Entrevistas

Geóloga Leda Sánchez: primer sismógrafo en Uruguay permitirá medir el riesgo "bajo pero no nulo" de actividad sísmica

Hace pocas semanas se concretó la instalación de la primera estación sismológica de Uruguay en el nuevo Observatorio Geofísico de la Facultad de Ciencias. El Observatorio, ubicado cerca de la localidad de Aiguá, en el departamento de Maldonado, cuenta también con una estación geomagnética. Para conocer más sobre esta novedad, En Perspectiva entrevistó a la geóloga Leda Sánchez, quien formó parte del equipo que instaló estos instrumentos. Sánchez explicó que el objetivo final con esto no es "meramente académico" pues Uruguay tiene "antecedentes de actividad sísmica", aunque no de mucha magnitud. Por eso mismo, es necesario conocer y monitorear dónde está localizado ese riesgo para "generar medidas de mitigación de daños". La exploración del terreno, las gestiones ante autoridades y el preparar y concretar la instalación llevó tres años, pero Sánchez aseguró que el equipo está "muy satisfecho" y que ya ha comenzado la etapa de obtención e interpretación de los primeros datos.


(emitido a las 7.46 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Desde chiquitos nos enseñan que una de las ventajas que tiene el Uruguay es que aquí no corremos riesgos en materia de terremotos.

Entonces, podrán preguntar algunos, ¿por qué acaba de instalarse el primer sismógrafo en nuestro país? La noticia dice que Uruguay ya forma parte de la red internacional de sismógrafos. Es más, los científicos del Instituto de Ciencias Geológicas de la Facultad de Ciencias comenzaron a recibir ya los registros de los primeros datos del primer Observatorio Geofísico de nuestro país, que consta de una estación geomagnética y una estación sismológica.

Estos geólogos realizaron entre el 11 y el 22 de marzo la instalación y puesta a punto del primer sismógrafo en suelo uruguayo. ¿Saben dónde está?, ¿tienen idea?, lo digo sobre todo para la gente que vive cerca de allí. Está en la estancia Lagunas del Catedral, en Aiguá, departamento de Maldonado.

¿De qué se trata? Vamos a conversarlo con la doctora Leda Sánchez, geóloga, integrante de este equipo de la Facultad de Ciencias.

Cuéntenos por qué Uruguay empieza a trabajar en esta materia.

LEDA SÁNCHEZ:
Creemos que es importante, es necesario, Uruguay cuenta con antecedentes de actividad sísmica, no de mucha magnitud pero sí ha ocurrido a través del tiempo. En 1848, 1888, hubo algunos eventos en la década del 70, después tenemos otro en 1988 y otro en 1990.

EC – Pero tratamos como de ignorar eso, ¿no? Parece que lo borramos de nuestra memoria.

LS – Lo que pasa es que al no ser de importante magnitud seguimos creyendo que acá no hay actividad sísmica. Yo siempre comparo, con los alumnos, lo que ocurrió con el terremoto de Haití, que fue de 7,3, y uno de mayor magnitud en México, tras el cual no pasó nada. Tenemos que ir empezando a adquirir la cultura sísmica de a poco, porque si llega a repetirse uno semejante al de 1888 puede ser grave.

EC – ¿Por qué esta vez sería grave y aquella vez no lo fue?

LS – Porque en 1888 había 300.000 personas viviendo en Uruguay, hoy tenemos tres millones de habitantes, mucha gente localizada en el área costera, y es riesgoso. Las construcciones no están hechas para soportar sismos de magnitudes de 5,5, por ejemplo.

EC – De todos modos el riesgo es bajo.

LS – El riesgo es bajo, claro que es bajo, pero no es nulo.

EC – Cuéntenos a propósito de cómo es este laboratorio.

LS – El laboratorio está ubicado en la estancia turística Laguna del Catedral, al sur sureste de Aiguá, a 15 kilómetros. Originalmente esto fue gestionado por el astrónomo [Gonzalo] Tancredi en convenio con el Ministerio de Educación y Cultura para la instalación de un observatorio astronómico. Yo me acoplé en el año 2010, ahí mismo empezamos a hacer estudios del terreno para ver si era viable ese lugar para hacer la instalación el Observatorio Geofísico. Funcionó y nos instalamos ahí.

EC – ¿Qué particularidades tiene ese lugar?, ¿qué ventajas tiene?

LS – Por un lado desde el punto de vista sismológico tiene rocas, granitos, basamento, que es lo mejor para este tipo de equipamientos. Desde el punto de vista geomagnético es una zona que no tiene mucho graviente magnético, es importante que no tenga perturbaciones, que las rocas no tengan mucha magnetita, por decirlo burdamente. Hicimos todo el estudio durante el 2010, ya ahí empezamos a poner uno de los equipos, que fue adquirido en el marco del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas; al año siguiente ya adquirimos los equipamientos mayores, el magnetómetro DIDD, que mide todos los componentes del campo magnético, y empezamos con la construcción.

Construimos nosotros, pusimos los bloques, hicimos el piso, hicimos absolutamente todo.

EC – ¿Cuando dice "lo hicimos nosotros" está hablando literalmente?

LS – Literalmente. Sí.

EC – ¿Ustedes se dedicaron a la construcción?

LS – Por supuesto.

EC – No forma parte en principio de las tareas de un geólogo, ¿no?

LS – No te puedo explicar cómo (risas). En realidad como no teníamos muchos recursos, había que hacerlo de esa manera y lo hicimos.

EC – Y ahora sí pueden dedicarse a lo que es realmente la especialidad.

LS – Sí, todo esto nos llevó cerca de tres años pero estamos muy satisfechos. Igual considero que lo hicimos en tiempo récord, fue la instalación de dos estaciones diferentes, una geomagnética y una sismológica. Ahora empieza la etapa de terminar de calibrar los equipos, de obtención de los primeros datos, de interpretación de los primeros datos. Anoche el ingeniero en geofísica, el sismólogo que tenemos acá que está trabajando en el marco de la carrera Tecnólogo Minero, que la gestionamos en el 2011 con Gregory Randall, anoche me llamó para darme la noticia de que ya había encontrado pequeños eventos. Y bueno, estamos en eso.

EC – ¿Cuánto es la inversión?

LS – ¿En qué sentido?

EC – ¿Cuánto costó esto que se instaló?

LS – Yo sé el orden del costo de los equipos. El resto de lo que es la instalación ha tenido apoyo de la Facultad de Ciencias, con el Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas. Yo soy investigadora nivel 2 de la ANII [Agencia Nacional de Investigación e Innovación] y todos los recursos que aporta la ANII los he invertido en el observatorio desde el 2010.

EC – ¿Y los equipos en sí cuánto cuestan?

LS – Un sismógrafo anda entre 25.000 y 28.000 dólares y el magnetómetro cuesta alrededor de 35.000, 40.000 dólares.

EC – ¿Son propiedad de la Facultad de Ciencias?

LS – No, el sismógrafo está en préstamo de la Universidad de San Pablo en el marco de un acuerdo cooperación académica que tenemos con el sismólogo brasileño Marcelo Assumpção. Está en préstamo entre 24 y 36 meses y la idea en este período es gestionar la adquisición de sismógrafos propios.

EC – ¿Y el magnetómetro?

LS – El magnetómetro sí es nuestro, es de la Facultad de Ciencias.

EC – ¿Qué importancia tiene que Uruguay forme parte de esta red internacional de sismógrafos?

LS – Primero el monitoreo de la actividad sísmica, el conocimiento de la actividad sísmica o de la microsismicidad nativa es fundamental. Uno de los ejemplos donde se va a poder aplicar muy directamente, y se va a necesitar, es en Ancap con los estudios que está haciendo. Va a necesitar conocer el ruido sísmico, la microsismicidad en la región. Igualmente vamos a tener dificultades, porque nosotros por ejemplo ahora no podemos aún determinar epicentros, porque tenemos solo una estación, y las estaciones que hay en la vuelta están distantes. Pero bueno, podemos reconocer que lo importante son los eventos que ocurren.

EC – Y a su vez supongo que suministramos información a otros países que también tiene utilidad.

LS – Por supuesto, nuestro sismógrafo... yo digo nuestro porque uno lo siente de uno...

EC – Lo quiere.

LS – Claro. El sismógrafo está conectado a la red sismológica de Brasil. A su vez está registrado en la red internacional entonces la idea es seguir trabajando en colaboración y en conjunto con la gente de la Universidad de San Pablo.

EC – Dos palabras a propósito del otro aparato. Ya lo mencionó también, pero el magnetómetro, ¿para qué sirve concretamente?

LS – El magnetómetro lo que hace es medir la actividad magnética, la intensidad, los valores de inclinación y declinación del campo magnético terrestre. Hoy estamos en un ciclo de actividad solar importante; la actividad solar y las tormentas solares –si son importantes– pueden generar tormentas geomagnéticas, que pueden generar perturbaciones en todo lo que es la electrónica, GPS. Hoy con la dependencia que tenemos de la tecnología es fundamental conocer cómo es el comportamiento del campo magnético terrestre en el Uruguay. Además tenemos una particularidad, que estamos debajo de la anomalía magnética del Atlántico Sur, donde la intensidad del campo magnético es menor.

Medimos eso para saber cuál es el efecto en el terreno, en el suelo. Nosotros hemos iniciado ya trabajos sobre la correlación entre la actividad solar y las corrientes geomagnéticas inducidas, y las perturbaciones en las líneas de UTE de alta tensión y de media tensión, y ya hemos encontrado cositas. Tiene un montón de aplicaciones y es fundamental conocer eso para que no nos agarre de sorpresa como pasó ya en el 89 en Sudáfrica que se quemaron los transformadores en el marco de una tormenta magnética importante.

EC – Esa información, ¿podría servir para qué?, ¿para tomar decisiones, para corregir qué por ejemplo?

LS – En realidad no es para corregir nada, es para poder tratar de dar alertas al sistema nacional de telecomunicaciones. Además tenemos un convenio con Antel, ellos nos pasan la conectividad y nosotros les vamos a enviar las alertas, cuando tengamos todo ajustado para hacer las cosas como corresponde, por el tema de que se pueden perturbar las líneas de celulares, por ejemplo, y sería importante empezar a trabajar con UTE en forma más directa por el tema de las corrientes inducidas.

EC – María, del Pinar, pregunta a propósito del otro aparato, del sismógrafo, si puede servir por ejemplo para comprobar los efectos de la minería de gran porte, que parece inevitable.

LS – Nosotros ya hemos registrado detonaciones de canteras, por ejemplo hay varias empresas de rocas calcáreas, la Ancap, que tiene en Minas una planta; después está Cementos Artigas, hay una serie de plantas que están haciendo explotaciones que nosotros tenemos ya registrado las voladuras.

EC – Entonces, concretamente y a propósito de lo que ocurriría con la minería de gran porte...

LS – Va a ser exactamente lo mismo que ahora, vamos a registrar lo mismo que estamos registrando ahora de las explosiones de las canteras. Eso es normal, las explosiones que se hacen para la explotación de cemento portland son iguales que cualquier otra cantera, como las de granito, para sacar bloques o para sacar...

EC – Pero, ¿esas mediciones sirven de algún modo para controlar el trabajo de una empresa de ese estilo?, ¿que no sobrepase determinados límites, etcétera?

LS – Eso lo hace me parece que Explosivos y Armamento, no lo hacemos nosotros. Hay varios organismos que se encargan de que las empresas que hacen explotaciones no se vayan de mambo con la cantidad dinamita.

EC – ¿Y entonces la información que ustedes recojan en ese sentido para qué serviría?

LS – Sirve como control de la actividad sísmica, lo que nos interesa es la actividad natural. Que monitoreemos y que sepamos de dónde vienen las explosiones también son datos útiles.

EC – Por último, pregunta otro oyente si se precisan más estaciones como esta en Uruguay.

LS – Por supuesto, necesitamos tener por lo menos tres. Hoy la idea es mostrar a la población, al país; porque el objetivo final no es meramente académico, es un objetivo de que el país necesita conocer su actividad sísmica, saber dónde están localizados los eventos, tratar de conocer cuáles son las regiones que pueden ser –por llamarlo de alguna manera– de riesgo. Eso es fundamental, tenemos que saber dónde está localizado para poder tratar de generar por ejemplo medidas de mitigación de daños o mismo para Ancap, para saber cuál es la actividad sísmica, qué es lo que está pasando en la plataforma en que ellos van a estar trabajando.

EC – ¿La información que ustedes recaben va a estar en la web, va a ser de uso público?

LS – Sí, nosotros tenemos ya una página web en la facultad y tenemos acceso en tiempo real a los datos gracias a la conexión que nos hizo Antel.

EC – Pero el público general también va a poder acceder.

LS – Sí, cuando tengamos todo en orden, cuando podamos generar un software para que entren en la página web y vean en las pantallas los monitores en Aiguá.

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Fotos: perfil de Facebook de Leda Sánchez y web del Observatorio Geofísico de Aigúa.