El arzobispo de Canterbury, entre otros, criticaron a Hawking por declaraciones en las que considera "superfluo" pensar que dios fue el creador del universo.

"La física por sí sola no resolverá la cuestión de por qué existe algo en lugar de nada", dijo el arzobispo. "Creer en Dios no consiste en cómo taponar un agujero y explicar cómo unas cosas se relacionan con otras en el universo, sino que es la creencia de que hay un agente inteligente y vivo de cuya actividad depende en última instancia todo lo que existe."
 
Hawking había dicho que "no es necesario invocar a Dios como el que encendió la mecha", y agregó que "la creación espontánea es la razón de que haya algo en lugar de nada, es la razón por la que existe el universo, de que existamos".

Sin embargo, el arzobispo no se guardó nada a la hora de fustigar al físico y, más aún, a la ciencia.

"La ciencia desarticula las cosas para ver cómo funcionan. La religión las junta para ver qué significan. Son dos empresas intelectuales distintas. Incluso ocupan diferentes hemisferios del cerebro", dijo el rabino jefe.

En apoyo a la teoría de Hawking, el biólogo Richard Dawkins, autor de "El Espejismo de Dios", opinó que "el darwinismo expulsó a dios de la biología, pero en la física persistió la incertidumbre. Ahora, sin embargo, Hawking le ha asestado el golpe de gracia".

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