Guerra de declaraciones entre argentinos y alemanes
Una guerra de nervios se intentó crear entre Alemania y Argentina, en las vísperas del partido por cuartos de final del Mundial de Sudáfrica-2010, con declaraciones explosivas y bromas entre ambos contrincantes.
La última andanada la arrojó el mánager general de los germanos, Oliver Bierhoff, al afirmar que "Argentina tiene menos lagunas que Inglaterra (a la que golearon 4-1), pero también tiene algunas".
"Hemos detectado menos puntos débiles que en el equipo de Inglaterra, pero Argentina también los tiene", lanzó como advertencia y por supuesto mantuvo el misterio porque en esta batalla no se dice cuál es el flanco flojo del enemigo.
Otra batalla personal había iniciado el DT Diego Maradona, pero al incursionar en el terreno psicológico con la demanda a los árbitros para que protejan a Leo Messi de la violencia y la infracción sin tregua.
La primera piedra, que a decir verdad fue un cañonazo en la línea de flotación de la Albiceleste, la lanzó Bastian Schweinsteiger, al afirmar que "no habrá que dejarse provocar por los argentinos".
"Sabemos cómo son los argentinos -intimidó-. Encuentro que su comportamiento, el modo en que gesticulan, con el que tratan de influenciar al árbitro, falta al respeto", levantó el dedo acusador Schweinsteiger.
Y también fertilizando el campo para que fructifique la influencia sobre el árbitro, que será esta vez el uzbeko Ravshan Irmatov , dijo que tendrá "la llave del partido".
"Hay que esperar que el árbitro reaccione y se dé cuenta de lo que pasa de verdad. Hará falta estar tranquilo y concentrado durante ese partido, pero espero sobre todo que haya pocas provocaciones por su parte, porque por nuestro lado, puedo asegurar que no habrá", dijo Schweinsteiger.
Maradona, quien venía preparando la defensa psicológica de Messi al denunciar que los referís no respetan el 'fair play' y dejan que le peguen a mansalva, giró la mirilla y le apuntó al alemán.
"¿Qué te pasa, Schweinsteiger, estás nervioso?", bromeó Maradona, en una alusión graciosa a una frase que hizo popular en Argentina el ex presidente y líder del peronismo gobernante Néstor Kirchner para burlarse de sus adversarios políticos.
En declaraciones al canal de televisión Fox Sports, el seleccionador sudamericano sostuvo que "no tenemos tiempo de pensar en Schweinsteiger".
"Los jugadores están pensando en salir a la cancha, en tener revancha. No me preocupa lo que digan de los penales, de las patadas. Les vamos a ir a ganar en el campo de ellos", indicó.
La revancha, en rigor, es el desquite del otro desquite, porque Argentina le ganó en México-1986 la final a los teutones 3-2 y los europeos se vengaron en Italia-1990 al imponerse en la final por 1-0.
Los germánicos llevan la delantera por ahora en la era contemporánea de este choque que se hizo clásico al eliminar a Argentina en desempate a penales por 4-2, tras igualar 1-1 en la misma ronda de cuartos de final hace cuatros, en el mundial celebrado en su tierra.
Pero esto no quedó allí, como si fueran aquellas vísperas de combates de boxeo propagandizados a toda orquesta como 'El del siglo', promoción en la que fue un experto el moreno estadounidense Muhamad Alí cuando era el más grande entre los grandes de los pesos pesados.
En rigor a los jugadores argentinos no les gusta este tipo de duelos de lengua, como lo demostró en la última rueda de prensa el joven Javier Pastore cuando un periodista alemán le preguntó si le parecen indigestas las salchichas con chukrut.
Pastore intentó sonreír, lo fulminó con la mirada, estupefacto, y respondió con silencio mientras giraba los ojos hacia otra parte.
El capitán alemán Philipp Lahm reclamó que "esta vez acepten la derrota (los argentinos), con la seguridad de que volverán a sonar trompetas (o al menos vuvuzelas) triunfales para los germanos.
Lahm aludió así al incidente que desató al terminar el encuentro hace cuatro años, cuando argentinos como Nicolás Burdisso y Hernán Crespo estuvieron entreverados en forcejeos, con el argumento de que se burlaban de ellos.
"Hay tensión, es normal, vamos a jugar un cuarto de final de Copa del Mundo contra uno de los favoritos", admitió Lahm.
Pero enseguida instó a sus compañéros a "concentrarse en nuestro fútbol y en el partido durante los 90 minutos. Sabemos que los sudamericanos tienen mucho temperamento, son impulsivos, no muy buenos perdedores, pero espero que esta vez muestren que saben aceptar la derrota".
La batalla empezó con fuegos verbales de artificio y el sábado será la lucha real en el césped del coliseo Green Point, donde mueren las palabras.
Fuente: AFP
Foto: Efe