Esta imagen fue presentada hace algunos días en la reunión de la Unión Geofísica Americana en San Francisco. En este evento, habló Katrin Stephan, miembro del Centro Aeroespacial Alemán (DLR) de Berlín y de la misión Cassin, y quien fuera el primero en ver el destello en los primeros días de julio.

"Yo estaba emocionado porque al instante me recordó el brillo que muestra un reflejo de la luz del Sol en un océano", dijo Stephan. "Pero también tuvimos que trabajar mucho para asegurarnos de que el brillo que estábamos viendo no era un rayo o un volcán en erupción".

Con un diámetro de 5.150 kilómetros, Titán es el segundo satélite más grande de nuestro sistema solar tras Ganímedes, que orbita en torno a Júpiter y el único que cuenta con una densa atmósfera.

Precisamente su atmósfera cargada de nitrógeno convierte a Titán en un satélite sumamente interesante, ya que se asemeja al antiguo estado de la Tierra, aunque su densidad hace que sea imposible observar su superficie completamente helada.

Foto: Nasa