Acuerdo multipartidario

"Hay que generar institucionalidad y poner financiación para el desarrollo de la ciencia y tecnología"

Los candidatos presidenciales de los partidos con representación parlamentaria firmaron un acuerdo multipartidario sobre ciencia, tecnología e innovación con vistas al próximo período de Gobierno. ¿Qué pasa con la institucionalidad en Uruguay en cuanto a la gestión de Gobierno en estos temas? Para responder estas y otras preguntas, En Perspectiva dialogó con los doctores Rafael Radi y Omar Macadar, directivos de la Academia Nacional de Ciencias del Uruguay. Ambos coincidieron en que para tener "una fuerte incidencia en el conocimiento avanzado en la producción y en la formación de la ciudadanía -y especialmente de los educadores e investigadores- es necesario duplicar o triplicar el número de investigadores".

(emitido a las 8.59 hs.)

EMILIANO COTELO:
Las diferencias y chisporroteos que se han ido dando en la campaña electoral hicieron pasar inadvertido un hecho más que relevante: el mes pasado se firmó el primer acuerdo multipartidario con vistas al próximo período de Gobierno.

Tabaré Vázquez, Luis Lacalle Pou, Pedro Bordaberry y Pablo Mieres estamparon sus firmas en el "Acuerdo Nacional de Investigación e Innovación en Ciencia y Tecnología".

Es un documento que incluye una serie de medidas que los presidenciables se comprometieron a aplicar a partir de marzo de 2015, gane quien gane.

Es una muy buena noticia por los temas que están en juego y porque se haya logrado esta coincidencia tan amplia. Por eso, en estos minutos vamos a tratar de conocer más a propósito de esta iniciativa y de su alcance.

Para esos el diálogo será con dos directivos de la Academia Nacional de Ciencias del Uruguay (Anciu). En estudios de El Espectador en el Prado nos acompaña el doctor Rafael Radi, mientras que por teléfono el saludo es para el doctor Omar Macadar.

Una primera puntualización para los oyentes que capaz que se perdieron en su momento la creación de esta institución, ¿qué es la Anciu?

RAFAEL RADI:
La Anciu es una institución del Estado que fue creada por voto unánime en el Parlamento en el año 2009, en el año 2011 quedó finalmente constituida con sus primeros miembros activos. Básicamente todos los países que tienen un sistema científico tecnológico poseen una academia de ciencia, Uruguay no la tenía. Tiene como objetivos principales asesorar a los poderes públicos y en general a la sociedad sobre temas de ciencia, tecnología e innovación, propender a la educación de las ciencias y facilitar la incorporación del método científico a las distintas actividades de la vida nacional, entre otros cometidos que nos otorga la ley.

EC – ¿Y cómo surgió, desde la Anciu, esta iniciativa de promover un acuerdo multipartidario?

OMAR MACADAR:
Ciertamente cuando se vienen períodos electorales el sistema político se pone a ver qué vamos a hacer, a pergeñar planes, también las áreas sociales se dedican a eso. Calculamos por un lado que Uruguay ha mejorado mucho en los últimos 15 años en la formación de recursos humanos en ciencia, la inserción, la institucionalización, pero desde hace siete años se generó un plan que instaló un Gabinete Ministerial de Innovación, que generó la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) con una dotación que parecía muy buena para la época, unos 25 millones de dólares por año. Eso fortaleció bastante el sistema, cambió un poco la pendiente.

Pero en este momento todo eso parece insuficiente. Es claro que se considera necesario hacer una evaluación de cuánto ha rendido esto para a su vez generar nuevas propuestas. En eso se puso la Anciu dando como resultado el instrumento que usted acaba de mencionar.

EC – ¿Fue sencillo obtener el apoyo de todos los candidatos presidenciales? ¿Cuánto tiempo insumió la negociación, las reuniones?

RR – En realidad la Anciu reflexionó y desarrolló un primer documento que está en la página web de la Anciu y se denomina "Desafíos y oportunidades actuales del sistema de ciencia, tecnología e innovación". En junio de 2013 lo presentamos a todos los poderes del Estado, a universidades, a institutos de investigación, el PIT-CNT. En el documento se hace una reflexión acerca del estado actual de situación del sistema científico y tecnológico de Uruguay y los eventuales desafíos y acciones a tomar en el futuro. Ese documento creó de alguna forma la plataforma a partir de la cual en el segundo semestre de 2013 decidimos que era oportuno comenzar un ciclo de reuniones con los que en aquel momento eran los pre candidatos a las internas de los distintos partidos políticos. Hicimos una primera ronda, les presentamos el primer documento y también lo que era un primer bosquejo de lo que podría llegar a ser un acuerdo interpartidario. En aquel momento era un poco prematuro porque todavía no sabíamos efectivamente quiénes iban a ser los candidatos que iban a correr para la Presidencia.

Una vez definidas las internas y establecidos claramente los cuatro candidatos de los partidos políticos con representación parlamentaria hicimos una nueva ronda de cuatro reuniones con cada uno de ellos en las que directamente analizamos el documento conjuntamente con los candidatos presidenciables y sus asesores en ciencia y tecnología. La verdad es que tuvimos una convergencia absoluta.

EC – No me sorprende si me atengo a lo que el equipo de En Perspectiva constató repasando los programas de los distintos candidatos y comparando, en esta materia, ciencia, tecnología e innovación, se percibía que había un ambiente de coincidencias.

RR – Exacto. Para nosotros fue una agradable constatación, no diría que una sorpresa, porque lo fuimos evidenciando a lo largo de los años, algunos de nosotros hace muchos años que estamos trabajando en el sistema de ciencia y tecnología y habíamos tenido contactos previos. Este era un momento de cristalización de las políticas.

EC – Digo que no me sorprende, hay coincidencias y proximidades en los capítulos de este tema en los programas de los distintos candidatos, pero era importante que eso después quedara traducido en un documento, que efectivamente ese acercamiento tuviera una serie de puntos concretos que lo pautaran.

Vayamos al contenido del documento. Empecemos por una de las propuestas, la número uno casualmente: "Fortalecimiento de los instrumentos disponibles para promover la formación y retención de investigadores y el desarrollo de proyectos de investigación del alto nivel". ¿De qué se trata esto?

OM – ES clarísimo que hemos aumentado en todo este período pos dictadura, desde el año 85 y 86, cuando se genera el Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas, que ustedes lo han presentado muchas veces. En ese momento tendríamos entre 50 y 100 investigadores en el país, actualmente, con una formalización del Sistema Nacional de Investigadores (SIN) que evalúa muy cuidadosamente, con pautas muy bien regladas, para identificar y categorizar a los investigadores.

Contamos con 1.500, o 1.600 con los 100 que residen en el exterior. Esto quiere decir que se ha multiplicado por 16 o más la cantidad de investigadores desde 1985 hasta 2013.

De todas maneras, para tener una fuerte incidencia en el conocimiento avanzado en la producción y en la formación de la ciudadanía -y especialmente de los educadores e investigadores- es necesario tener un número más alto, deberíamos duplicar o triplicar el número de investigadores que tenemos. A esos efectos es que se necesita reforzar programas ya existentes de formación de recursos humanos. Claramente uno es el Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas para formar científicos, pero ese es el de las ciencias exactas y naturales, se necesita también fortalecer los programas de posgrado en áreas sociales, entre ellas especialmente en la educación.

Eso desde el punto de vista formativo, pero también hay que financiar mejor el trabajo de investigación. Por eso es que se plantea, por un lado, la retención de los investigadores y por otro, el mejoramiento de los instrumentos de financiación de proyectos de investigación.

EC – ¿Podemos ver cada una de esas dos partes? Para empezar, ¿cómo retener a los investigadores?

RR – Quisiera hacer un agregado a lo que el profesor Macadar comentaba en cuanto a los números. Hoy el SNI tiene 1.500 investigadores categorizados, lo que indica que tenemos cinco investigadores cada 10.000 habitantes. Eso en el contexto internacional, si todo estuviera funcionando bien con una incorporación de la ciencia y la tecnología en todos los ámbitos de la vida nacional, está por debajo de lo que debe ser. El número no debería ser cinco cada 10.000 sino cinco cada 1.000. Lo nombro porque empezamos de un piso extremadamente bajo en el 85, como planteaba Macadar, hemos logrado una masa crítica interesante, insertada, pero estamos todavía bastante lejos de lo que deberíamos lograr.

En relación al fortalecimiento de los instrumentos, la ANII, de la cual el doctor Macadar es presidente del Directorio, tiene una serie de instrumentos para llamados de investigación que son interesantes, están muy bien planteados, pero son muy escasos en montos, en porcentaje de aprobación y en tiempos de ejecución.

EC – ¿Y qué problemas plantea eso? ¿Qué consecuencias tiene?

RR – En primer lugar que hay un montón enorme de proyectos excelentes a los que se les dice "No".

EC РSe los eval̼a bien, pero se les dice que no hay dinero para esos proyectos.

RR РNo solamente se los eval̼a bien, a muchos se los eval̼a de forma excelente, se le dice: "Usted es excelente, su proyecto es excelente, pero lamentablemente no hay dinero, no se lo financiamos".

EC – O sea, un científico o un equipo presenta el proyecto, es evaluado y después no puede seguir adelante.

RR – Está tres meses escribiendo el proyecto, es evaluado en un ciclo de seis meses y a los nueve meses de todo el proceso recibe una evaluación que dice: "Usted es excelente, su proyecto es excelente, lamentablemente no se lo podemos financiar".

EC – O sea, el problema es "no tenemos plata suficiente".

RR – Ese es un primer punto. El segundo punto es que el monto de los que sí se financian es extremadamente modesto. Los investigadores más consolidados, de impacto internacional, reciben un subsidio que está en el orden de los 18.000, 20.000 dólares por año, cuando para empezar a funcionar a nivel regional esto debería multiplicarse por tres, por lo menos.

Por otra parte, los tiempos de ejecución de los proyectos son de dos años, lo cual es absolutamente insuficiente si uno quiere tener un sistema científico y tecnológico donde se plantee a los investigadores consolidados proyecto de mediano y largo plazo con ideas novedosas. Proyectos de dos años significa intentar hacer un poquito más de lo mismo, es difícil arriesgar. Los cursos temporales deben ser mayores, sobre todo para los investigadores de carrera media y consolidada, en el orden al menos de los cuatro o cinco años, en Brasil y en Chile ya están haciendo proyecto de diez a once años. Todo esto transforma las posibilidades de hacer una ciencia de mayor nivel y calidad. El SNI y los investigadores uruguayos queremos apostar a la calidad de lo producido más que a la cantidad, otros países están apostando a la cantidad, Uruguay debe apostar a la calidad.

EC – Y por el lado de programas para formación y retención de investigadores, ¿qué ejemplo podríamos citar para que el oyente entienda de lo que estamos hablando?

OM – En primer lugar quiero aclarar que ahora ya soy vicepresidente de la ANII, el Directorio tiene una regulación por la cual los presidentes duran un año y ya se me pasó el año. No es importante, pero me gusta aclararlo para que no se genere confusión.

En formación yo creo que ya mencioné programas que hay que reforzar, es necesario fortalecerlos, pero quisiera referirme a la retención. Para aumentar el número es fundamental que no suceda, como pasa actualmente, que formamos doctores en ciencias y después se van porque aquí no tienen buenas oportunidades laborales. A nosotros nos apena como sistema científico perder investigadores y el investigador está perdiendo su país, pero lo peor es para el país, que necesita investigadores en muchísimos ámbitos. La retención necesita generar instrumentos que vienen en los otros puntos para darle cabida.

Otro de los puntos se refiere al estímulo al retorno de los investigadores residentes en el exterior. Sabemos de un buen número, pero sospechamos de un número mucho más alto. Tenemos registrados investigadores uruguayos que han hecho sus doctorados, pos doctorados y a veces tienen hasta cargos académicos y científicos en el exterior. Algunos de ellos están demasiado bien insertados como para cambiar tanto su vida y venirse, aunque no es imposible, pero también hay muchos jóvenes que están terminando sus doctorados y que son excelentes candidatos a retornar. Esa es una forma muy eficiente, es muy buen negocio traerlos de vuelta, formar un investigador de ese nivel lleva unos 20 años y nosotros podríamos, con solamente generar institucionalidad y poner financiación para que esta gente se sienta bien volviendo, traerlos para el país.
 
EC – Enseguida continuamos conociendo este documento que ha logrado acuerdo multipartidario sobre lo que va a ocurrir en el próximo período de Gobierno en materia de ciencia, tecnología e innovación.

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¿Cuánto dinero se necesita para las medidas que están previstas en este documento? ¿Qué pasa con la institucionalidad en Uruguay en cuanto a la gestión de Gobierno en ciencia, tecnología e innovación? ¿Qué reformas debe haber para obtener mayor eficiencia? Lo vemos en seguida.

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EC – Pregunta uno de nuestros oyentes: "En el mundo el gran inversor en I+D es el sector privado, que es quien tiene la capacidad de rentabilizar la investigación. En Uruguay, ¿hay escala y posibilidades de ser competitivos para captar investigadores?".

RR – En general en el mundo lo que ha sucedido es un proceso -al menos- en tres etapas. Una primera con una fuerte participación del Estado, una segunda de transición donde el sector privado comienza a adoptar la incorporación de ciencia, tecnología e innovación en sus procesos, y una tercera etapa eventual, ulterior, donde el sector privado a través de las patentes, los inventos y las ganancias derivadas de la innovación comienza a apostar cada vez más en investigación y desarrollo.

Esa es una foto de lo que pasa en sistemas totalmente establecidos. Quiero solamente poner este ejemplo: la Academia de Ciencias de Inglaterra la fundó Isaac Newton, la Anciu se fundó hace cuatro años, tenemos un rezago muy grande y estamos en los albores de la primera etapa.

EC – De todos modos, puede el oyente preguntarse por qué es tan importante este acuerdo multipartidario, por qué tenemos que avanzar más todavía en materia de investigación en ciencia, tecnología e innovación. Quizás uno de los ejemplos pueda estar en el punto dos que ustedes están impulsando: creación y fortalecimiento de institutos o centros de investigación y de nuevos programas sectoriales en temas vinculados a problemas nacionales. ¿Cómo es esto? ¿Cuál es la trascendencia de esta aplicación del conocimiento científico uruguayo?

OM – En realidad no es solo la aplicación sino la generación de conocimientos, porque el avance en la innovación productiva es sobre todo robusto cuando se basa en conocimientos avanzados. Para eso es razonable tener centro que hacen toda la cadena en sí misma, aunque no dejan de estar asociados por un lado con el aparato científico académico de los institutos de pura investigación y por otro lado con las empresas. Hay algunos institutos de este tipo, de investigación principalmente, como el antiguo y fuerte Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable, el Instituto Pasteur, y más recientemente el Centro Uruguayo de Imagenología Molecular. Esos son centros de investigación y aplicación, de esos se podrían hacer más.

EC – Se podría mencionar también al Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) en esa misma línea, ¿no?

OM – Lo que tiene el INIA es que es territorial, es un enorme instituto, y está cumpliendo hoy día muy bien con ese papel de hacer al mismo tiempo la investigación, el desarrollo, la innovación y la asociación con el sector productivo.

EC – ¿Qué falta, qué más se podría hacer? Sobre todo teniendo en cuenta la evolución que está teniendo la producción en nuestro país

OM – Hay algunos temas en los cuales ya está habiendo actividades de ese tipo, como por ejemplo energía, e insinuándose en biotecnologías. El punto es que hay uno como muy gordo que se necesita y que está todavía muy débil, que son institutos de investigación biomédica. En el mundo eso es extraordinariamente grande, el productor y financiador más fuerte de investigación en el mundo son los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. Nosotros no vamos a tener uno de ese tamaño y envergadura, ese tiene también ya muchos años, y tiene algo así como dos campus con unos 20 institutos cada uno, y a su vez financia investigaciones en todo Estados Unidos y en todo el mundo. Ahora mismo, por ejemplo, el doctor Radi tiene uno de esos proyectos para trabajar aquí. El punto es que es esencial invertir en eso.

Sobre esa inversión la Organización Mundial de la Salud dice que 2% de lo que un país invierte en salud debe hacerlo en investigación biomédica, que en tres o cuatro años le devuelve más de lo que está invirtiendo y mejora la salud de la población. Ese es un sector productivo en el que todavía no ha empezado a asumirse la necesidad de dedicarse a la investigación. Cuando se dice sector productivo no son solo la empresa que produce y vende tal cosa, porque también es un sector productivo producir salud.

EC – La minería y la geofísica, que vaya si se han puesto vigentes en estos tiempos en Uruguay, sobre todo pensando hacia delante, también se puede mencionar. Pienso en la posibilidad de prospección de hidrocarburos, tanto en el territorio como en la plataforma marítima. Pienso en todo el debate a propósito de lo que va a pasar con la explotación del hierro.

OM – Lo que suscita más urgencias todavía es que estas industrias extractivas generan riesgos ambientales. Lo primero que necesitamos es tener un registro de la línea de base en la que están los indicadores ambientales, antes de que esas cosas se hagan. Porque sino no vamos a poder hablar, salvo con los entusiasmos a favor o en contra, lo que necesitamos desde el punto de vista científico técnico es decir "en este momento está así, empezamos a hacer y vamos evaluando los cambios" para hacer un modelo de lo que puede llegar a pasar si seguimos como estamos. Eso es esencial hacerlo desde antes.

EC – Para el cumplimiento cabal de estos objetivos e iniciativas resulta necesario, entre otras cosa, un incremento gradual de presupuesto anual de Ciencia y Tecnología que vaya dándose en el quinquenio, por ejemplo de 0,1% de PBI, hasta alcanzar 1% al final del próximo período de Gobierno.

No es un objetivo que nos coloque a la altura de lo que deberíamos estar, pero es razonable, ¿hay que entender eso?

RR – Creo que la academia ha sido sensible a la situación global económica del país, los distintos requerimientos que naturalmente un Estado tiene, y el modelo de crecimiento de la financiación es muy razonable.

EC – Hoy estamos alrededor del 0,1% del PBI.

RR – Hoy estamos en 0,3-0,4%. La idea sería, con un incremento gradual de 0,1 a 0,2 por año, absorber la diferencia que va de 0,4 a 1% a lo largo del quinquenio.

EC – Supongamos que esto se logra; ¿cómo quedaríamos en la comparación internacional?

RR – Ahí hay dos asuntos, está el tema del porcentaje y el tema del valor absoluto. Como porcentaje nos aproxima a lo que está haciendo la región, si bien no nos deja igual a lo que está haciendo Brasil, por ejemplo. Todavía estamos lejos de lo que es en el mundo (3% o más). Y luego está el valor absoluto. Como el PBI per cápita de Uruguay comparado con el de los países centrales es notoriamente inferior, lo que va para cada investigación en valor absoluto va a ser menor. Eso genera la dificultad de que muchos insumos (equipamiento) se obtienen en el exterior.

O sea que en porcentaje nos empieza a aproximar a la región, en valor absoluto todavía vamos a seguir estando muy lejos de lo que pasa a nivel central, pero es un cambio absolutamente transformador. Nos va a permitir financiar aquellos proyectos que nos parezcan excelentes, aunque sea por tres años.

EC – El otro requerimiento, dice el documento, es una reestructura institucional del sistema actual para hacerlo más eficiente. Doctor Macadar, ¿de qué se trataría?

OM – Comparto totalmente que necesitaríamos potenciar la inversión que el sector productivo pueda poner. Y no solo las empresas privadas, hay empresas enormes del Estado (ASSE, Ancap, UTE, etcétera) que tienen y algo invierten, pero deberían invertir mucho más para ayudar al Estado a complementarse. El asunto es que si hace siete años cambiamos la inversión anual en ciencia y tecnología y algunas cosas van muy bien y otras tienen algunos defectos, es necesario evaluar la situación actual para emprender una nueva etapa de mayor inversión. Y seguramente haya que hacer algunos cambios, que la Academia entiende que podría ser estos, pero seguramente podrían ser otros, y más. Por ejemplo, cambiar algo la estructura directiva, sobre todo, que es lo que plantea la Academia en la Agencia de Investigación.

EC – ¿Qué se buscaría concretamente? ¿Una mayor agilidad, una mayor velocidad en el vínculo entre la Academia y el Gobierno o las autoridades políticas?

OM – Exactamente. En el directorio de la Agencia somos siete miembros, es un poco pesado, somos todos honorarios y tenemos el vínculo con el Ejecutivo a través del Gabinete Ministerial de la Innovación, coordinado por el ministro de Educación y Cultura, y a través de él con el Ejecutivo, el Gobierno central. Se plantea que sean tres miembros en lugar de siete y que uno de ellos lo presida y tenga directa vinculación con la Presidencia de la República.

EC – Por lo visto en esta materia el próximo período de Gobierno va a ser un tiempo de resultados concretos y en la dirección que se está necesitando. Parece muy auspicioso, hay que verlo en la práctica.

RR – El presupuesto 2015 nos dará una pista en cuanto a la concreción del documento firmado, que está en la página web de la Academia con las firmas de todos los candidatos.

EC – Ahí está una de las ventajas de tener el acuerdo firmado ahora: cuando se instale el próximo Gobierno y tenga que elaborar el presupuesto, esto ya está resuelto y no habrá dudas. Supongo que esa era una de las razones por las cuales ustedes impulsaron este trabajo.

RR – Sí; de todos modos, al día siguiente de saber quién es el nuevo presidente de la República, vamos a hacer las gestiones para empezar la instrumentación de este acuerdo firmado.

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