"La exposición a un ruido muy fuerte en un período corto de tiempo, por ejemplo una explosión, causa una injuria celular que, tratada a tiempo, puede llegar a revertirse, explicó a la red de noticias Infobae el otorrinolaringólogo Carlos Boccio. Por el contrario, sonidos de gran intensidad, escuchados durante un período prolongado, generan un daño permanente en estas células".

La explicación, según Boccio, es que las células del oído interno tienen capacidad de adaptación sólo cuando el estímulo es limitado en el tiempo.
Cuando se produce el trauma acústico, si se realiza la consulta rápidamente, se pueden intentar alternativas farmacológicas para sacar a las células de ese estado, aunque no siempre con éxito. En los otros casos, al haber pasado más tiempo, el daño celular es permanente, porque las células pasaron por ese período de lesión reversible y no fueron rescatadas.

Actualmente, los dispositivos portátiles para escuchar música en todo momento, han generado un aumento de consultas por problemas auditivos y permiten pronosticar, salvo que se haga una intensa prevención, una epidemia de sordera prematura en los próximos años.
    
Boccio aclara que el daño auditivo se produce por el volumen al que se escuchan los dispositivos musicales.
 
Se sabe que la intensidad sonora que alcanzan los reproductores portátiles, las discotecas, los cines y los nuevos equipos de audio puede dañar la audición a edades muy tempranas.
 
Si bien el doctor explica que el daño se debe principalmente al volumen, señala que también incide "el tiempo de exposición continua al sonido y el tipo de auricular utilizado".
En tal sentido agrega que es recomendable el uso de modelos que se coloquen sobre las orejas en lugar de aquellos que se introducen en el oído, ya que los primeros tienden, a disminuir los ruidos externos.

El oído humano tolera como máximo 80 u 85 decibeles durante un período de 8 horas antes de que comience a producirse el daño en las células del oído interno, explica Boccio. Y ejemplifica que cuando se está cerca de una persona que escucha un dispositivo musical portátil, si se puede oír la canción que está sonando, se ha superado claramente esa intensidad.

Lo que pueden hacer, según el doctor, quienes no deseen privarse de escuchar música mientras viajan, estudian o usan la computadora es:
Cambiar el tipo de auriculares, intentando elegir siempre los que cubren la oreja por fuera.

Mantener el volumen bajo: una buena guía es usar el volumen a la mitad de lo que permite el dispositivo.

Limitar el tiempo de escucha o protegerse. Es importante dar a los oídos períodos de reposo; en discotecas o recitales, donde el volumen suele ser excesivamente alto o molesto, es recomendable usar tapones en los oídos, añadió.

Foto: http://www.flickr.com/photos/4elevenpix