Centro Ceibal

La implementación de impresoras 3D en liceos busca "el trabajo colaborativo entre estudiantes y docentes" para "construir conocimiento"

El Centro Ceibal hizo un llamado para incorporar en los centros educativos impresoras 3D, la tecnología más revolucionaria de los últimos años. Dicho llamado convoca a estudiantes y docentes de Secundaria y UTU, pueden presentar proyectos que consideren importantes o necesarios para la institución. En Perspectiva dialogó con el presidente del Centro Ceibal, Miguel Brechner, a propósito de esta nueva iniciativa. El ingeniero dijo que el Plan Ceibal tiene como "mandato" incorporar las nuevas tecnologías en los ámbitos educativos cada vez que surgen. Además considera que hay que "explorar nuevas áreas de actividades en las que la tecnología y la pedagogía se mezclen".

(emitido a las 9.03 hs.)

EMILIANO COTELO:
Las impresoras 3D son uno de los avances tecnológicos más innovadores y revolucionarios de los últimos tiempos. Vienen ganando espacios en varias áreas de trabajo e investigación, por ejemplo en arquitectura, medicina, odontología, ingeniería, diseño industrial y automotor.

En ese contexto es muy interesante saber que el Plan Ceibal está preparando su incorporación a la enseñanza media de nuestro país. En estos días está en curso una convocatoria que el Plan Ceibal lanzó para que docentes y estudiantes elaboren propuestas que impliquen la aplicación de las impresoras 3D en liceos y escuelas técnicas.

¿Por qué? ¿Cuál es la utilidad de esta herramienta en términos de aprendizaje e investigación creativa?

Vamos a conversarlo con el ingeniero Miguel Brechner, presidente del Centro Ceibal.

Empecemos por recordar qué es una impresora 3D. El propio texto del llamado lo explica: "La impresión 3D es una tecnología que permite construir objetos físicos a partir de un archivo digital". Del mismo modo que en una impresora convencional el cabezal va depositando tinta sobre un papel, en la impresora 3D el cabezal se desplaza sobre un plano de trabajo y, según las coordenadas que le indica el archivo, va depositando un material fluido en capas superpuestas de abajo a arriba.

¿Qué puede agregar a esta descripción?

MIGUEL BRECHNER:
Lo interesante de esta impresora es que va formando el objeto de acuerdo a un dibujo en tres dimensiones y no en plano como lo hacen las otras impresoras que todos conocemos de nuestras computadoras. El cabezal para mí sigue siendo mágico desde el punto de vista tecnológico, porque construye un aparato de acuerdo a un dibujo, y lo construye en colores, en materiales diferentes y permite hacer objetos que eran impensables 20 años atrás. Si bien las impresoras 3D existen desde por lo menos 20 años, su costo era absolutamente prohibitivo. Y hoy se ha llegado a una fabricación y a un volumen tal que los costos son muy pero muy accesibles.

EC - ¿Qué se puede imprimir hoy con esta tecnología?
    
MB - Leí de un implante de diente, que me impresionó. He leído sobre joyas; sobre armas de fuego -la parte más nociva-, un repuesto para autos. He leído que están tratando de construir casas; claro, las impresoras 3D van de menos de 1.000 a 500.000 dólares, pero la imaginación dice qué quiere imprimir y lo imprime. Hace unos años había gente que con las impresoras 3D fabricaba repuestos de aviones y de equipamiento sofisticado porque eran muy caras, hoy se puede fabricar lo que uno quiera, uno puede fabricar un repuesto de plástico o de metal que necesita. Es tan amplio el uso que tiene que nos cuesta imaginarnos en el día a día.

Alguien me comentaba que las empresas hoy cuando tienen que hacer un frasco de muestra no mandan hacer un molde, lo hacen en una impresora 3D para mostrar cómo va a quedar el objeto final, tienen un ahorro en la producción muy grande. Esto permite en nuestro país en particular, que somos pocas personas y no tenemos un gran mercado interno, hacer en forma directa todo lo que antes se hacía a partir de moldes. Hay una industria alrededor de eso muy importante.

EC - Esa lista es ilustrativa. Podemos agregar también la ventaja de distribuir el trabajo, de hacer en una parte del mundo una parte y en otra parte otra, puedo imprimir en Montevideo un vaso cuyo diseño me mandaron por correo electrónico de Milán.

MB - Ni que hablar. Para mí una de las industrias más increíbles es la de la aviación, particularmente el Airbus: cada pedazo se construye en un país distinto de Europa y después se arma en un solo lugar. Esto permite que se diseñe en Uruguay y se fabrique en otro lado. Es el proceso distribuido y participativo, si hay que hacer una modificación se modifica rápidamente el diseño electrónico para después llevarlo a la práctica utilizando la impresora.

EC - Cuando usted esta semana a través de su cuenta de Twitter informó sobre este llamado que está en curso, recibió como una de las respuestas un mensaje de Luis Porto, el subsecretario de Relaciones Exteriores, que antes fue subsecretario de Economía, que ponía que "la impresión 3D cambiará las cadenas de valor globales y regionales o nacionales. Es clave desarrollarlas". ¿Qué dice sobre esto? ¿Qué impacto puede tener esta tecnología en el futuro?

MB - Desde todo punto de vista. Hoy en día en la industria automotriz nosotros nos limitamos a hacer armado de ciertas cosas y fabricación de otras, y podríamos tener una pequeña industria que haga piezas especiales para autos. O en el área del plástico, antes uno decía: "Quiero diseñar este proyecto, estoy diseñando un nuevo artefacto, un nuevo equipo electrónico. ¿Dónde lo armo? ¿Quién hace el trabajo final? ¿Cómo lo llevo?". Esto lo hago todo con la impresora 3D. Y es una impresora accesible. El gran cambio de esto es que el costo de imprimir en 3D para prototipos y para volumen pequeño es muy bajo, entonces no tengo que mandar hacer un molde. Antes cada vez que uno iba a pedir un trabajo especial para algo le decían: "No, hay que hacer el molde y eso vale tantos miles de dólares".

Vamos al ejemplo del Plan Ceibal. Si yo quiero diseñar una computadora para el Plan Ceibal separada de las que hay en la industria el costo de moldear es de millones de dólares, el formato donde se va a inyectar el plástico cuesta miles de dólares. De esta manera la industria puede hacer lo que uno quiere, no tiene que hacer una serie de 5.000, no tiene que mandar moldear, lo hace directamente en la impresora 3D. Eso va a cambiar en el sentido de que una cantidad de países que hoy no tienen una capacidad de volumen puedan tenerla y en que una cantidad de personas puedan estar en el diseño más que en la fabricación. En el caso de Uruguay es muy claro que hay que entusiasmar.

Al tuit de Luis le decía que para mí había que hacer eso, pero además había que insertar al centro educativo donde hay un medio de producción. En muchos lugares donde hay fábricas se puede perfectamente tener un acuerdo de cooperación para que el centro educativo les fabrique repuestos, o de repente en lugares remotos del país donde no da para hacer una pequeña industria. Es un área de proyecto muy interesante para un centro educativo tener contacto con una fábrica y ver cómo con las impresoras 3D se le puede resolver más de un problema.

EC - Una puntualización, porque los oyentes preguntan y es un detalle que tiene su importancia: ¿en qué tipo de material se imprime la pieza? ¿En general las impresoras 3D no se están usando solo para prototipos?

MB - No, no. Hay gente que está imprimiendo joyas en 3D, con una gran ventaja: imprimen oro, pero imprimen lo de afuera, lo de adentro es aire, usted puede hacer una joya maciza por fuera y aire por dentro y ahorra en material. Hay de todo, se está imprimiendo para hacer trasplantes en el cuerpo. El material es múltiple. Tampoco pensemos que es todo bárbaro, es bárbaro pero requiere trabajo, hay que tener muy bien mantenidas las impresoras, hay que evitar que los lugares por donde se inyecta el material se tapen. Como en toda nueva tecnología de alta capacidad como esta hay que ir al detalle del mantenimiento y el cuidado.

EC - Entonces, ¿por qué el Plan Ceibal da el paso de incorporar el uso de impresoras 3D en los centros educativos?

MB - Desde el año pasado estamos trabajando en un concepto nuevo que se llama LabTec, laboratorio de tecnología, esto es la transformación del aula informática en algo mucho más complejo. Ya hay muchos LabTec funcionando en el país, casi 100, allí en vez de enseñar informática, como se enseñaba antes, hay programación, robótica, sensores de físico-química, audiovisual. Se está trabajando en distintos centros de Montevideo y del interior tanto de UTU como de Secundaria.

El lugar natural era decir: hay una nueva tecnología, el Plan Ceibal tiene como mandato por ley la incorporación de tecnología al área educativa, era ofrecérselo a los centros educativos. A diferencia de otros enfoques masivos que tenemos, en una primera etapa en este caso hacemos al revés, que los centros nos presenten sus proyectos y en función de ello les vamos a asignar una impresora de un color o de tres colores –ya las tenemos en nuestros depósitos–. Buscamos que se genere un trabajo colaborativo entre estudiantes, docentes y gente del ambiente cercano al centro educativo para aprender esas tecnologías y ser creativo. Imagínense desde el punto de vista de la creatividad estar en una clase de Dibujo, dibujar un jarrón y después pasarlo a 3D e imprimirlo. Eso tiene un factor de aprendizaje muy, pero muy fuerte para un joven. En esta primera etapa tenemos 40 impresoras, si el proyecto es exitoso las vamos a ir incorporando a medida que más liceos y más UTU nos pidan.

EC - ¿Qué tipo de proyectos pueden presentarse?

MB - Está orientado a docentes de Secundaria y de UTU que nos traigan proyectos que ellos consideren importante y en los que haya actividad entre estudiantes y docentes. Es absolutamente abierto, no hay ninguna preselección, alguien puede decir que quiere hacer botellas para la industria farmacéutica o hacer un dibujo y pasarlo a 3D, cualquier cosa. Lo que queremos es la participación, el trabajo colaborativo entre estudiantes y docentes, que es lo que construye conocimiento, y la exploración de una nueva tecnología a una escala que queremos que sea masiva en el Uruguay. Como hace muchos años cuando las primeras impresoras láser revolucionaron la industria gráfica, esto va a revolucionar otros aspectos.

EC - ¿Servirá para todas asignaturas? Recién mencionaba un ejemplo vinculado con Dibujo, pero por citar otra área, ¿puede tener aplicación en Historia?

MB - De repente encontrar material en formato digital sobre cómo eran las casas en el siglo XV –que debe de haber en la web, porque hay muchísimo material compartido–, imprimir una pequeña y ver cómo era. Una cosa es una foto, otra ver un video y otra es verla construida. La verdad es que cómo usar una impresora 3D en algunas cosas como la historia y la literatura me revolucionaría verlo, pero no me extrañaría que estudiantes o docentes vinieran con propuestas.

EC - ¿Y los docentes están preparados para un cambio de estas características? De la audiencia alguien pregunta: "¿Quién va a enseñar a operar las impresoras 3D?".

MB - Ahí está el Plan Ceibal, que tiene un proceso por el cual vamos a enseñar cómo se usan, cómo se limpian, cómo se mantienen, cómo se interfasean digitalmente, qué tipo de archivos son. Es un trabajo en los LabTec, adonde estamos yendo a trabajar, visitamos constantemente los liceos y las UTU, trabajamos en conjunto, mejoramos algunas técnicas, damos cursos de programación. Estamos capacitando cantidad de gente y hay una cantidad de gente haciendo cosas.

Vivimos en un país muy tensionado con el tema educativo, es más fácil mirar lo que no anda que lo que anda, y hay cosas muy pero muy interesantes que están andando en este país. Tenemos estadísticas según las cuales casi el 50% de los liceos tienen actividades muy interesantes en robótica. Obviamente hay gente que no las usa y hay gente que trabaja poco, pero hay gente que hace cosas muy importantes. Por eso el proyecto tiene que venir de los estudiantes y docentes hacia nosotros. Va a haber gente que va a trabajar y gente que no, pero tenemos que seguir apostando a que se hace, hay docentes muy bien capacitados y haciendo muchas cosas en Uruguay, como vimos cuando hicimos la competencia en el mes de matemática y en otras actividades, lo vemos constantemente.

Las cosas se usan. ¿Se podrían usar más? Claro. En Uruguay la tecnología no había estado nunca dentro de los centros educativos, y hoy por primera vez, con el Plan Ceibal, se ha podido insertar la tecnología y para muchísima gente se ha transformado en algo amigable y para ser potenciado. Lo hemos visto con los jóvenes que han ganado concursos en el exterior, que participan en clubes de ciencia, que participan con premios en otros lados del mundo. Siempre hay un docente atrás. Los que fueron a la NASA, los que ganaron la olimpíada de matemática tenían un docente atrás. Hay gente muy valiosa en este país, creo que hay que pelearse menos con la educación y encontrar mejores caminos de solución.

EC - Ustedes dicen que el objetivo a largo plazo de este proyecto es la conformación de FabLab, laboratorios de fabricación digital. ¿Qué es esto?

MB - El FabLab es un instrumento muy interesante, mezcla varias tecnologías en un laboratorio. Lo hemos estudiado, no es que no lo queramos hacer, creemos que hay que hacerlo. Es posible que este año se anuncie el lanzamiento del primero, simplemente es un tema de tiempos para dar prioridades. El FabLab es un invento del MIT, es un laboratorio donde los jóvenes pueden trabajar en distintas tecnologías de fabricación a niveles económicos posibles, es posible instalar dos o tres en el Uruguay, en Montevideo y en distintos lugares del interior.

EC - El llamado para presentación de proyectos, que abarca a liceos y escuelas técnicas de UTU, tiene plazo hasta el 24 de marzo.

MB - Hasta el 24 de marzo, le dimos un mes. Este tema ya estaba en la vuelta el año pasado, pero recibimos las impresoras recién sobre fin de año y decidimos hacer el llamado a principios de este, porque no tenía sentido hacerlo sobre el fin del año pasado. Ojalá sea exitoso y la demanda sea más grande que la cantidad de impresoras que tenemos y nos obligue a pensar cómo hacemos para satisfacerla con más impresoras.

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EC - Hay una cantidad de preguntas de los oyentes. Por ejemplo esta que vino varias veces, el oyente insiste con ella: "¿Por qué no aprovechan la sinergia de las impresoras 3D con el proyecto de robot Butiá de la Facultad de Ingeniería?".

MB - El Proyecto Butiá es muy interesante, nosotros ya hemos participado, pero para la escala masiva que tiene el Plan Ceibal hemos elegido otros robots. El Butiá es muy interesante para trabajar pero no lo vimos factible para hacerlo a la escala nacional. Obviamente en los laboratorios tecnológicos, los LabTec, tenemos la integración de los proyectos de robótica con la impresora 3D. Es más, vamos a usar la impresora 3D para fabricar las piezas de los robots que se necesiten o que perdamos o lo que sea necesario. Está clarísimo que hay que mezclar eso, y a los liceos o UTU que estén trabajando con Butiá –hay muchos– que presenten un proyecto interesante les vamos a dar una impresora 3D.

EC - Enseguida completamos esta entrevista, sobre todo para averiguar qué termina siendo hoy el Plan Ceibal.

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EC - Retomamos la entrevista con el ingeniero Miguel Brechner, presidente del Centro Ceibal, a propósito del llamado que está en curso para incorporar en los centros educativos impresoras 3D, la tecnología más revolucionaria de los últimos años.

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EC - Las preguntan se amontonan. Esta viene de un o una docente: "¿Vamos a tener impresoras 3D y no tenemos gimnasio? No tienen idea de las limitaciones con las que trabajamos. Por ejemplo, los niños escriben mal su propio nombre". ¿Qué responde usted?

MB - Respondo lo que respondo siempre: que tiene que haber gimnasio, hay una cantidad de liceos que tienen gimnasio y hay otra cantidad que no tienen. Hay una cantidad de docentes que quieren tener impresoras 3D, hay otros que no quieren. Vivimos en una confrontación constante. ¿Qué va primero? En el mundo de hoy lo que va primero es hacer el enfoque en los estudiantes, que mejoren sus aprendizajes, que tienen que mejorar la lectura y la escritura en este país no hay ninguna duda. Eso no quiere decir que por eso no vamos a tener impresoras 3D.

EC - El Plan Ceibal se inició con la idea de una computadora / un niño: una laptop para cada niño. El objetivo se cumplió. Todos los alumnos de escuelas públicas tienen su XO, se fue avanzando incluso al sector privado, y después vino la penetración en secundaria con laptops ya más completas. Pero por lo visto con eso no alcanza, y el Ceibal ha ido abriendo otros frentes de trabajo. Por ejemplo, hace unos meses hablábamos con usted de la incorporación de clases de inglés por videoconferencia recurriendo a profesores ubicados en otros países. Entonces, con ese caso del año pasado y este de las impresoras 3D, ¿qué termina siendo hoy el Plan Ceibal?

MB - El Plan Ceibal es lo que nos mandata la ley, es una institución de apoyo a la educación en el que el tema de la incorporación de la tecnología y la equidad son fundamentales por ley. En función de eso estamos trabajando en distintas áreas para lograr que la tecnología favorezca a la educación, que la tecnología permita hacer cosas que hoy no se pueden hacer por distintos motivos y explorar nuevas áreas de actividades en las que la tecnología y la pedagogía se mezclen.

En ese sentido, este año estamos participando con ANEP en un consorcio mundial de 10 países, con 100 centros educativos por país, en el que vamos a explorar y trabajar en conjunto en cómo usar las tecnologías para cambiar las pedagogías para que mejoren los aprendizajes en ciertas áreas. Es un proyecto fascinante, en el que estamos trabajando muy fuerte desde fin del año pasado. Las dificultades que hay en Uruguay son las mismas que hay en otros países como Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia, donde la tecnología ha invadido el día a día del habitante pero no ha modificado los aspectos de la educación y los aspectos cognitivos. Estamos trabajando en un proyecto sumamente interesante sobre eso, cómo se mejoran los aprendizajes. Obviamente esto se hace a través de ANEP, de UTU, Secundaria y Primaria, pero desde el punto de vista de la parte más tecnológica y de consolidación estamos trabajando en conjunto.

El Plan Ceibal está para apoyar al sistema educativo para mejorar los aprendizajes, para encontrar formas de entusiasmar a los estudiantes, para que salgan de algunas de las formas existentes del siglo XIX o XX a la forma del siglo XXI. Hoy cuando cada estudiante tiene una laptop o una tableta y puede realizar una cantidad de actividades fuera del centro educativo es muy importante que tenga un espacio para hacerlas y que después llegue al área educativa y las discuta con el docente.

El año pasado en el mes de la matemática hubo más de 500.000 ejercicios y la gente se quedaba el fin de semana trabajando y haciendo ejercicios de matemática porque estaba participando en conjunto. Buenos estudiantes, malos estudiantes, las personas que tienen dificultad, las personas que podían trabajar en esa plataforma de matemática. Porque la plataforma se adapta a cada estudiante, a medida que uno va resolviendo problemas se hace más difícil y si no los puede resolver va encontrando la forma para que pueda entenderlo, aceptarlo, aprenderlo, y al fin del día toda esa información vuelve al docente. Estas son las herramientas que no solo estamos usando nosotros, en otros países también están empezando a usarlas, en las que la tecnología favorece. Estaba el ejemplo del inglés, pero mañana pueden ser otras materias para las que de repente en algunos lugares del interior no hay suficientes docentes y se pueden dictar desde otro lugar, desde Montevideo. Ya lo había dicho la profesora Celsa Puente en una entrevista a los medios hace un mes, hay muchas actividades y muchas cosas para mejorar, pero se van haciendo cosas.

EC - Este año los escolares de primer año de primaria van a recibir tabletas, no XO.

MB - Correcto, este año los estudiantes de primaria van a recibir tabletas porque hemos visto que para los niños más chicos los aspectos cognitivos de la tableta son muy superiores a los aspectos construccionistas de la laptop, entonces nuestra estrategia va a ser que reciban la tableta y en tercer año reciban la laptop. Este año ya van a recibir las tabletas, que tienen una cantidad de actividades muy interesantes, de vuelta, de aprendizaje, de jugar para aprender a leer, de jugar para aprender a escribir, toda una parte lúdica y a su vez de aprendizaje.

EC - Lo otro que llama la atención es que se distribuirán máquinas a los preescolares. ¿Qué tipo de máquinas serán y para qué uso educativo?

MB - Las tabletas o laptops para preescolares ya están desde hace muchos años. Hay esa demanda, los centros educativos preescolares piden los equipos, hacen proyectos y han trabajado en cosas muy lindas. Tenemos muchas publicadas en la web de los niños más chicos aprendiendo las estrellas, los planetas, jugando, obviamente aprendiendo sus nombres, escribiéndolos, todo ese tipo de actividades. Tenemos muchas actividades ya con niños preescolares. En los niños de cinco años es una parte muy interesante el manejo de los dedos, agrandar y achicar figuras, los aspectos cognitivos. Se está haciendo un trabajo con la Facultad de Psicología sobre ello muy interesante.

EC - ¿El Plan Ceibal no tiene vuelta atrás más allá de eventuales cambios de Gobierno? ¿Qué piensa usted?

MB - El Plan Ceibal hoy es una política de Estado en la cual todos los partidos políticos están de acuerdo, con algunos matices de énfasis. Cuando discutimos esto yo digo: imaginemos que no hubiera Plan Ceibal; veamos cómo cambió nuestra vida en los últimos seis, siete años por la introducción de los teléfonos celulares. Cuando el Plan Ceibal empezó no había iPhone ni iPad. Imaginemos que hoy no hubiera Plan Ceibal y no tuviéramos montada esta infraestructura. ¿Cómo empezamos? Ya hemos recorrido un trecho muy grande, lo que puede ir cambiando son los dispositivos que tendrán los estudiantes. Estamos trabajando con plataforma de matemática, de lectura, los libros de texto están todos disponibles en el Plan Ceibal, este año vamos a incorporar el segundo ciclo de enseñanza media también en forma gratuita para los estudiantes del Plan Ceibal.

Son herramientas que eran impensables. Que los libros sean accesibles para cualquier estudiante hoy y que no tenga que fotocopiar en secundaria o en UTU es muy importante, y cada vez incorporamos más libros. Y existe una plataforma de robótica y programación, el año pasado hicimos un cursillo para programar, llamamos a jóvenes de 14 a 17 años y en menos de un día tuvimos 1.000 inscritos, este año vamos a hacerlo más masivo. Y de esos 1.000 inscritos casi un tercio terminaron, lo que en términos de cursos masivos es altísimo.

Hay un mundo para explorar. Nosotros queremos estar en el primer mundo, estamos trabajando para eso. Y para estar en el primer mundo hay que desarrollar las capacidades, hay que desarrollar las áreas más innovadoras de las personas y de la sociedad.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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