Uruguayos de punta a punta
Espectador.com conversó con los uruguayos en la Base Artigas de la Antártida para retratar los sentimientos que produjo esta histórica clasificación a semifinales.
Natalia Pereira, cocinera de la Base Artigas, transmitió alegría desde el primer segundo de la comunicación. Atendió el teléfono con firmeza, sacando cuerdas vocales de donde parecía que no quedaba y dijo: "Soy Celeste, Base Artigas, buenas noches". Entre sus emotivas palabras, contó que "aunque hay una ventisca impresionante, no nos importó nada, nos subimos al carro, lo llenamos de banderas y no quedó nadie acá adentro. Estamos felices". Relató que los uruguayos se abrazaron entre ellos y, aun estando tan lejos de esta latitud, también están casi en el medio de 18 de julio. Se acordó "de la familia más que nada, de los amigos y de todos los que están en Uruguay".
Los compatriotas en el Polo Sur no tenían imágenes para ver el partido y algunos se fueron a la base de Chile, para poder estar atentos a cada minuto. Los que se quedaron escucharon la transmisión radial, "pellizcamos un poco por Skype, pero cuando hay tormenta se corta internet", concluyó Pereira.
Marcos Aguiar, electricista de la Base Artigas, también dio su impresión. "Tengo mucha alegría porque ser uruguayo, estar tan lejos y ser tan pocos somos ocho uruguayos, hace sentir cada cosa con intensidad". Además, sobre su forma de vivirlo dijo que "me fui a verlo con los chilenos y te puedo decir que estoy tranquilo: no necesitamos ir a buscar hinchas a 18 de Julio, con los chilenos que hay acá tenemos de sobra. Acá hay como 20 grados bajo cero pero yo ni me enteré. Es como estar allá, en Uruguay".
Está clarísimo. Desde el más chico hasta el mayor, desde el más optimista hasta el pesimista, del más escéptico al más confiado, pasando por hombres y mujeres, el más recatado y el más alborotado, todos, absolutamente todos son una sola voz: Uruguay pa´ todo el mundo.