Según estudio

¿Qué efectos tiene la televisión en los menores de tres años?

Según ha revelado un reciente estudio, los niños menores de tres años no deberían mirar televisión por las adversas consecuencias que esta práctica tiene sobre su salud mental y física.

En una investigación publicada en la revista Archives of Disease in Childhood, que tiene por título "Controlados remotamente: cómo la televisión nos está afectando la vida", fueron presentadas las consecuencias que tiene mirar la televisión a diario, sobre un niño menor de tres años

La conclusión de la investigación es que esta práctica resulta sumamente perjudicial para su salud, al afectar el desarrollo físico y psíquico del niño.

Si bien la televisión suele ser un recurso que le permite a los padres mantener entretenidos a sus hijos , son los adultos quienes deberían tener en cuenta las consecuencias que tiene esta práctica sobre los más pequeños.

Estadísticas indican que los niños pueden llegar a permanecer hasta dos horas y media frente a la televisión; un tiempo excesivo y para nada beneficioso.

El estudio también abarcó las consecuencias que trae la utilización de computadoras, smartphones, tablets, videojuegos, en donde se contabilizó que los niños pueden pasar hasta seis horas mirando una pantalla por lo que, en caso de que su infancia transcurra en estas condiciones, cuando el individuo cumpla la mayoría de edad habrá pasado tres años frente a una pantalla.

Los efectos directos que puede provocar esta práctica sobre las personas es la obesidad, debido al sedentarismo, así como también, problemas cardíacos, diabetes y artritis, según aseguró el autor del estudio, Aric Sigman.

Ante esta situación, los expertos recomiendan no permitir el contacto con estos dispositivos a los menores de tres años y procurar no excederlo en más dos horas diarias a aquellos que tengan entre 3 y 16 años.

En el estudio también se hace referencia al desarrollo cerebral, que resulta fundamental en los primeros años de vida, y que es cuando los niños comienzan a interactuar con sus padres y a entablar lazos afectivos.

De esta forma, tras la investigación se sostiene que la sobreexposición a las pantallas podría provocar problemas de concentración, empatía, socialización y aprendizaje.