En algún lugar de la Facultad de Química, más precisamente en la Cátedra de Ciencia y Tecnología de Alimentos, hay un docente al que suele vérselo en pleno horario de trabajo entregado a la degustación de vinos. Como si fuera poco, suele inculcarle esta costumbre a sus alumnos. Se trata del profesor de Enología, Francisco Carrau, quien conjuga perfectamente los saberes de la academia con los de la cultura popular. Es doctor en Química, con una tesis dedicada al estudio de la fermentación de las levaduras del vino y su impacto en el aroma de esta bebida; pero además pertenece a una familia que lleva ya 10 generaciones de bodegueros. La historia de los Carrau y el vino arrancó en Catalunya en 1752 y continuó en Uruguay a partir de 1930. En 1975 fundaron la Bodega Carrau y se inició entonces un proceso acelerado de mejora de la calidad de sus vinos y de exportación, algo infrecuente para esa época. En entrevista con Suena Tremendo compartiò algunos de los conocimientos que ha generado entre las bodegas de su familia y los laboratorios de la Facultad de Química.