Ya sea de forma accidental o no, entre 2005 y 2010 se multiplicaron por cuatro los casos de perros que consumieron cannabis y debieron ser tratados en Colorado, según arrojó una investigación publicada en una revista de emergencia y cuidados intensivos veterinarios de Estados Unidos.

"Antes en el área de Denver (Colorado) tratábamos anualmente a unos cuatro o cinco perros. En los últimos años los casos han ido aumentando a medida que se han ido abriendo más dispensarios (puestos de venta de marihuana)", señaló Elisa Mazzaferro, una de las autoras de la investigación. El equipo examinó los casos de 125 perros que fueron tratados en dos centros veterinarios, dos de ellos fallecieron.

Para saber si un perro está intoxicado por consumo de cannabis se deberá prestar atención a síntomas como falta de coordinación, temblores, pupilas dilatadas, vómitos, letargia (sueño profundo y relajación muscular), incontinencia urinaria y cambios en el ritmo cardíaco.

En casos de intoxicaciones leves se recomienda poner al perro en un lugar con poca luz mientras los efectos desaparecen; estos suelen ser visibles entre 30 y 60 minutos después de que se haya ingerido la marihuana. Si el caso es más grave, es necesario llevarlo a un centro veterinario.