posible.

En Argentina, se jugaba más que un partido; se definía el rival de octavos de final, se trataba de la clasificación de un país vecino, con el que ha tenido una relación muy variable y con el que los chistes por las derrotas de uno y otro, en distintas instancias, son moneda corriente. Alberto, un uruguayo de 47 años, que vive en Argentina desde los 20, no se lo quiso perder. Salió del trabajo a un bar, aprovechando la hora del almuerzo y lo vivió rodeado de argentinos. Según él "se mostraban indiferentes, preferían jugar contra Uruguay porque lo vencieron en las Eliminatorias y no tienen recuerdos muy gratos de lo costoso que fueron los octavos de final del Mundial pasado contra México". De todos modos "ellos no se preocupan por el rival de octavos, se sienten en la final y hasta ganándola".

En Nueva Zelanda, Diego, un uruguayo de 21 años que viaja con amigos por un año, también se fue a un bar a presenciar el partido. Lo vivió con emoción y admite que "el himno es la parte más emocionante". En el bar donde estaba, pese a que eran las 4 de la madrugada del miércoles, muchos extranjeros –procedentes de China en su mayoría-, festejaron los goles "quizá más que nosotros", porque apostaron mucha plata en ese partido. También se vivieron con emoción los goles sudafricanos y franceses, por el mismo motivo. La caminata con la camiseta celeste puesta, tuvo respuestas divididas: algunos alentaban y otros sabían que eran americanos, pero no si hinchaban por México o por Uruguay.

En México, el uruguayo Gerardo Tato, lo vivió de una manera muy particular. No hizo apuestas con los mexicanos y mantuvo el perfil bajo, porque su novia y la familia de la misma, son mexicanos. "Estoy muy contento, más que nostalgia siento alegría", dijo Tato, que agregó que si bien no se ilusiona con una hazaña uruguaya, sabe que "la realidad de Uruguay es muy positiva; quedó en una muy buena posición". En México la obsesión por ganar se dividía entre quienes querían ganar por vencer a los uruguayos -que eran los menos pero los que más se lo hicieron saber a Gerardo a través de su Facebook- y quienes buscaban más que nada, evitar cruzarse en el camino argentino. De todos modos, hubo alegría por la clasificación azteca.

Espectador.com habló con los uruguayos en España, y los anfitriones del restaurante "A Leña", contaron que se juntan siempre allí. En la ciudad de Vigo, desde que comenzó el Mundial que los uruguayos de la zona saben que la sede está fijada. Marianela, su dueña, dijo que "lo más emocionante de todo son los goles. En la emoción se recuerda la gente" y contó que lo viven como en Uruguay, porque "de a poco y con cada partido, se suman más uruguayos". A Leña, quedó de cábala en Vigo.

En Estado Unidos, Alberto, transmitió las vivencias de los uruguayos que miraron, vibraron y festejaron en el "Chivito de oro", la sucursal uruguaya de Queens, Nueva York, la zona donde vive. Por lo temprano del partido, las empanadas fueron el pedido más solicitado, junto con la torta de jamón y queso, pero los uruguayos van allí en busca de la carne y achuras de la parrilla de Uruguay. Sobre lo que significó el triunfo uruguayo y el cambio de rutina que implicó este partido, Alberto dijo que "habilitamos temprano, a las 9 de la mañana, especialmente por el partido. Ya habíamos avisado y el restaurante estaba lleno, habrían unas 60 o 70 personas. Acá estamos en un barrio muy hispano y la colectividad uruguaya sabe que si juega Uruguay es acá. Pudimos estar entre uruguayos y un poco más cerca. Hubo niños que vieron a Uruguay por primera vez en un Mundial y estuvo la televisión recogiendo imágenes".  Alberto dijo que viendo a Uruguay sintió una "emoción total; emoción a mares".

Kevin, un uruguayo de 21 años que se encuentra en Chile, nos contó lo que sintió durante el partido. Su voz verdaderamente reflejó las emociones que tanto él como cualquier compatriota que esté lejos pueden sentir. Escuche el Audio.

Foto: Marcelo Singer