La prenda se confeccionó con una impresora 3D y está compuesto de paneles electrónicos que se conectan al smartphone vía Bluetooth. La persona que lleve puesto este vestido, irá desnudándose a medida que vaya tuiteando. Al compartir el contenido en Twitter, las celdas que componen la prenda se van volviendo transparentes de forma proporcional a la cantidad de datos que se publica en la red social.

La idea de sus creadores no es marcar tendencia ni imponer un nuevo estilo, sino crear conciencia sobre algo que se suele perder de vista.

En la realidad física podemos controlar deliberadamente qué porción de nuestro cuerpo exponemos al mundo cubriéndolas o no con ropa. En cambio, en la realidad digital, tenemos mucho menos control de los aspectos personales que compartimos a través de los servicios que usamos para estar conectados", dijeron los científicos.

El vestido en sí mismo está compuesto de información. La estructura plástica es un mapa con los recorridos realizados por el usuario en el último mes, registrados por la información compartida en los distintos lugares en los que estuvo.

"¿Hasta qué punto la suma de todos los datos que la red recoge pintan un retrato fiel de lo que realmente somos?" se pregunta Xuedi Chen una de las creadoras.

x.pose from Xuedi Chen on Vimeo.