INFORME DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE EEUU

Transgénicos: un antes y un después

Transgénicos .
Transgénicos

La mayor revisión sobre el impacto de los organismos modificados genéticamente (OMG) que ha hecho la Academia Nacional de Ciencias de EEUU (NAS, por sus siglas en inglés) acaba de concluir que estas plantas son indiferenciables del resto y que no hay ni una prueba de que tengan un impacto negativo en la salud de las personas. En este informe Rompkbzas recoge las opiniones del primer uruguayo que integra la NAS y dos activistas ambientales.

La Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina, principal organismo asesor de EEUU en temas científicos, tampoco ha encontrado pruebas "concluyentes"; de que este tipo de variantes agrícolas causen problemas medioambientales.

Rafael Radi, científico uruguayo miembro de la Academia dijo a Rompkbzas que el informe "ataca distintas dimensiones de este complejo asunto (...) El trabajo que se hizo, desde el punto de vista metodológico es muy importante (…) se revisaron más de mil trabajos. (…) El informe fue a los trabajos originales, (…) todas las acciones fueron a referato exterior";.

El científico dijo que "el gran mérito que tiene el trabajo es que se intentó hacer una puesta a punto de lo que en ciencia llamamos la evidencia (…) los datos son los datos. El resto pueden ser ideas, preconceptos";, indicó.

"El panel de expertos está compuesto por 20 profesores universitarios y fue a referato externo (…) Las conclusiones del informe muestran la evidencia al día de hoy, aunque claro que eso puede cambiar en el futuro (…) No implica que nuevas investigaciones cambien lo que dice el informe";, indicó.

De acuerdo a Radi, más allá de lo que uno pueda pensar desde el punto de vista de los modelos de desarrollo, el foco está sobre el impacto en la salud humana. Explicó que el documento comparó los registros de población y su perfil epidemiológico de países donde se permiten y no los organismos genéticamente modificados. Indicó que "no se ven"; diferencias. "Estos son datos de los ministerios de salud de los países, esto no tiene nada que ver con las empresas. Estos son datos que vienen del sector público";, enfatizó.

"El informe se centró en métodos, datos y evidencias. El cáncer, la diabetes, problemas intestinales y otras afecciones son iguales antes y después del uso de transgénicos, eso no significa que con el tiempo aparezca nueva información";, dijo Radi y argumentó que no es posible experimentar en humanos alimentando grupos con y sin organismos transgénicos.

El científico uruguayo indicó que desde el punto de vista de la metodología es inapelable al momento. "Ordena este campo. No es un punto final y permite empezar a discutir elementos";, sentenció. "Este informe es un avance"; dijo.

No sólo los alimentos y la salud humana cambiarán en base a esta tecnología. "Las técnicas de manipulación genética están cambiando en forma constante y dramática";, indicó. Hay otras dimensiones del asunto - sociales, económicas y ecológicas- que el informe aborda. "Los científicos no tenemos la última palabra. Es la sociedad la que tiene que definir sobre estos asuntos";, destacó. "Está bien que discutamos, que como sociedad nos protejamos del monocultivos (…) pero no desde creencias y convicciones sino desde la ciencia";, remarcó. "Hay un antes y un después de este informe";, sostuvo Radi.

Escuche la entrevista con Radi aquí

Rafael Radi es Doctor en Medicina y Doctor en Bioquímica egresado de Universidad de la República. Fue Postdoctoral Fellow de la Universidad de Alabama en EEUU y desde 1992 al presente, se desempeña en la Facultad de Medicina de la Universidad de la República como investigador y profesor titular del Departamento de Bioquímica.

Es el primer uruguayo que la NAS nombró como extranjero asociado a la organización. Los científicos pertenecientes a esta academia brindan asesoramiento a gobiernos, instituciones no gubernamentales y organismos como la Organización Mundial de la Salud.

El informe de la NAS consiste en una revisión de estudios científicos publicados desde hace 30 años, cuando se comenzaron a usar maíz, soja y otros cultivos transgénicos, hasta ahora.

El trabajo se centró en el análisis de 900 estudios científicos sobre el impacto de este tipo de cultivos y fue supervisado por un panel de expertos independientes liderados por Fred Gould, entomólogo de la universidad estatal de Carolina del Norte.

El comité analizó todos los estudios disponibles sobre el tema y no encontró "ninguna prueba"; de que los transgénicos dañen la salud, según la nota emitida por la NAS. Los estudios con animales y de composición química no revelan ninguna diferencia para la salud entre el consumo de un transgénico y un vegetal que no lo es.

En cambio, sí hay evidencias de que los transgénicos resistentes a plagas suponen un beneficio para la salud humana al reducir las intoxicaciones con pesticidas. El trabajo destaca también que hay variantes de transgénicos que pueden tener un impacto abrumador en la salud global y cita el caso del arroz dorado, una variante modificada para contener altos niveles en beta carotenos y que sigue en vía muerta a pesar de poder evitar millones de casos de ceguera y muertes infantiles por desnutrición en países en desarrollo.

El uso de transgénicos no reduce la diversidad ni vegetal ni de insectos en los campos donde se plantan e incluso a veces la aumentan, sostiene el informe. El trabajo reconoce que los genes de los transgénicos acaban invadiendo campos que no lo son, pero que esto no ha provocado ningún impacto en el medio ambiente. El estudio reconoce "la dificultad de determinar cambios a largo plazo a veces hacen difícil alcanzar conclusiones definitivas";.

El informe confirma que hay insectos que están evolucionando resistencia al tipo de pesticidas usados en los campos de transgénicos. Esto sucede solo en los lugares donde no se siguen las normas de gestión para evitar que estás resistencias aparezcan. Del mismo modo, el trabajo confirma que hay malas hierbas que han desarrollado resistencia al glifosato, el polémico herbicida utilizados en estos cultivos.

El documento brinda una versión agridulce de los supuestos beneficios de estos productos para los agricultores. Los transgénicos les aportaron beneficios económicos, reconoce. Incluso agricultores a pequeña escala se beneficiaron con este tipo de cultivos durante los primeros años de adopción. Pero para mantener esas ganancias los productores necesitan ahora recibir apoyo de las instituciones, acceso al crédito, fertilizantes a un precio accesible y acceso a los mercados locales y globales, resalta el análisis.

El estudio revisó los índices de producción de soja, maíz y algodón previos a la llegada de los transgénicos. Según las conclusiones, no hay evidencias de que los transgénicos hayan aumentado la producción de estos productos. En su web, Monsanto sigue manteniendo lo contrario y tacha de "simplemente falsas"; aseveraciones similares.

El informe recomienda que las regulaciones de nuevos tipos de cultivo se hagan en base a las características del producto (mayor contenido en vitaminas, por ejemplo) y no en el proceso por el que han sido desarrollados (modificación genética versus selección de variantes convencional).

A la luz de la evidencia científica, el trabajo desaconseja marcar en la etiqueta de los productos que contienen transgénicos como supuesta salvaguarda de la salud pública. No obstante, reconoce que en este caso, como en otros relativos a los transgénicos, no solo depende de cuestiones técnicas, sino también legales y sociales.

La organización no gubernamental Grupo Ecologistas en Acción con sede en España elaboró un contra informe donde critica el tratamiento periodístico del escrito, cuestiona el resultado, a los investigadores y el origen de los estudios que lo componen.

El documento publicado en la web señala que en lugar de "la ciencia ha confirmado que los transgénicos son seguros";, el informe podría haberse resumido como "no hemos encontrado lo que no hemos buscado";.

Denuncia que la propia directora del estudio, Kara Laney trabajó anteriormente en la International Food & Agricultural Trade Policy Council -financiada por la empresa Monsanto-; la organización Food and Water Watch recoge relaciones laborales pasadas de al menos 12 de los 22 miembros que participaron en el comité con las principales empresas biotecnológicas mundiales u organizaciones financiadas por estas. Sin ser esta una posición que desmerezca a los autores del estudio, sí es una que debe ser conocida por quienes nos acercamos a él.

Emiliano Seijas del Observatorio de Organismos Modificados Genéticamente y del Grupo Ecologistas en Acción de Uruguay dijo a Rompkbzas que además de estos puntos señalados por sus colegas españoles, el informe no es lo suficientemente enfático sobre el impacto de los agroquímicos asociados al uso de los transgénicos.

Audio Emiliano Seijas

En diálogo con Rompkbzas Franco Segesso, vocero de Agricultura y Alimentos de Greenpeace, también cuestionó el origen del informe y señaló que no hay pruebas sobre seres humanos.

Además hizo énfasis en el modelo de producción de los transgénicos y sobre el impacto ambiental, económico y social de este tipo de cultivos. 

Audio Franco Segesso

Audio completo Franco Segesso