"La idea es capacitar a la gente, saber como funcionan estas plantas que producen energía con la luz del sol, saber repararlas, analizar las dificultades de funcionamiento, y también se busca como impacta la entrada y salida permanente de electricidad en la red debido al pasaje de nubes que interrumpen el pasaje de la energía eléctrica desde los paneles", expresó el director Nacional de Energía, al tiempo que agregó: "saber cómo responde la red y el despacho eléctrico que se hace de esas variaciones es algo de lo más importante a analizar".

Además el Ministerio de Industria quiere, a través de UTE, incentivar la participación de privados utilizando como disparador esta experiencia instalada tras una donación del Gobierno de Japón en el norte del país, y en donde se espera "una segunda planta en la zona sur en donde, entre otras cosas, se comparara la actividad solar entre ambas partes del país".

"Con este llamado queremos descubrir las cartas, saber si hacemos un llamado hay interés de los privados para hacer plantas de estas características y fabricar esta energía a un precio fijado que se le vendería a UTE".

En tal sentido Méndez informó que "en un comienzo esperamos que los costos estén por encima de lo que prevé el sistema y es por eso que al principio dispusimos límites pequeños de plantas de uno o cinco megavatios. Pensamos hacer la misma curva de aprendizaje que hicimos con la energía eólica y entendemos que si hay una escala grande de paneles se podría llegar a precios competitivos".

La Dirección Nacional de energía maneja ofrecer "hasta una tercer categoría de planta de entre 30 a 50 kilovatios y entendemos que así descubriremos si hay interesados o no o si en realidad no es tan favorable la coyuntura y habrá que esperar años a ver si se reducen las costos".

Interrogado sobre los aspectos técnicos, Méndez explicó que existen "un par de formas de utilizar la energía del sol, una es la de los colectores solares para calentar agua y remplazar al calefón", pero en el caso de la fotovoltaica "se trata de transformar la energía del sol en electricidad, fenómeno que fue descubierto por Einstein en 1905 por lo que se le dio el Premio Nobel, efecto fotovoltaico que hace que cuando la luz llega a sustancias se produzcan electrones que se invierten a la red eléctrica".

Según explicó Méndez, el desafío será "manejar fuentes que no son manejables, esto es lo mismo que hicimos en su momento con el viento, el desafío es ir acompañando las diferentes fuentes energéticas que tenemos para tener satisfecha la demanda que va cambiando".

La idea del Gobierno es que, "a partir de 2015 o 2016, funcionemos con lo que mande la energía del sol y del viento, y cuando esas variables cambian entonces se pongan en marcha las turbinas hidráulicas para complementar las variables, a lo que se suma la unidad de ciclo combinado por gas natural que cierra toda la demanda. Esa es la idea país para los próximos 15 años", expresó el jerarca.

Al ser abordado sobre los posibles compromisos asumidos con el Gobierno de Japón, que donó siete millones de dólares para la construcción de las dos plantas proyectadas en el país, la que ya esta en funcionamiento y su par en el sur, Méndez contestó:

"En el mundo estamos en plena lucha contra el cambio climático. Los mayores contribuyentes a esto deben ser los países desarrollados, uno de los casos es el de Japón, si ellos regalan tecnología para combatir este problema ayudan a solucionarlo pero, claro está, tienen la expectativa de que se produzcan compras".

De todas formas aclaró que "no hay compromisos firmados" y, de hecho, "ya hemos iniciado el segundo paso que es el decreto para la primera contratación de esta energía instalada por desarrolladores privados. Contrato a 20 años para venderle energía a UTE" con las características expresadas anteriormente.

Foto: Presidencia