Ciencia y Tecnología

Uruguayo de 16 años construyó drones para vigilar su campo

Preocupado por la seguridad del campo de su padre, a Joaquín Peraza, un estudiante uruguayo de 16 años oriundo de Paysandú, se le ocurrió construir un drone para vigilar el ganado y controlar que no ingresen ladrones ni cazadores a la propiedad. El resultado fue satisfactorio, pero Joaquín fue por más. Junto a su padre construyó otro drone que por ser naftero vuela más rápido y alcanza distancias mayores.

Los aviones no tripulados se hicieron conocidos en el mundo principalmente por sus fines bélicos, principalmente a partir del uso que les dio Estados Unidos en la guerra contra Irak.

Sin embargo, Joaquín, que cursa quinto año de liceo opción Biológico, se le ocurrió hacerlo para vigilar los campos.
 
"La idea surgió por un problema que todos conocemos que es el tema del robo de ganado y el ingreso de cazadores a las propiedades. Entonces se me ocurrió que esto podía mejorar el control en ese tema. Con papá lo primero que pensamos fue en un avión, pero los costos eran muy primitivos para ese fin entonces surgió la idea de hacer un avión no tripulado", dijo el adolescente a El Espectador.

Fue entonces cuando junto a su padre empezó a entrar en el mundo del aeromodelismo.  Lo primero fue concurrir los fines de semana al aeropuerto de Larre Borges, en Paysandú, para aprender a volar los aviones.

"Después logramos automatizar el avión de aeromodelismo de tal modo que ya pase a ser un drone. Cuando empezaron con la práctica del aeromodelismo compramos un avión acá en Paysandú y después fuimos comprando los componentes para modificarlo".

El primer drone que construyó, al que bautizó "Centinela" mide 1.40 metros de ala y un metro de largo.

Según explicó Peraza, tanto el despegue como el aterrizaje suelen hacerse de "forma manual", con control remoto.

El vuelo es automático, ya que se marca la ruta de vuelo previamente desde una computadora.

El "Centinela" lleva una cámara de video full HD que va grabando todo. Una vez que aterriza Joaquín y su papá ven qué registró en la travesía.

"Una vez sentimos disparos en el campo del vecino. Entonces decidimos mandar a ‘Centinela’ a registrar qué estaba pasando. Cuando volvió vimos en el video que andaba una gente cazando. Llamamos al vecino para avisarle y nos explicó que lo hacían con su permiso. En este caso no fue nada, pero es evidente que el uso es muy útil, en otra situación podés pescar a alguien que ande sin permiso en el campo".

El máximo que ha volado ‘Centinela’ fue a 300 metros de altura. Fue en el Festival por los 100 años de San Javier, en el departamento de Río Negro.

"Fue lindísimo eso", dijo Joaquín y recomendó a los oyentes a ver uno de los videos que están subidos a Youtube.



El costo de este drone eléctrico, con piloto automático, equipos de radio y cámara para registrar las imágenes, fue de entre 4.000 y 5.000 dólares

Peraza contó que junto con su padre construyeron otro drone al que bautizaron ‘Fénix’. Éste mide casi 3 metros de ala y 2.70 de largo y es naftero.

A diferencia del drone eléctrico, el naftero les permite una autonomía superior. Mientras el eléctrico volaba a una velocidad máxima de 100 kilómetros por hora y viaja un total de 8 kilómetros como máximo, el naftero puede superar esa velocidad y volar distancias mucho mayores: de entre 40 o hasta 60 kilómetros aproximadamente.

Además, al naftero le incorporarán un sistema para ver el video que va registrando en tiempo real, algo muy ventajoso a los efectos de la vigilancia de los campos, explicó.

El naftero tuvo un par de vuelos pero con ciertos defectos que Joaquín y su padre están corrigiendo. "Estimamos que lo tendremos para este verano".
 
Y agregó: "Todavía no pensamos en ponerlos a la venta. En un principio estamos en la etapa de desarrollo pero está claro que se podrían llegar a implementar a nivel de una seccional por ejemplo, para la vigilancia", indicó Joaquín.

El sanducero cursará la carrera de Ingeniero Agrónomo y piensa vincular su gusto por los aviones con su trabajo.

"El uso de drones en la agronomía está aumentando cada vez más. Hoy en día existe tecnología mediante un drone con una cámara especial que puede detectar hasta la salud de una planta, los niveles de humedad y el estrés vegetal de un cultivo. Voy por ese camino".

Escuche la entrevista completa a Joaquín Peraza

Foto: Gentileza de Joaquín Peraza.