Este hallazgo podría llegar a tener importantes aplicaciones biomédicas, en la búsqueda de un herramienta superhidrofóba, según informó el portal argentino La Nación.

El investigador Antonio García y sus colaboradores llegaron a este hallazgo partiendo de una gota de agua, la cual se posó sobre una superficie hidrófoba de Teflón para evitar que se diluyera. Al contactar el cuchillo sobre la gota, sujeta entre dos alambres metálicos, ésta se partió perfectamente en dos partes.

Este experimento, que fue publicado en la revista Plos ONE, podría aportar mucho al área de la biomedicina. La oportunidad de cortar limpiamente las gotas puede permitir separar las proteínas de los fluidos biológicos, permitiendo un análisis más rápido y eficiente de estos elementos.

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