Curiosity "es un paso más" en búsqueda de vida en Marte
En diálogo con En Perspectiva, el ingeniero principal de Diseño y Operación del Sistema de Guiado, Navegación y Control del Curiosity durante su descenso en Marte, Miguel San Martín (argentino, de 53 años) narro el funcionamiento del sistema y valoró la importancia de la misión: "este no es el último paso, es un paso más".
El lunes de la semana pasada, en plena madrugada uruguaya, en Pasadena, California, al oeste de EEUU, un grupo de técnicos de NASA miraban ansiosos sus monitores y las pantallas gigantes de la sala.
De golpe todos se abrazaron y chocaron sus manos. Aquello se parecía mucho al festejo del triunfo en una final de fútbol. Pero lo que celebraban era que el Curiosity, un robot todo terreno, se había posado correctamente en la superficie de Marte.
El aparato había superado los "siete minutos de terror", el período en el cual la precisión debía ser máxima, entre el ingreso a la atmósfera marciana y la llegada al suelo.
Esa operación de descenso implicaba un desafío mayúsculo, entre otras cosas por el tamaño del robot, que es similar al de un auto y pesa una tonelada.
Una vez completada esa prueba crítica, se puso en marcha la exploración en sí, que también será la más ambiciosa de las ocho desarrolladas hasta ahora en Marte.
En lo que refiere al valor que tiene esta misión, que ya comenzó, San Martín informó que la misma "ahora seguirá haciendo la tarea que hace años inició el Programa Viking, el enfoque que se tuvo en aquel momento fue equivocado, ellos fueron en un solo saque poniendo instrumentos de detección de vida para buscar microbios. Queremos saber si estamos solos en el universo o es un fenómeno bastante común. El error de este programa llevó al cierre por décadas de este programa".
Esto se extendió hasta que se habilitó el Programa Pathfinder, en el cual "los científicos dijeron de hacer la tarea, comenzando por el agua, buscando de a uno por los elementos que hacen que surja la vida. Hay consenso hoy en día, gracias a estas investigaciones, de que Marte fue cálido y húmedo con ríos y lagos, esta misión actual tiene como objetivo ver si encontramos compuestos orgánicos que son compuestos basados en el carbono, la base de la vida en la Tierra, si se encuentran compuestos orgánicos no podemos decir que haya vida pero si un elemento central para la vida. Curiosity no es el último paso, es un paso más, pero importante", sostuvo el ingeniero argentino.
Interrogado sobre como sigue su tarea en esta misión, San Martín respondió que su labor ya culminó. "Ahora sólo nos queda analizar la telemetría, los datos que coleccionamos en el descenso que son muy valiosos, sabemos que funcionó el sistema pero no sabemos qué bien funcionó o no, no sabemos aún si aterrizamos al filo de la navaja o no, esto es muy importante, luego que estudie eso ya no tengo vínculo con la misión, después estaré con el resto del mundo siguiendo las proezas del Curiosity, con la excepción con que mi oficina esta cerca del centro de control".
Tres etapas
En lo que refieres específicamente al funcionamiento del aparato, San Martín explicó que la tarea de hacer llegar al Curiosity hasta martes constó de tres etapas, las cuales fueron un desafío.
"La misión despertó una gran expectativa por la envergadura que tuvo, el robot pesa casi una tonelada. Al verlo tiene el tamaño de un auto pero la complejidad de los instrumentos científicos que tiene es otro llamativo atractivo. Además esta el gasto 2500 millones de dólares en esta sola misión. Todo eso sumado a la audacia del descenso le da un margen mas de atención que nos puso una gran responsabilidad", indicó el ingeniero.
El trabajo se dividió en tres etapas. La primera "la llamamos entrada que es cuando el vehículo se encuentra dentro de una cápsula con un escudo térmico protector que al entrar a la atmósfera se frena violentamente y pierde el 99% de la energía. Esta misión tenía la capacidad de guiar el vehículo en esa etapa".
La segunda "es el descenso que es cuando abrimos un paracaídas, el Curiosity ya perdió la capa que lo cubría por el aumento de temperatura y pasamos de 20 mil kilómetros por hora a mil kilómetros por hora. La atmósfera de Marte es muy tenue, es el 1% de la terrestre por lo que caemos a unos 300 kilómetros por hora".
Esto lleva a una tercera etapa llamada "aterrizaje". Ésta es distinta a otras misiones que usaban bolsas de aire. Acá hay una especie de grúa pero antes cuando llegamos a unos 1600 metros de altura nos despegamos del paracaídas y prendemos motores, cohetes de gran fuerza regulables como una canilla, lo cual reduce la velocidad de 300km por hora a cero".
Al llegar a los 23 metros de altura "el vehículo se separa como si fuera una grúa en donde el vehículo robótico se encuentra suspendido por sogas que se lo baja al suelo de Marte".
El sistema mencionado "no se probó en la Tierra por el costo pero además porque adaptarlo a la gravedad de la tierra era un desperdicio y se perdía tiempo. La maniobra fue delicada se jugaban los 2500 millones y estrellar el aparato, pero todo salió bien".
San Martín relató que fueron "ocho años los que pasamos con el equipo en el desarrollo del proyecto en donde anticipamos todas las cosas que podían pasar en esos siete minutos, fue como enseñarle a un chico como comportarse en la vida y luego dejarlo salir a la vida y verlo, esa es la analogía", sentenció.
Fotos: EFE