Benny Winter, uno de los estudiantes, tuvo la idea de construir un robot que subiera las escaleras. El proyecto mutó debido a la sugerencia de un profesor de moldear la idea para crear algo que fuera útil para la sociedad.

La silla consta de un motor electrónico sostenido en dos ruedas y equipado con bandas de rodadura que ayudan a crear un firme control sobre las escaleras.

Al subir, se activa automáticamente el mecanismo instalado debajo del asiento para medir el ángulo de los escalones, lo que mantiene a la silla derecha.

Una vez que atraviesa la escalera, la banda de rodadura regresa a su lugar y la silla continúa funcionando normalmente.

El grupo de jóvenes pretende que el prototipo esté listo para el año entrante en los Juegos Olímpicos Biónicos, una competencia para personas con discapacidades físicas que utilizan la tecnología robótica.