Ciencia y Tecnología

La gente sincera no miente por vergüenza, según estudio

La gente sincera no miente por vergüenza, según estudio

Un nuevo estudio acerca de las razones por las cuales la gente miente o dice la verdad ante una situación concreta devela que las personas sinceras no mienten porque sienten aversión hacia la mentira y mentir les produce vergüenza. La investigación encontró, además, que las personas vinculadas académica y profesionalmente a la economía y los negocios mienten con más frecuencia.


Según un estudio publicado en la revista científica Experimental Economics, no es completamente cierto que las personas mienten o dicen la verdad dependiendo de lo que quieran conseguir a cambio.

Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad de Québec (en Montreal, Canadá) concluyeron, tras un experimento, que las personas sinceras no mienten porque presentan aversión a la mentira, informa el diario español ABC.

"El objetivo era investigar por qué la gente es sincera. En teoría económica la visión estándar –predominante hasta hace unas décadas– era que a la gente lo único que le motiva es su propio beneficio material. Es decir, que somos egoístas en ese sentido: siempre diremos la verdad si nos conviene materialmente y mentiremos si no es así", explicó Raúl López, investigador de la Universidad Autónoma de Madrid y coautor del trabajo.

Según los investigadores, hay numerosas evidencias que desmienten esta versión. Tras el experimento, concluyeron que en gran cantidad de casos las personas dicen la verdad aunque les suponga un coste material. "La hipótesis es que la gente es sincera porque lo ha interiorizado, y lo contrario les hace sentir una emoción negativa como la culpa o la vergüenza, lo que conocemos como aversión pura a la mentira", indicó López.

Metodología del experimento

El experimento evaluó a un conjunto de 258 personas que se repartían los papeles de mensajero y receptor. El mensajero tenía delante una pantalla de computador  y veía un círculo verde o azul que aparecía indistintamente. Cuando aparecía el color, el mensajero debía mandarle al receptor, que no veía la imagen, un mensaje diciéndole de qué color era el círculo.

Dependiendo de si se decidiera mentir o decir la verdad, se le daba al mensajero un pago monetario. Si mandaba el mensaje verde recibía 15 euros, y si mandaba azul, 14 euros, de manera de presentarle el dilema de mentir o no para ganar más dinero.

El estudio concluyó que de las 258 personas de la muestra, un 40% de gente decía la verdad siempre. "Este hecho está a favor de la hipótesis de que esa gente era adversa a la mentira. Es una evidencia aparentemente muy fuerte", argumenta el coautor de estudio.

El experimento concluyó, además, que las personas honestas tienden a creer que los demás son honestos, mientras que los deshonestos creen que los demás también van a mentir.

Los investigadores encontraron que también existe una correlación entre la honestidad y el tipo de estudios. Según López, pudo observarse que las personas vinculadas a estudios económicos o empresariales mienten con más frecuencia.