Las informaciones recogidas a partir de 17 genomas completos de cepas bacterianas y de una colección única de cerca de 300 cepas permitieron a los investigadores reconstituir el origen geográfico de esta enfermedad, su edad y su dispersión en sucesivas oleadas epidémicas.

La peste suele ser mortal cuando no es tratada. Su agente infeccioso es una bacteria, la Yersinia pestit, cuyo reservorio natural está esencialmente compuesto de roedores. La transmisión se efectúa a través de picaduras de pulgas.

Según el Museo Nacional de Historia Natural/CNRS francés (MNHN, París), co-firmante del artículo (Thierry Wirth y Raphaël Leblois), estos resultados implican que la peste apareció en China hace más de 2.600 años.

Desde esta región, se expandió luego hacia Europa Occidental siguiendo la ruta de la seda (iniciada hace más de 600 años), hacia África (sin duda importada en el continente por el navegador Zheng He en siglo XV) y más adelante hacia América del Norte y Madagascar, a finales del XIX.

Los datos moleculares permitieron reconstituir con una sorprendente precisión la llegada de la peste a Estados Unidos vía China y Hawai y la propagación del germen desde los puertos de San Francisco y Los Ángeles hacia el interior de las tierras. Estos trabajos demostraron sobre todo que el conjunto de las sucesivas oleadas epidémicas partieron de Asia Central y de China, según el MNHN.

Entre 1347 y 1351, la peste negra, que se expandió a través de Asia, Europa y África, podría haber reducido la población mundial de 450 a 350 millones de personas, según el University College Cork (Irlanda).

Alemania, China, Gran Bretaña, Madagascar y Estados Unidos participaron también en esta investigación.

Fuente: AFP